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  • Peak de violencia en el Instituto Nacional deja un encapuchado quemado y alumnos ahogados

    Carabineros lanzó lacrimógenas al recinto tras la explosión de 27 molotov. Alcalde respaldó su actuar y adelantó las vacaciones.

    Diego Gotelli C.

    "Me estoy ahogando... No puedo respirar... Tengo ganas de vomitar". Las quejas son parte del ambiente que se escuchaba ayer dentro de una de las salas del Instituto Nacional, segundos después de que los gases lacrimógenos lanzados por Carabineros alcanzaran gran parte del recinto y obligaran a los alumnos que estaban en clases a refugiarse debajo de sus pupitres, tapándose la nariz para reducir la afectación.

    La escena da muestra del peak de violencia que alcanzó ayer el liceo emblemático, el que fue nuevamente escenario de una confrontación entre encapuchados y la policía, las que se repiten casi a diario desde inicios de mes. Esta vez el foco de mayor tensión fue cuando un grupo de jóvenes subió al techo del recinto para lanzar bombas molotov, una de las cuales explotó en el rostro a su portador, prendiéndolo en llamas y siendo apagado por sus compañeros. El herido tiene 17 años, quedó con lesiones leves y fue detenido. Fue formalizado y quedó con arresto domiciliario total.

    Pero esa no fue la única molotov de la jornada. Según Carabineros, en los enfrentamientos se lanzaron más de 27 artefactos incendiarios, lo que gatilló en el uso del carro lanzaaguas y el de gases, además de irrumpir con un contingente al interior del recinto, recorriendo varias salas. "Fue un ingreso violento. Utilizaron escopetas de perdigones. La gran parte del colegio se encontraba en clases", criticó Kenneth Guerrero, miembro del centro de alumnos.

    Sin embargo, la medida fue defendida por la intendenta regional, Karla Rubilar, quien señaló que el ingreso policial y el uso de gases son parte del protocolo si se considera una situación como "de riesgo". "Lanzar bombas molotov, que pueden matar a un alumno o a un inocente, es un delito, y frente a eso Carabineros actúa y lo hará cada vez que sea necesario", dijo.

    Misma defensa realizó el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, quien afirmó que la irrupción policial se debió a que los uniformados "estaban persiguiendo a un delincuente que estaba lanzando bombas molotov", remarcando además que "ninguna bomba lacrimógena" fue lanzada al interior de las salas de clases.

    Asimismo, el también sostenedor del liceo anunció que tras los hechos se acordó adelantar las vacaciones de invierno de los institutanos, que estaban fijadas para dos semanas más pero que ahora irán desde hoy hasta el 8 de julio. "Es una decisión drástica pero no queremos poner en riesgo la integridad física de alumnos, cuerpo docente y funcionarios", acotó. La decisión no implicaría cerrar el semestre, ya que luego se retomarán las actividades de este periodo.

    "Esta medida no va a hacer que cesen las movilizaciones", replicó Rodrigo Pérez, presidente del centro de alumnos, quien acusó al alcalde elevar la violencia en el recinto "Estamos viviendo las consecuencias de un estado de trinchera", manifestó.

    En las próximas semanas se espera que el municipio analice medidas para frenar la violencia. Entre ellas están la idea de reforzar el control en los ingresos, instalar cámaras e implementar programas psicoemocionales.

    "Un puñado de alumnos generó que el Instituto Nacional se transformara en un campo de batalla

    felipe alessandri, alcalde de santiago"

    el joven quemado que se incendió con su propia molotov fue identificado como un alumno del liceo y se le aplicará la ley Aula Segura.

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  • Policía controló a uno de los fugados de Colina 1 y no lo detuvo

    La tardanza en registrar su nombre en la lista de prófugos permitió que el reo se libre.

    Sólo nueve horas pudo haber durado el plan de escape de Pedro Torres González, uno de los tres prófugos que el martes se fugó del centro penitenciario Colina 1, ya que ese mismo día se topó con un carabinero que controló su identidad en un operativo realizado en Coronel (Biobío). Sin embargo, tras unos minutos de inspección el uniformado decidió no detenerlo.

    El hecho fue confirmado por el el subprefecto Carlos Jara, quien señaló que el control se realizó a las 13:15 del martes, cuando la policía acudió al llamado de un transeúnte que denunció la presencia de dos sujetos sospechosos en un vehículo. Uno de ellos resultó ser Torres, quien se fugó del penal capitalino a las 4:30 horas y cuyo escape fue ratificado por Gendarmería a las 8:00. Jara contó que el prófugo entregó su carnet real, el que al ser revisado señaló que tenía antecedentes por nueve causas, pero todas canceladas, por lo que no fue retenido. Por el contrario, su acompañante dio una cédula falsa, lo que desencadenó un enfrentamiento con la policía que acabó con el sujeto baleado y detenido. Y Torres huyó.

    Sobre por qué el sistema no indicó que Torres (condenado por homicidio) estaba prófugo, el subprefecto explicó que esa alerta se ingresó recién a las 15:00, dos horas después del control policial.

    En tanto, el director de Gendarmería, Christian Alveal, informó que seis funcionarios fueron desvinculados por "negligencia inexcusable" en la fuga. Según contó a radio Cooperativa, el registro de seguridad mostró que los reos transiotaron por una zona no permitida "a vista y paciencia" de las cámaras. "No se cumplieron con los protocolos que están establecidos, ni con la mínima condición de celo profesional", enfatizó.

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