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  • El 30% de los chilenos que viajan a aprender idiomas son menores

    Un sondeo de Education First descubrió, además, que el destino preferido de los nacionales para mejorar su inglés es Nueva York, y que quienes más toman sus programas son las mujeres.

    Natividad Espinoza R.

    Aprender otros idiomas en el país natal no es lo mismo que viajar miles de kilómetros para hacerlo en un contexto diferente donde se habla otra lengua, ya que esto obliga a "tirarse a la piscina", es decir, poner en práctica lo que se va aprendiendo día tras día para poder comunicarse.

    Así lo confirmó la estudiante de Periodismo Rocío Ayala (20), quien hace un tiempo viajó a Nueva York a aprender inglés en el marco de un programa de la agencia Education First (EF), líder en la enseñanza de idiomas en Chile y el extranjero.

    "Ahora sé mucho más no sólo por las clases sino porque por sobrevivencia tuve la necesidad de buscar palabras en un traductor y empezar a usarlas, partiendo con un inglés muy cavernícola hasta que salían", narró Ayala.

    Como ella, son más de 3.000 al año los chilenos que se trasladan a otra nación con el objetivo de aprender otro idioma en una sede de EF, que ayer dio a conocer los resultados de un estudio a través del cual se conocieron las preferencias de sus usuarios chilenos.

    Entre los principales descubrimientos del sondeo está que el destino más popular, entre los chilenos de todas las edades, es Nueva York, con el 15% del total de viajes elegidos durante los últimos años. Asimismo, la empresa reveló que la mayor parte de sus clientes tiene entre 15 y 30 años, y que el 55% de ellos son mujeres.

    Por otra parte, EF sostuvo que el 58% de los chilenos que viajan gracias a sus programas provienen de la Región Metropolitana, mientras un 7% es oriundo de Valparaíso y otro 7% de Antofagasta. En tanto, el 5,3% es del Biobío y, el 4%, de la Araucanía.

    los distintos grupos

    De la totalidad de quienes viajan junto a EF, el 30% son menores de edad. Entre ellos, los destinos más solicitados son Nueva York (20%), Oxford (12%), Eastbourne (9%) y Washington (7%).

    El gerente general de EF Chile, José Luis Scerri, explicó que "en el programa para escolares se puede elegir vivir en un hogar con un anfitrión local o en un campus de EF. Esta opción permite estar a sólo unos pasos de las clases, con personal disponible para asegurar una estadía más controlada y segura".

    A esto, añadió que se pueden formar grupos a partir, por ejemplo, de un curso de colegio, a fin de planear unas entretenidas vacaciones de estudio de idiomas en el verano.

    En cuanto a los estudiantes mayores de edad y los profesionales (cuyo 10% supera los 40 años de edad), EF detectó que, después de Nueva York, se inclinan por Oxford, Londres, Auckland y Chicago.

    Las clases

    Hasta noviembre próximo se podrá postular a los programas de verano, que partirán entre enero y febrero de 2017.

    Los interesados, que antes de iniciar los programas son sometidos a pruebas para determinar qué tan avanzados se encuentran en el manejo del idioma que quieren dominar, pueden optar a distintas modalidades: general, intensivo o más bien ligado a sus intereses profesionales. Dependiendo de las horas al día requeridas por cada una, se pueden complementar con trabajos de medio tiempo y/o voluntariados.

    Los programas tienen todo incluido y sus valores van desde los US $450 por semana en adelante, dependiendo del destino y la duración.

    El método de enseñanza, por su parte, se diferencia de los típicos, siendo más didáctico. "A nosotros, por ejemplo, nos hacían ver series como 'The walking dead' y después comentarlas", precisó Ayala.

    "A nosotros, por ejemplo, nos hacían ver series como 'The walking dead' y después comentarlas.

    rocío ayala, estudiante"

    el 10% de los clientes chilenos de EF son personas mayores de 40 años.

    la mayoría de los viajeros de la agencia en Chile tiene entre 15 y 30 años de edad.

  • El calibre de las mentiras empeora a medida que estas se repiten

    Una parte del cerebro ligada a las emociones va perdiendo sensibilidad a ellas.

    Un estudio de la Universidad Colegio de Londres (UCL, por sus siglas en inglés) acaba de descubrir que la repetición del engaño hace al cerebro perder sensibilidad ante la mentira, haciendo más probable que el mentiroso produzca una escalada de falsedades. Es decir, que mienta cada vez más y peor.

    El sondeo se basó en el escaneo del cerebro de 80 voluntarios mientras llevaban a cabo tareas en las que se presentaba la alternativa de mentir para obtener beneficios personales.

    De esta manera, los profesionales descubrieron que la amígdala -parte del cerebro asociada a la emoción- se activaba cuando los sujetos mentían en beneficio personal, pero que la respuesta de esta parte del cerebro iba disminuyendo a medida que la persona incurría en más engaños hacia los demás.

    El coautor del trabajo, Tali Sharot, añadió que el debilitamiento de esta respuesta trae como consecuencia que el sujeto cada vez considere como aceptables mentiras más grandes.

    "Esto conduce a una pendiente resbaladiza donde los pequeños actos de insinceridad se convierten en mentiras cada vez más significativas", aseguró Tali Sharot.

    80 voluntarios formaron la muestra del estudio, realizado en el Reino Unido.

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