Para que un atentado sea considerado como terrorista, dice el catedrático español y experto en la materia, Manuel Cancio, se necesitan tres elementos. El primero, que detrás del hecho haya una organización. Segundo, que exista la amenaza de atacar a personas indeterminadas. Y tercero que el acto tenga fines políticos.

Por eso, reconoce Cancio, la bomba que estalló en el Metro el pasado 14 de julio es un atentado terrorista. También la explosión que sufrió la Iglesia Santa Ana la semana pasada. "Para hablar de terrorismo", agregó Cancio, "no hace falta que sea Bin Laden".

Concepto "manoseado"

Sin embargo, el español pidió mesura. Aseguró que en Chile el término se ha "manoseado". Muchas veces, dijo, se utiliza el concepto de terrorismo para "deslegitimar un movimiento". "Esto es una etiqueta muy poderosa, porque el terrorista nunca tiene razón. ¿Qué están diciendo los palestinos sobre Israel? Que son terrorismo. ¿Y en Israel de Hamas? Lo mismo", lanzó.

Conexión internacional

Los nombres de Francisco Solar y Mónica Caballero, los dos chilenos procesados en España por dejar una bomba en la Basílica de Zaragoza. Y un mensaje pidiendo su libertad.

Ese era el contenido que se encontró en diversos panfletos dejados en la Iglesia Santa Ana la noche del atentado. La escena, aseguró Cancio, tiene su explicación. Hay, dijo, un nexo entre cúpulas anarquistas chilenas y españolas. La red, agregó, incluye a grupos radicados en Italia y Grecia. "No es que esto sea un asunto chileno. Es algo internacional. Uno de los focos de estos grupos es Chile. Así como también Barcelona", relató. Justamente el viernes un grupo llamado "Célula Revolucionaria Felice Orsini" se adjudicó el ataque a la parroquia a través del sitio de origen español Contrainfo.espiv.net.

Por eso, explicó, teme que en Chile se pueda llegar a los extremos que se han visto en España. "Todos los grupos terroristas que ha habido en la historia, tienen una escalada", dice. Y agregó: "Al principio son actores por convicción. Dicen que van a atentar contra los responsables de la represión. Pero terminan poniendo bombas en el Metro".

Son personas, relató Cancio, que viven en una semi clandestinidad. Que consideran que el sistema en que se vive es injusto. Eso hace, explicó, que pierdan la noción de realidad. Y luego vaticinó: "Lamentablemente me temo que son personas muy determinadas y que no van a parar".

Por ello, dijo Cancio, el peor error que puede cometer La Moneda es amenazar públicamente a los autores de estos hechos. "Eso es precisamente lo que los anarquistas quieren", anunció. "El Estado tiene que ser más inteligente que ellos y no dejarse provocar. Forma parte del éxito de estas cúpulas que un ministro salga a decir "vamos a cambiar la ley"", cerró Cancio.