• La hora en que rinden las pruebas los universitarios influye en sus resultados

    Un estudio encontró que a las 13:30 era mejor momento para evaluar, en comparación con las 9:00 y las 16:30 horas.

    Natividad Espinoza R. / EFE

    Durante la vida universitaria es normal sentir a veces que, pese a haber estudiado bastante, el rendimiento en una prueba no fue el esperado. Un nuevo trabajo sugiere que, en ocasiones, esto podría estar más relacionado con la hora en la que se aplicó el examen que con las técnicas de preparación y lo anotado en clases.

    ¿Por qué? Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (España) y la Universidad de Bolonia (Italia) creen que esto puede deberse a los ritmos circadianos. Es decir, "a los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad", tal como los definen los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH, por la sigla que forman en inglés).

    En virtud de los ritmos circadianos, los científicos usan un símil relacionado con las aves: comparan con alondras a las personas matutinas, aquellas con mejores capacidades cognitivas por la mañana, y con búhos a los vespertinos, que suelen estar más espabiladas por la tarde-noche.

    En el estudio, publicado en la revista The Economic Journal, los estudiosos proponen tener en cuenta los ritmos circadianos de los estudiantes (es decir, si son matutinos o vespertinos) para planificar cuándo aplicarles las pruebas.

    La mejor hora

    La investigación determinó que la hora a la que los universitarios tienen un rendimiento máximo y obtienen mejores notas son a las 13:30, en comparación con los exámenes de la mañana (9:00 horas) y la tarde (16:30 horas).

    Los científicos emplearon el sistema de educación superior usado en el Reino Unido, donde los universitarios tienen la restricción de realizar un examen diario, en uno de los tres horarios disponibles: 9:00, 13:30 y 16:30 horas.

    A fin de obtener estimaciones causales, aprovecharon el hecho de que la hora del examen se asigna casi aleatoriamente por la Oficina de Atención al Estudiante, que se encarga de su programación.

    Según Alessio Gaggero, investigador del departamento de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa de la Universidad de Granada y primer autor del estudio, las estimaciones señalan que "el desempeño promedio de los estudiantes, asignados casi aleatoriamente a exámenes a distintas horas del día, sigue una relación en forma de U-inversa".

    Según Gaggero, existen dos mecanismos que pueden explicar estos hallazgos: los procesos circadianos y la privación del sueño.

    "Considerando los procesos circadianos, durante los exámenes matutinos los estudiantes rinden peor al no ser evaluados en el peak de sus capacidades cognitivas. En cuanto al segundo mecanismo, los estudiantes rinden peor en los exámenes matutinos como consecuencia de la privación del sueño", explicó.

    Para identificar bajo qué condiciones los efectos de la hora del día son más fuertes, los científicos sugieren que hay tres factores clave: la exposición a la luz solar, el tipo de tarea cognitiva y la edad del alumno.

    "Los efectos de la hora del día son más fuertes en la sesión de exámenes de invierno, cuando la luz solar de la mañana es limitada", señaló el investigador, que apuntó en segundo lugar que la hora del día influye casi exclusivamente para los exámenes que requieren inteligencia fluida, es decir, memoria de trabajo, pensamiento lógico, resolución de problemas y razonamiento abstracto.

    Por último, los efectos de la hora del día son "significativamente mayores" para los menores de 20 años, según el estudio, que recomienda ponderar las calificaciones de los exámenes o reprogramar las evaluaciones según el patrón del ritmo circadiano.

    Algo especialmente importante, señalaron los autores, en escenarios donde hay mucho en juego, como un examen de selectividad o una entrevista de trabajo con resultados que pueden tener efectos duraderos.

    En general, concluyeron, para los adultos jóvenes las evaluaciones cognitivas que involucran habilidades de resolución de problemas deben trasladarse a las primeras horas de la tarde, especialmente en épocas en que la exposición a la luz solar es limitada.

    Por el contrario, otros tipos de evaluaciones cognitivas podrían trasladarse al comienzo o al final de la jornada, ya que les afectan menos los efectos de la hora del día.

    "Los efectos de la hora del día son más fuertes en la sesión de exámenes de invierno (...)

    alessio gaggero, autor principal del estudio"

  • IA plantea riesgo de extinción comparable al de guerras y pandemias, dicen expertos

    Más de 300 entendidos firmaron una carta advirtiendo sobre esta tecnología.

    La inteligencia artificial (IA) plantea un "riesgo de extinción" comparable al de las pandemias o la guerra nuclear, advirtió en una carta un grupo de más de 300 expertos e investigadores de la industria, entre los que se encuentran el director ejecutivo de Google DeepMind, Demis Hassabis; Dario Amodei, director ejecutivo de Anthropic, y el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, entre otros.

    "Mitigar el riesgo de extinción de la IA debería ser una prioridad mundial junto con otros riesgos a escala social, como las pandemias y la guerra nuclear", dice el escrito.

    Desde que el chatbot de OpenAI, ChatGPT, se lanzó en noviembre de 2022, ha aumentado la preocupación sobre las consecuencias que podría conllevar el éxito de esta tecnología, siendo dos de los mayores temores la difusión a gran escala de desinformación y propaganda y la posible eliminación de empleos.

    Este mes, Altman, Hassabis y Amodei se reunieron con el presidente de EE.UU., Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, para hablar sobre la regulación de la AI.

    Además, el director ejecutivo de OpenAI testificó ante el Senado y advirtió que los riesgos de esta tecnología eran lo suficientemente serios como para justificar la intervención del Gobierno.

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