Camila Infanta S.

Tan sólo tres días fueron necesarios para que 90 rescatistas, entre tailandeses e internacionales, lograran sacar a 12 niños y un profesor de fútbol desde una cueva inundada en la ciudad de Chiang Rai, tras 18 días de completo cautiverio. La operación terminó ayer con los jóvenes internados en observación y el equipo de rescate aplaudiendo el trabajo realizado.

El proceso de salvamento había empezado el domingo cuando se logró la liberación de los primeros cuatro niños, a quienes les siguieron cuatro más el lunes. Ayer culminó la misión con los cuatro menores faltantes además del profesor. Unas horas después también salieron los buzos y los médicos que habían acompañado a los jóvenes en los últimos momentos de la operación.

"No sabemos si esto fue un milagro o algo científico o qué, pero lo cierto es que los 13 Jabalíes Salvajes están fuera de la cueva", informó operaciones especiales de la Armada tailandesa en su página de Facebook en alusión al nombre del equipo de fútbol. "Todos están a salvo".

Tras la salida estallaron los aplausos y los vítores en una dependencia del gobierno donde voluntarios y periodistas esperaban noticias de los jóvenes atrapados. Se escuchaban helicópteros sobrevolando la zona, transportando a los muchachos que habían sido sacados de la cueva. La gente en la calle aplaudió espontáneamente al ver llegar las ambulancias al hospital, en la ciudad de Chiang Rai.

Amporn Sriwichai, tía del entrenador Ekkapol Chantawong, dijo que "cuando lo vea le voy a dar tremendo abrazo y le voy a decir que lo quiero mucho, que lo extrañé mucho".

La odisea de los jóvenes cautivó no solo a Tailandia sino que también al resto del mundo desde el primer momento en que se reportó su desaparición, hasta las primeras imágenes de video de los niños, de entre 10 y 16 años, en la cueva, hallados con vida. Los menores y su entrenador ingresaron a la cueva Tham Luang el 23 de junio, cuando fueron a explorar tras un partido de fútbol, pero quedaron atrapados por el agua que trajo una torrencial lluvia.

Diego Gotelli C.

Las lluvias torrenciales que azotaron a la zona suroeste de Japón dejaron hasta ayer 157 personas fallecidas, mientras que otras 56 seguían aún desaparecidas, según informaron las autoridades locales.

Las continuas precipitaciones provocaron deslaves e inundaciones, destruyendo barrios completos y dejando otras cubiertas de lodo. Ayer miles de viviendas no tenían agua potable ni electricidad en Hiroshima y en otras zonas afectadas, donde muchos hacían fila para recibir agua bajo un intenso sol con temperaturas de hasta 35° Celsius.

Otras de las zonas mayormente afectadas fueron las prefecturas de Okayama y Ehime. Se esperaba que este martes el primer ministro nipón, Shinzo Abe, visitará aquellos sectores luego de cancelar una gira por Europa y Oriente Medio para coordinar la emergencia.

En lo que va de semana, las localidades más dañadas comienzan lentamente a levantarse, tras el cese de las precipitaciones el lunes.

Las autoridades habilitaron un grupo de trabajo e invertirán 2.000 millones de yenes (unos $11 mil millones) para acelerar la entrega de suministros y otros productos a centros de evacuación y a residentes de la región, dijo el secretario jefe del Gobierno, Yoshihide Suga