• Este es el motoclub más antiguo de Latinoamérica

    Con más de un siglo de vida, por el Valparaíso Moto Club han pasado decenas de personajes emblemáticos. Además, guarda como su máximo tesoro una Humber británica de 1911.

    C on casi tres caballos de fuerza las motos Humber -producidas en una naciente fábrica de Coventry, en Inglaterra- se las arreglaron para quedar dentro de las top ten del Gran Premio de la Isla de Man, en 1911, más conocido entre los motoqueros como TT de Isla de Man. Desde la primera década del siglo pasado y hasta la actualidad, esta dependencia de la Corona Británica ubicada en el mar de Irlanda recibe a cientos de corredores de toda Europa (sólo se interrumpió durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, y el 2001, debido a un brote del Virus de la Vaca Loca).

    Ese primer año en el actual circuito Mountain Course fue un éxito total para las nuevas motocicletas que se comenzaron a armar a mediados de la década anterior, y el mítico Percy Evans se coronó campeón con una Humber de 250 cc, agregando más aplausos a su ya laureada carrera. Con una velocidad media de 41 millas y media, el corredor británico fue el rey e hizo morder el polvo a los 34 participantes restantes.

    Un ejemplar similar, del que sólo se fabricaron 100 unidades, cruzó el Atlántico y hoy reposa de sus innumerables jornadas gloriosas en la sala de reuniones del Valparaíso Moto Club, a pasos del Ascensor Polanco. Quizás estuvo dentro de las cuatro motos que se ubicaron en los primeros lugares del TT aquella tarde de junio de 1911, nunca lo sabremos con seguridad. Lo que sí está claro en el club, es la fortuna de tener uno de los últimos tres modelos de la Humber 250cc que quedan en el mundo y la única en Chile.

    Junto a los incontables recuerdos, trofeos y fotos de socios históricos del club, la belleza exótica de la motocicleta británica llama la atención por sí sola. Es un tesoro para los motoqueros. Se mira pero no se toca, bueno, casi: cada aniversario del club (fundado el 9 de septiembre de 1914), es la encargada de dar el primer rugido para comenzar las celebraciones. Todavía funciona, y así pretenden que siga, para continuar siendo protagonista en los festejos y actividades de la agrupación motoquera (en vigencia de manera ininterrumpida) más antigua de Latinoamérica.

    Silva Henríquez

    En los 101 años de vida del club cientos de porteños y también afuerinos han pasado por sus filas, algunos de ellos con posterior influencia en la historia de Chile. Al igual que los actuales miembros de la centenaria agrupación, el Cardenal Raúl Silva Enríquez y el Almirante José Toribio Merino también experimentaron la adrenalina de subirse a una moto.

    La conexión de Silva Henríquez con el club comenzó a través de Emilio Peters, ex presidente del directorio, cuando en la década del "50 parte una estrecha amistad con el religioso. Luego, durante toda su permanencia en el Puerto, éste ofició como sacerdote en todas las misas oficiales de Valparaíso Moto Club y participó en carreras y paseos en moto. De hecho, los socios del VMC aún recuerdan cuando en su despedida de la zona y durante su viaje a Santiago para asumir como Arzobispo, fue acompañado por una caravana de motociclistas hasta la capital.

    En la vereda opuesta a Silva Henríquez ( creador de la Vicaría de la Solidaridad) -señal de la heterogeneidad de los socios que han pasado por el club- en 1950 un joven Teniente de la Armada se convertía en presidente de la organización: José Toribio Merino. Pedro López, uno de los socios más antiguos con más de 50 años, cuenta que "estuvo cerca de un año de presidente, le gustaban mucho las motos, era corredor. En ese tiempo era como cualquier marino que viene al club, no era conocido y no tenía la importancia que tuvo después".

    Retomar la tradición

    Cristián Covarrubias (40), actual presidente, es uno de los socios más jóvenes del club. Apenas lleva tres años, pero junto a los demás miembros, está con todas las ganas de revivir los antiguos eventos de la agrupación, de capa caída en los últimos años. "Queremos rescatar las tradiciones que están estancadas, como por ejemplo las legendarias Cien Millas de Valparaíso, en Playa Ancha. La idea es unificar las ideas nuevas con lo antiguo, respetando a los socios que tienen más años e incorporando gente nueva también", comenta Covarrubias.

    El trabajo conjunto ya empieza a dar frutos y el 21 de febrero será la prueba de fuego. Ese día, con partida a las 10 de la mañana desde la sede del club, se retomará la histórica Caravana al Cristo Redentor de Los Andes, extinta desde fines de los sesenta. Serán 440 kilómetros de ida y regreso que se recorrerán durante la jornada, y en la que no es necesario ser socio para participar. Los interesados en ser parte de esta travesía pueden contactarse con el grupo a través de su facebook: Valparaíso Moto Club.

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