• Rosario: la fábrica del fútbol mundial

    Es la cuna de Messi, Bielsa y Martino. Y allí también está la Iglesia Maradoniana.

    Hace unos días, en medio de la fiebre Martino, una radio catalana le consultó al Flaco Menotti por el éxito de los argentinos en España. Menotti se adhirió un rato a su cigarro y luego lanzó con orgullo una prepotencia: "Los mejores son de Rosario: Messi, Martino y yo".

    Su frase, descontando el brote ególatra, no es un delirio. Es que los antecedentes son irrefutables: Rosario, la pequeña ciudad argentina, es la actual cuna mundial del talento. Messi, el mejor de la Tierra, es rosarino. Martino, el entrenador del mejor equipo del mundo, es rosarino. El entrenador más loco del planeta, Bielsa, es rosarino. El mejor escritor de fútbol de la humanidad, Roberto Fontanarrosa, era de Rosario. La Iglesia Maradoniana, única religión que celebra al ídolo mayor de toda la historia, tiene su sede central en Rosario. Esa ciudad es una fábrica oficial de cracks y, a la vez, es el paraíso para el fanatismo.

    Hombres

    "En los bares, si estás borracho, no te piden el documento. Te piden el carnet de socio de tu equipo", confesó Julio Gullo, rosarino y socio de Newell"s. El fanatismo invadió hasta los brindis. Los bares tienen una línea divisoria: los hinchas de Newell"s beben a un lado, los de Rosario Central al otro. Los fanáticos exaltados son arrinconados en las mesas del fondo. Los borrachos, literalmente, no deben estar en la barra equivocada.

    "Acá podemos estar cuatro horas debatiendo en torno a un enganche realizado al borde del área", dijo Hernán Amez, rosarino y fundador de la Iglesia Maradoniana.

    ¿Todo es fútbol?

    Sea lo que sea que hagas, tengas la ocupación que tengas, hables con quien hables, acá en Rosario, al final, todo siempre termina en el fútbol.

    Él cree que cuando Maradona vivió en Rosario (fue jugador de Newell"s en 1993) incubó la idolatría. Es más que eso. Un inicio ocurre en los años sesenta, cuando la revista "Goles" bautizó la ciudad como la "capital argentina del fútbol". Hoy habitan allí un millón de enfervorizados: mitad Canallas (Rosario Central), mitad Leprosos (Newell"s). "Somos puerto", opina Amez. "Acá la gente tuvo que aprender a ser creativa para derrotar la adversidad", agrega.

    Mujeres

    "Creo que Rosario está loca", señaló Manuela Cirelli, rosarina y profesora de la Universidad del Litoral de Santa Fe.

    "Levantás una piedra y te aparece un analista de jugadas", remató María Fernanda Mainelli. Como dato: el 2011 una guagua fue inscrita en esa ciudad como Newell"s Isaac.