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Los engaños detrás del negocio de la muerte
En lo que va de año Sernac ha recibido 575 reclamos en contra de cementerios y funerarias. Contratos fraudulentos, ventas ficticias e incluso accidentes al interior de los recintos son algunos de las quejas. Aquí, tres personas denuncian estafas e irregularidades de camposantos.
Sólo entre enero y septiembre de este año el Sernac ha recibido 575 reclamos contra cementerios y empresas funerarias. La mayoría por no respetar los contratos adquiridos. Por eso, la institución inició una investigación contra siete camposantos. En ella se detectaron una serie de irregularidades, casi todas correspondientes a incongruencias entre los servicios ofrecidos en sus sitios web y los que finalmente eran entregados.
Sin embargo, las fallas que hay detrás del negocio de la muerte van más allá: ventas de tumbas fraudulentas, compra de nichos que nunca se construyeron y hasta accidentes al interior de los cementerios por los que nadie se hizo responsable, son algunas de las denuncias.
La falsa encuesta
Ocurrió a fines de 2012. Un vendedor del cementerio Parque la Oración de Los Andes llegó hasta una empresa de radiotaxis a realizar una encuesta sobre servicios funerarios. 12 de los choferes accedieron. Un año más tarde se enteraron que habían comprado una sepultura y debían cerca de 111 UF, es decir más de $2,5 millones. La encuesta era en realidad un contrato. El vendedor, además, creó cuentas de agua y gas ficticias con el objeto de acreditar domicilios.
"Apenas supimos, yo fui de inmediato al cementerio. Ahí les expliqué era una estafa. Ellos al principio se hicieron los desentendidos", rememora Patricia Almonacid, dueña de la empresa. A los días, sin embargo, el cementerio reconoció el engaño, aunque aseguraron que se trataba de una práctica sólo utilizada por un supervisor. Así, y con la amenaza de los colectiveros de iniciar acciones legales, la empresa caducó los contratos. Pese a eso, los 12 estafados tardaron varios meses en desaparecer de los registros de Dicom.
Contrato fraudulento
Fue hace más de 20 años que Hortensia Molina compró tres nichos y cuatro reducciones en Parque del Sendero de Maipú. Con el tiempo sus dos padres y una hermano ocuparon los espacios. Por eso, en enero Hortensia se acercó al lugar y pidió reducir el cuerpo de su padre para así tener un lugar para cuando ella muera.
El cementerio, argumentando que el cuerpo todavía no se podía intervenir, así que se negó a hacerlo. A cambio, le ofrecieron ampliar el nicho. Hortensia aceptó y firmó un contrato en el que, además, se incluía el traslado del cuerpo. Todo por casi un millón de pesos. Hasta la fecha ha pagado 10 cuotas de $40 mil y las obras todavía no han empezado.
Peor aún, en su última visita al lugar le dijeron que el traslado no estaba incluido. Por él debía pagar $500 por kilómetro recorrido. Actualmente vive en Parral, por lo que llevar su cuerpo al camposanto le costaría $177.500 a su familia. "Si hoy me muero, no tengo dónde poder ser enterrada", asegura Hortensia a hoyxhoy.
En el área legal de Parque del Sendero explicaron que no querían referirse al tema.
La trampa del cremador
Hacía un mes que el padre de Marco Castro había muerto. Como a los familiares de Hortensia, también lo enterraron en Parque del Sendero de Maipú. Ese día, en junio de este año, lo conmemoraron con un responso en la sala de crematorio. Terminada la ceremonia, el tío de Marco, Henry Martínez, buscó la salida del lugar y de pronto cayó en un hoyo de casi cinco metros. Era el ducto por el que baja el féretro para cremar el cuerpo. Sobre él sólo había una alfombra. "Es como una trampa de dibujos animados", explica Castro.
Producto de la caída Henry sufrió una fractura expuesta en el brazo derecho. Entre la operación, los días hospitalizados y el resto de los gastos médicos debió pagar casi $15 millones. Según el afectado, el cementerio nunca respondió. "Cada vez que hemos ido a reclamar salen con alguna evasiva", añade Castro. Tal como en el caso de Hortensia, desde Parque del Sendero evitaron contactarse con hoyxhoy.
Desde el Servicio Nacional del Consumidor reconocen que este tipo de irregularidades en el rubro de los cementerios es una realidad. Por eso, explican, la necesidad de denunciarlas. "Muchas veces, debido al contexto en que se encuentran las personas, están expuestas a una posible situación de vulnerabilidad. Además, otro factor a considerar es que son servicios que se contratan pocas veces en la vida, con un grado de desconocimiento importante", explicó hace algunos días el director del organismo Ernesto Muñoz.