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  • "Teníamos al detenido y nos seguían arrojando bombas, sin temor a quemarlo"

    Dos alumnos fueron detenidos por lanzar molotovs y cinco funcionarios sufrieron lesiones. "Esta violencia es indignante. ¿Qué pasa con estas personas?", dijo Piñera.

    Leo Riquelme

    Las clases comenzaban ayer en el Liceo de Aplicación cuando partió la batahola. Encapuchados vestidos con overoles blancos derribaron una reja, instalaron barricadas y se enfrentaron con carabineros, que fueron recibidos con piedras, sillas y bombas incendiarias. Pero lo peor vino cuando los funcionarios entraron al colegio.

    Los efectivos llegaron a la multicancha para detener a los vándalos, uno se cayó y fue atacado con todo lo que tenían a mano los manifestantes, incluido un tambor.

    Sus colegas llegaron a rescatarlo y detuvieron a uno que lanzó un artefacto incendiario, y luego se replegaron. Ahí vino la arremetida.

    "Cuando teníamos a este detenido nos seguían arrojando elementos contundentes y bombas molotovs, sin ningún temor de quemar también al compañero", contó desde el Hospital de Carabineros uno de los cinco efectivos heridos en la revuelta, el teniente Felipe Cárdenas.

    "Le brindamos protección al detenido. Me interpuse con mi cuerpo debido a que estoy equipado con equipo que retarda el fuego, para evitar que al detenido le llegaran las bombas, porque estaba empapado en combustible", agregó.

    Un video muestra a al menos dos manifestantes lanzar bombas directas contra los funcionarios. "Los intentaron quemar vivos", dijo el general director de Carabineros, Hermes Soto, tras reunirse con los lesionados, ninguno grave.

    Los dos detenidos son alumnos del liceo. Uno tiene 18 años y el otro 16. Durante la tarde en el tribunal de garantía se decidió ampliar la detención de los estudiantes, para recolectar más antecedentes. Según el fiscal Mauricio González, arriesgan penas que parten en 3 años y 1 día.

    Supuesta organización

    Ayer hubo incidentes también en los liceos Confederación Suiza y Barros Borgoño. Según Carabineros, este año han enfrentado 200 hechos de este tipo en colegios de la Región Metropolitana.

    "Lamentablemente se están produciendo todos los días y se ha hecho una costumbre (...) La peligrosidad con la que actúan los jóvenes es altísima", calificó el general Soto.

    Para él, "de todas maneras hay una organización detrás de esto. No puede ser que de la nada aparezcan estos jóvenes vestidos de blanco, y con todos los elementos necesarios para producir problemas".

    "Esta violencia es indignante e inaceptable ¿Qué pasa con esas personas? ¿Tiene que morir alguien para que reaccionen?", tuiteó el presidente Sebastián Piñera.

    Junto con condenar lo sucedido e informar sobre la presentación de una querella contra quienes resulten responsables, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, afirmó que los causantes son "grupos anárquicos, que no tienen ningún límite". En tanto, la intendenta Karla Rubilar los acusó de "estar matando" a los liceos emblemáticos.

    Como sostenedor, el alcalde Felipe Alessandri demandó se le otorguen atribuciones a los directores para poder expulsar a los alumnos que protagonicen hechos violentos. "Estas no son incivilidades, aquí hay encapuchados sin un petitorio, que a cara cubierta hacen estos actos que yo califico de terroristas: lanzar una bomba molotov, elementos contundentes, son actos que pretenden infundir el terror, y eso es lo que están haciendo con nuestros vecinos, con los transeúntes", dijo.

    El Mineduc anunció hace dos semanas un proyecto para reducir de 40 a cinco días la tramitación para expulsar a un alumno involucrado en hechos así. Ayer la ministra Marcela Cubillos dijo que será ingresado tras Fiestas Patrias.

  • Se borró un tatuaje

    Por Paulina Flores

    Maximiliano Garay. Vive en Macul junto a su hija de 13 años y su pareja. Los fines de semana le gusta hacer actividades al aire libre, como visitar parques y hacer picnics o subir algún cerro en bicicleta, pero no siempre reúne el quórum de su familia y le toca ir a pasear al mall o ver una película en el cine. Hace un par de meses comenzó un curso de inglés y se borró un tatuaje del brazo: "Quería estudiar hace tiempo. Eso es algo que jamás pensé que iba a decir, porque cuando era chico era bien rebelde y me cargaba el colegio, de hecho repetí dos veces. Tampoco me juzgo por haber sido inmaduro, porque es justo la edad donde uno se puede mandar condoros sin que sean tan graves, pero me hubiera gustado tener a alguien que me aconsejara mejor. Yo era el hijo de al medio, así que nadie me pescaba mucho".

    "Fue en esa época cuando me hice un tatuaje en el brazo. El hermano mayor de un compañero estaba aprendiendo y yo me ofrecí para que practicara. Elegí uno tribal. No quedó tan feo, pero con el tiempo se me deformó y bajó de posición. Al final parecía un tatuaje de esos que viene en los chicle. Nunca me causó problemas en términos laborales, porque lo podía ocultar fácilmente. Era una cosa más mía, como de intentar cambiar el pasado".

    "Me lo quemaron con uno de los mejores láser que existen ahora, pero aún así fue muy doloroso y quedó la cicatriz con la forma, pero no me arrepiento porque se salió todo el negro. Lo viví como una especie de terapia".

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