• Con sentida carta un niño relató el bullying por el que dejó su colegio

    El menor de 12 años acusó episodios de homofobia que incluyeron una persecución de 20 compañeros. "Decían que había que pegarle al maricón", contó su madre.

    Diego Gotelli C.

    "Por favor hagan algo", es parte de lo que escribió un niño de 12 años mientras recordaba el momento en el que debió esconderse dentro del laboratorio de su colegio, llorando, escapando presuntamente de sus compañeros que lo querían agredir. Ese episodio, según la familia, ocurrió el 1 de agosto en la Escuela San Lázaro de La Salle de Santiago, y la carta del menor que cursa sexto básico reveló un grave caso de bullying que habría vivido desde abril.

    "Lo venían molestando por su orientación sexual, diciéndole marica y maricón. No le permitían comer tranquilo, le lanzaban comida a la cara, lo hostigaban al ir al baño, lo pateaban en el suelo", relató su madre, quien prefirió no revelar su identidad.

    Según contó, los ataques llegaron a su peak este mes cuando su profesor lo dejó al cuidado de las llaves de la sala de clases en el almuerzo, y tras ser instado por sus compañeros a abrir antes de tiempo él se negó. Ello habría desencadenado una persecución de 20 alumnos "quienes decían que había que pegarle al maricón", dijo su madre, lo que acabó en su escondite en el laboratorio. En la carta detalló los insultos que recibió e identificó a sus agresores.

    "Ahora tiene pesadillas, está muerto de miedo, llora. Es complejo sentir esta impotencia. Todo el curso se le vino encima", añadieron sus padres, quienes denunciaron el caso al Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), desde donde responsabilizaron de la situación al colegio ya que habrían sido advertidos del bullying desde el 17 de abril.

    "El colegio, más que intentar resolver lo sucedido, lo que hizo fue generar estrategias para poder ocultar o bajarle el perfil", señaló el encargado de Derechos Humanos del Movilh, Ramón Gómez.

    Tras el último ataque la familia optó por sacar al niño del colegio aconsejados por su sicóloga y ahora rinde exámenes libres con profesores privados. La semana pasada denunciaron el caso en la Superintendencia de Educación.

    Investigación en curso

    Desde la escuela señalaron en un comunicado que se aplicaron los protocolos establecidos, entrevistando a los niños involucrados y a sus padres "para luego dar curso a las medidas formativas y/o disciplinarias contempladas en nuestro reglamento", indagatoria que está en curso. "Los hechos ocurridos nos invitan a trabajar con toda la comunidad educativa", añadieron.

    Asimismo, afirmaron que entregaron toda la información a la Superintendencia, organismo que confirmó que abrió una investigación por el caso. "Los establecimientos educacionales tienen el deber de contar con estrategias de prevención ante cualquier tipo de discriminación, que permitan regular el procedimiento y las medidas formativas o disciplinarias que se tomen con los estudiantes involucrados", enfatizó el superintendente Cristián O'Ryan.

    el año pasado se integró el niño al colegio. "Llegó contento, pensó que lo iban a aceptar", dijo su madre.

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  • Poción para la felicidad

    Por Paulina Flores

    Félix. Tiene 25 años y empezó su proceso de transición hormonal en enero: "Pero el social desde el año pasado. Incluso, cuando empecé mi transición social, seguía con mi nombre legal, porque estaba indeciso. Viví 24 años como mujer, pero tuve las inseguridades con respecto a mi género toda la vida. Siempre tuve actitudes. Por ejemplo, algo de lo que yo me di cuenta es que de muy chico hacía pipí de pie, ayudándome con el cono de confort. Muchos años después mi polola hizo su tesis con OTD, una organización de trans. Ahí empecé a aprender y a leer harto. Escuchando los testimonios me di cuenta de que yo había pasado por lo mismo, que pensaba lo mismo. Pero me daba terror aceptar que podía ser trans y me lo negué por harto tiempo. Hasta que un día le conté a mi polola. Ella me recomendó que fuera al psicólogo. La psicóloga me dijo que no me podía decir que yo era trans, que eso sólo yo podía decirlo. Por mi parte seguí estudiando e informándome. En diciembre del año pasado le conté a mi familia. Mi padrastro, que es muy abierto de mente, lo aceptó altiro. A mi mamá no le sorprendió, pero le ha costado más digerirlo. Todavía me sigue tratando en femenino, pero la entiendo y no la juzgo, porque sé que si el proceso de la transición es difícil para mí, para ella debe ser aún peor. Elegí el nombre de Félix porque significa Feliz, es original y además supe que hay una poción en el libro de Harry Potter que se llama 'Felix Felicis' y yo soy muy fanático del libro, así que todo coincidió mágicamente".

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