• Mike Medavoy: "La vida tiene mucho de de azar"

    El productor de películas como "El Cisne Negro", "Crash" y"Zodiac" se hizo un espacio durante el rodaje de "Los 33" para hablar de las casualidades que lo llevaron a trabajar en el cine.

    Se sabe que hace poco más de 73 años nació en Shangai, hijo de padres provenientes de familias judías que poco y nada tenían que ver con el mundo del espectáculo. Que ha trabajado en la producción de cerca de 300 películas y que tiene su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Se sabe que entre 1947 y 1957 vivió en Chile y estudió en el Liceo Valentín Letelier de Santiago y que gracias a ello los chilenos Carlos Lavín y Leopoldo Enríquez -productores ejecutivos locales del film "Los 33"- lo contactaron para que asumiera el máximo rol en la producción ejecutiva de la cinta.

    Sin embargo, lo que tal vez pocos imaginan es el alto grado de importancia que Mike Medavoy atribuye al azar, más bien a la suerte, algo en que las personas también tienen un buen espacio de injerencia. Algo así como "uno hace su suerte", máxima en la que también influyen factores externos que, paradójicamente, pueden ser tanto o más gravitantes que el esfuerzo propio.

    "De lo contrario tú y yo no estaríamos conversando en este momento", comenzó el productor mientras desayuna en un hotel de Copiapó, rodeado por actores y miembros del equipo de filmación de la película.

    Casualidades

    El currículo de Medavoy es extenso. Y quizás su época más gloriosa la vivió en el United Artists, al que ingresó en 1974 como vice presidente senior de producción, y donde estuvo a cargo de tres cintas ganadoras del Oscar a mejor película de manera consecutiva entre 1975 y 1977: "Sin Salida", "Rocky" y "Annie Hall".

    "Fue algo parecido a cómo me convertí en productor de cine. Como la mayoría de las cosas importantes que ocurren: mediante casualidades. Las mías se produjeron de manera muy extraña, después de terminar la universidad", relató Medavoy. Luego agregó: "Mientras estaba en San Francisco alguien me preguntó si quería trabajar en un estudio de cine, pero al llegar me di cuenta de que no. Pero había más personas ahí y todos queríamos salir de ese lugar, gente con postgrados que luego fueron escritores y directores de cine. Tardé seis meses en salir de ahí para trabajar por un año como director de casting".

    En un comienzo, antes de dedicarse a la producción cinematográfica, fue representante durante diez años de directores como Steven Spielberg y Francis Ford Coppola. "En esa época aprendí mucho, desarrollé mucho mi intuición para detectar talento y distinguir a quienes lo tenían de quienes no. Y tuve mucha suerte", remató Medavoy.

    Contador de historias

    "La vida tiene mucho de suerte, de azar, de coincidencias. Probablemente no sean los factores más importantes en la vida de las personas pero pueden llegar a tener una gran influencia en cómo se desarrollan los acontecimientos", insistió Medavoy, dando vueltas repetidamente sobre un tema que le obsesiona. "Algunas personas se lo atribuyen a Dios. Puede ser, no lo sé, pero la vida entera es más o menos así", relató el productor de filmes como "Apocalipsis Ahora", "Toro Salvaje" y "Network".

    Asegura nunca haber trabajado por dinero sino por una necesidad distinta. "Me refiero a la necesidad de contar historias, la humanidad es muy interesante, puede ser muy cruel, ilógica y, al mismo tiempo, realizar grandes cosas", declaró Medavoy, que en 1978 cofundó Orion Pictures, estudio que produjo éxitos como "Terminator", "Danza con Lobos", "Pelotón", "Robocop" y "El Silencio de los Inocentes".

    "Para ser un buen productor de cine y forjarse una carrera exitosa es necesario tener una buena historia, interesante universalmente, contar con un buen guión que lo refleje", aconsejó el productor, mientras sigue desayunando. Luego, tras dejar pasar unos segundos, agregó: "Que dé cuenta de un conocimiento acerca de las personas, porque sólo así va a emocionar a la gente. Hay que ser capaz de manejar, de coordinar, a distintas personas y procesos. De sumergirse en todo lo que implica hacer una película. Uno está aprendiendo todo el tiempo, hasta la muerte".

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