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  • El derecho a vivir en paz parte por casa

    Sin importar el tipo de conflicto, entre familias, parejas y/o diplomáticos, somos más efectivos manejándolos cuando posponemos la persuasión hasta comprender la visión del otro. El connotado psicólogo John Gottman estudió en profundidad cómo es que algunas parejas logran mantener la paz, mientras que otras parecieran vivir en guerra. El ruso Anatol Rapoport estudió cómo las naciones logran la paz. Ambos observaron la importancia de posponer el plantear nuestro punto de vista y estar realmente presentes para el otro, más que estar en el futuro pensando en mi respuesta.

    El hacer preguntas para una comprensión profunda, expresar qué he entendido y validar la visión del otro, aunque sea distinta a la mía, es lo que marca la diferencia. Por su parte, el que habla lo hace desde cómo se siente, describiendo la situación (no criticando al otro) y plantea lo que necesita (no lo que el otro tiene o no que hacer).

    Las parejas o familias, de cualquier tipo que sean, que logran construir la paz, serán vivos ejemplos que eventualmente lo serán para otros. En este mismo minuto, puede que una pareja esté criando a un próximo presidente o presidenta de Chile o que le estén cambiando los pañales al de Venezuela.

    La madre Teresa dijo: "Si quieres cambiar el mundo, ve a tu casa y ama a tu familia". Podemos partir por ahí, desde las diversas formas de ser familia y esperando que no nos quedemos solo en casa. El amor puede ser un micromomento de conexión y bienestar, que podemos crear incluso con un extraño, al mirarlo a los ojos y saludarlo o sonreírle.

    El amor es COMPASIÓN, es tener empatía hacia el otro y comprender su dolor. Las experiencias dolorosas por las cuales atravesamos pueden ser oportunidades para despertar nuestra esperanza y fortalecer nuestra resiliencia.

    Rodrigo Jarpa / @rodrigojarpa

    Magíster en Psicología Clínica y doctor en Sexualidad Humana.

  • Mujeres casadas con hombres 10 años menores son más comprometidas y felices

    Sin embargo, el sesgo social en estos casos es mucho mayor.

    Redacción

    En Estados Unidos sólo en 1,3% de matrimonios la mujer es 10 o más años mayor que el marido. Sin embargo, un estudio determinó que las que se encuentran en esta condición son más felices, más comprometidas y de relaciones más duraderas.

    El informe "Opiniones sobre parejas sexuales con una gran diferencia de edad", publicado en la revista Familia y Matrimonio, investigó las actitudes hacia las relaciones sexuales heterosexuales, donde hay una gran diferencia de edad, examinándose la suposición de los medios de comunicación de que la opinión pública se opone a las relaciones en las que hay grandes diferencias de edad y que esta objeción es más pronunciada para las relaciones donde la mujer es considerablemente mayor.

    A pesar de todo, tras realizarse una encuesta a mujeres que tienen este tipo de relaciones, resultó que éstas estaban más satisfechas y se comprometían más.

    La encuesta se realizó a unas 200 mujeres que mantenían relaciones heterosexuales. Entre las mujeres estaban las que eran significativamente mayores que sus parejas masculinas (22 años en promedio), aquellas que eran significativamente más jóvenes que sus parejas masculinas (17 años en promedio) y aquellas que tenían una edad cercana a sus parejas (3 años de diferencia en promedio). El primer tipo de pareja era la más feliz y sus relaciones más duraderas.

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