• Hoy escribiremos una nueva historia en nuestro fútbol

    el día de karol dance

    Ayer comenzó la fiesta deportiva más grande del mes de junio. Hablo de la Copa Mundial de fútbol organizada por la FIFA cada cuatro años, en diferentes lugares del orbe.

    Viajé cinco horas a Brasil para vivir de cerca -y por primera vez- un torneo como éste. Llegué a la ciudad de Sao Paulo, una de las más grandes de este país, con más de 20 millones de habitantes. Para mi sorpresa, en la "supuestamente" nación más futbolizada del planeta, hasta el miércoles no había ese ambiente que esperaba. Se percibía el descontento social y el enojo por las altas sumas de dinero gastadas en la construcción y remodelación de estadios. A modo de ejemplo, solo en coliseos se han gastado más de 6.700 millones de dólares, eso es más que en el Mundial de Sudáfrica y Alemania juntos. Esta suma de dinero, la transforma en la copa más cara de la historia. Pude conversar con brasileños, en el hotel, en el taxi y en los puntos de encuentro para hinchas, y todos tienen un común denominador: piensan que ese dinero debió ser asignado en educación y en medidas para superar la pobreza. Sin embargo, la postura de las autoridades es que la organización no es un gasto, más bien es una inversión que traerá buenos dividendos para el país a mediano y largo plazo.

    Volvió la alegría

    Ayer, eso sí, vi un cambio. La samba y la alegría llenaron las calles de Sao Paulo. Parece que el Brasil festivo y sonriente que todos conocemos había despertado. Todo partió con la inauguración del Mundial en el Arena Corinthians. Todo fue color y música: un verdadero espectáculo de calidad, con la presencia de artistas de renombre como Pitbull y Jennifer López que, hay que decirlo, si ella no hubiera participado en la abertura de la copa, no hubiera sido tan llamativa. Luego vino el partido de Brasil vs Croacia. En las graderías había japoneses, coreanos, mexicanos, colombianos y, por supuesto, chilenos. Después del triunfo de la verdeamarelha la calle se llenó de gente bailando y el sentimiento del que el Mundial ya estaba aquí.

    Eso fue lo que vi y viví ayer. Hoy ya me encuentro en Cuiabá, la capital de la Amazonía meridional, ciudad donde en nuestra Selección jugará su primer partido, esta vez contra Australia.

    Hay que decirlo, hoy en el estadio Arena Pantanal seremos locales, el ambiente y marea roja que se viven, son tremendos. Es difícil de plasmar en las líneas de mi columna, pero estoy seguro que usted debe imaginarlo. Miles de chilenos viajamos por aire y tierra para llegar a ocupar uno de los 40.000 cupos que existen para presenciar el partido, que para los expertos es el más importante, ya que si ganamos, existen posibilidades reales de avanzar. De lo contrario, sería un debut con sabor a no pasar a octavos de final, porque después nuestros rivales será España y Holanda.

    Esperemos que la energía y buena vibra sirvan en esta ocasión para alentar a nuestro seleccionando nacional. Estoy seguro que hoy es día de fiesta en Chile y aquí en Brasil, porque hoy comenzamos a escribir una nueva historia en nuestro fútbol, una historia que estoy seguro tendrá un final feliz. Tenemos a la mejor Selección Chilena de todos los tiempos y eso quedara demostrado esta noche. El carnaval en Brasil será con zapateo chileno. #VivaChileCTM.