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  • Yo confío

    por karol lucero / @Karol_LuceroV

    Hay una Fundación que acaba de lanzar una campaña para luchar contra el abuso sexual infantil, desde una mirada que parece paradójica: desde la confianza. Cuando ocurre ese drama casi innombrable en el que un niño, una niña o un joven es o fue víctima de abuso sexual, lo que tiende a levantarse es la desconfianza. Sobre todo, sabiendo que en más del 90% de los casos de abuso sexual, el agresor conocía a la víctima. Todos parecen posibles abusadores.

    Nadie quiere ni puede confiar en nadie. El discurso comienza a ser, de manera dominante: no confíes en nadie. Como si el sólo hecho de desconfiar fuera a crear relaciones más seguras.

    Pues bien, una fundación se instala en un lugar totalmente diferente. Busca generar confianza, como una energía integradora, una alianza de todos no para crear espacios de vulnerabilidad, sino espacios y contextos de protección: espacios de confianza. Y no confianza ciega, es decir esa confianza que no permite cuestionar, pensar ni ver. Aquí se trata de una confianza nueva, como dicen en Fundación Para la Confianza: una confianza lúcida, ética, responsable, que se compromete en la creación de una sociedad que cuida sobre todo a los más pequeños. Una sociedad que en su conjunto quiere constituirse como garante de los derechos, en especial, de los derechos de los niños y niñas. Y para eso no puede instalarse en la desconfianza, pero tampoco en la confianza ciega.

    Es desafiante posicionarse desde la confianza para prevenir situaciones abusivas. Especialmente abusivas en el ámbito más delicado, crítico, sagrado, que es la infancia. Hay una tendencia a la desconfianza total, pero sabiendo que la desconfianza no construye relaciones protectoras. Las destruye. ¿Cómo se enseña a pedir ayuda si no se confía en nadie? ¿Cómo se enseña a distinguir relaciones sanas de relaciones tóxicas si todos son igualmente amenazantes? La postura de la confianza, como energía protectora, lúcida, ética es claramente un aporte para la prevención del abuso en general y, en particular, del abuso sexual infantil. Sobre todo si subrayamos: ética, lucidez y respeto de los derechos de los demás.

    La campaña de la fundación, "Yo confío", es una provocación. No para destruir, sino para llamar la atención sobre la necesidad de crear contextos de confianza protectora, que es lo que falta en la sociedad actual. Nos sobra desconfianza, nos falta confianza lúcida. "Yo confío". Yo confío, sobre todo en que juntos podemos luchar contra el abuso sexual infantil.

    Fundación para la confianza, www.paralaconfianza.org.

    "¿Cómo se enseña a pedir ayuda si no se confía en nadie? ¿Cómo se enseña a distinguir relaciones sanas de relaciones tóxicas si todos son igualmente amenazantes?"


    Un consejo

    La institución World Vision (www.worldvision.cl) permite apadrinar a niños de distintas edades, estableciendo estrechos lazos afectivos a través de visitas, cartas, videoconferencias, etc. Sin duda, un padrino puede ser un gran apoyo.

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