• Bienvenido a la Roja, Rey David

    Al fin Pizarro volvió a Pinto Durán. Aquí recorremos su primer día en la selección después de ocho años. Además, Nelson Acosta, su último entrenador por Chile, evalúa su retorno.

    David Pizarro aterrizó con la boca cerrada. A primera hora de ayer pisó suelo chileno vestido con ropa negra y no hizo ningún gesto afectivo. Huyó de la prensa por una puerta destinada a las celebridades y no sonrió en ninguna de las fotografías que le tomaron desde lejos. El Fantasista no tenía tiempo para modelar ni para las entrevistas: se subió a un auto y, después de una noche entera sentado en un avión, pidió que lo trasladaran de forma urgente a una cancha de entrenamiento. A las diez de la mañana David Pizarro, vistiendo un short nacional, estaba transpirando en Juan Pinto Durán.

    Destinó una hora a tocar la pelota y otra media hora a levantar pesas. Luego almorzó en el casino. Volvió a entrenar. Habló con sus compañeros y, si bien, estaba al interior del complejo deportivo, oculto a los fotógrafos, se especula fundadamente que habría emitido dos o tres carcajadas. Dicen que David volvió animado.

    Su frase antigua ("En la Selección no quiero ser niñera de jóvenes de 19 años") quedaba en el olvido. Los jugadores que entrenaron con él (Junior Fernandes, Gonzalo Jara, Matías Fernández y Esteban Paredes) son futbolistas maduros y, desde el interior del plantel, confirmaron que Pizarro, en su retorno a la Selección, no pareció una institutriz. El porteño volvió como crack.

    Acosta: "¡Es un cabro normal!"

    El 12 de octubre del 2005 jugó su último partido por Chile. En la banca estaba Nelson Acosta. Ocho años después, Pizarro está concentrado en Pinto Durán y Acosta, tras regar compulsivamente un árbol plantado en la Sexta Región, conversa por teléfono con hoyxhoy.

    "Estoy seguro que David hará algo importante. Es un gran jugador y le gusta ganar", opina Acosta. ¿Habrá espacio para Pizarro? "¡Puta, yo espero que sí!", confiesa con acento campestre.

    Luego medita, con preocupación, el lugar que ocupará Pizarro en la alineación. Acosta no titubea: Pizarro sí o sí será titular. Saldrán otros, ignora quién será el sacrificado. Pero Pizarro estará en la cancha, en su posición genuina, elaborando meticulosamente un ataque. Y destaca otra vez su virtud competitiva: "Ama ganar".

    ¿Y es normal?

    ¿Cómo?

    Disculpe, pero tiene fama de ermitaño…

    Naaa…A David le gustan los chistes, tiene sentido del humor, en el camarín habla con todos. Los medios tienen que cortarla con hacer de Pizarro un fenómeno raro.

    ¿Confirma que Pizarro es convencional?

    ¿Qué?

    ¿Es sociable?

    ¡David Pizarro es un cabro normal, completamente normal!

    ¿Un normal que juega de forma extraordinaria?

    Es cosa de ver la campaña que ha hecho en Europa. Con eso no hay nada más que decir.

    Hablar en la cancha

    El papá de David Pizarro, es decir, el señor David Pizarro, señaló ayer, en una radio, que numerosas veces rogó al futbolista que volviera a la Roja. El hijo tuvo una opinión fija: el tema ya se cerró, decía una y otra vez. Tuvo que llegar Sampaoli, armado de un discurso macizo, y Matías Fernández, armado de pureza, para voltear la decisión.

    Y ya está aquí, entrenando. A quince días del partido eliminatorio con Paraguay. "Y que no haga caso a los que critican que no debería haber vuelto. Ahora sale cada gil a opinar… ¡Qué importa que no haya querido venir antes! ¡Ya está en Chile y le hará bien al equipo!", grita Acosta. Y él, como tantos chilenos, sólo espera que ese silencioso Pizarro que aterrizó en el país, se exprese en la cancha. Porque, por suerte, Pizarro otra vez está vestido de rojo.

  • El plantel le dedicó el triunfo a Franco

    Con un estruendoso "¡ohhh, Franco no se vaaaa!" arriba del avión de regreso a la capital, los jugadores de la U festejaron el título junto al entrenador argentino y su cuerpo técnico.

    Después de que los azules lograron el título la celebración continuó hasta en el avión que los trajo de vuelta a Santiago. Era un día especial, pues además de vencer a un clásico rival, era una demostración de que Darío Franco pasaba la prueba.

    Lo dijeron los mismos jugadores tras el partido: "Por ahí se le criticó mucho a Franco y hoy fue una pieza fundamental. Lo que nos dijo en el calentamiento fue muy clave. Nos dijo que la U es un equipo que está acostumbrado a este tipo de partidos y que teníamos que recuperar el nivel de tiempo atrás", comentó Isaac Díaz luego de levantar la copa, en el momento en que Franco se emocionaba hasta las lágrimas y saludaba a Los de Abajo.

    Pero esa emoción fue menor al lado de lo que sintió en el avión de regreso a la capital cuando todo el plantel le dedico la copa con el típico cántico: "Ohhh... Franco no se va! No se va, no se va, ¡Franco no se vaaa!".

    Cumpleaños de Herrera

    Pero ese no era el único motivo de festejo de los jugadores de la U, además estaba de cumpleaños el referente del club Johnny Herrera y escogieron el aeropuerto para cantarle el cumpleaños feliz, mientras esperaban para embarcarse de vuelta a Santiago. Es más, decidieron grabar el momento y en la imagen se ve al portero con un mini tambor y a César Cortés con una trutruca, mientras Lorenzetti, Civelli y Díaz, coreaban la clásica canción. Esta vez cambiaron los aplausos por un golpe suave en la cabeza y por alguna que otra broma respecto de la edad del meta, quien ayer llegó a los 32.

    En casa

    Llegaron a la capital cerca de las 3:00 de la madrugada de ayer. Después de eso, ya entrada la tarde y justo antes de la siesta, Gustavo Lorenzetti se refirió al campeonato y a lo que se viene para la U.

    "Sabemos que esto es fútbol y es así, en los equipos grandes cuando no se obtienen los resultados se empieza a hablar de quiebres en el camarín o que los jugadores no le creen al técnico. Eso no es así y está demostrado… A los técnicos se les respalda en la cancha, no hablando. Demostramos que estamos con Darío y queremos seguir ganando títulos", dijo el volante respaldando nuevamente al cuerpo técnico.

    Sobre el método de trabajar de Franco, el Duende aseguró que: "Para ganar hay muchas fórmulas. Jorge tenía la suya y nos dio muchos resultados. Ahora Darío llegó con una nueva idea y en menos de seis meses conseguimos un campeonato. Los títulos traen confianza y el jugador comienza a creer en una idea cuando se comienza a ganar". Finalmente, y en cuanto a la recta final, señaló que "estamos en la lucha y a dos puntos de los líderes. Sabemos que cuando nos ponemos esta camiseta debemos luchar hasta la última instancia", concluyó el rosarino, quien confesó que estaba esperando que su hijo se tomara la mamadera. Feliz.