• Joven crea esperanzador parche para tratar el pie diabético, primera causa de amputación en el país

    El insumo incorpora moléculas con efecto antiinflamatorio y regenerador de los extractos naturales.

    Ignacio Arriagada M.

    El pie diabético, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la ulceración, infección y/o gangrena del pie, y está asociada a la neuropatía diabética y a diferentes grados de enfermedad arterial periférica. En Chile esta patología es la primera causa de amputación y de hospitalización por complicaciones de la diabetes mellitus. A nivel mundial representa la primera causa de amputación no traumática, con más de un millón al año.

    Como una alternativa para tratar el pie diabético, Lucas Marambio, egresado de la carrera de medicina de la Universidad Autónoma de Chile, creó "Herb-Bact", un esperanzador parche no invasivo que protege la piel y permite la aplicación de otros exámenes médicos, pues no contiene plata, principal componente de otros tratamientos.

    "Además del efecto antimicrobiano clásico de las opciones del mercado, incorpora moléculas con efecto antiinflamatorio y regenerador de los extractos naturales. A diferencia de los apósitos de plata, no genera manchas en la piel ni hipersensibilidad", explica el autor a este medio.

    Fórmula

    El insumo está desarrollado a partir de bacteriocinas, que son compuestos sintetizados que inhiben el crecimiento de bacterias o de cepas, en conjunto con extractos naturales. Ambas elementos son incorporados en una matriz de agarosa, la cual funciona como superficie de contacto con el tejido y vehículo para la formulación farmacológica.

    Herb-Bact destaca por su fácil uso, dado que se ajusta a los protocolos actuales para la curación de heridas, logrando, además, ser adaptado a las dimensiones específicas requeridas por el paciente.

    Origen

    El proyecto del parche fue ideado por Lucas Marambio junto al doctor Gino Corsini, docente y director del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chile.

    "Estudiamos las propiedades antimicrobianas de ciertas proteínas de origen bacteriano, así como también propiedades regeneradoras de compuestos de origen vegetal. Los resultados obtenidos fueron interesantes, y decidimos postular a financiamiento", detalla Marambio respecto al origen del insumo.

    La iniciativa dio un gran paso al adjudicarse uno de los proyectos de Valorización de la Investigación en la Universidad (VIU) de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), que, através de financiamiento, busca el desarrollo de nuevos emprendimientos, negocios o empresas basadas en la investigación basados en una investigación científica y/o tecnológica.

    En cuanto al proceso de patentamiento del proyecto, el joven especialista adelantó que "la solicitud está siendo redactada por un estudio de abogados especializado en el tema".

    "Además del efecto antimicrobiano clásico, incorpora moléculas con efecto antiinflamatorio y regenerador.

    lucas marambio, creador del insumo"

  • Las hormigas del Cretácico ya contaban con estructuras de comunicación como las actuales

    Así lo demuestra un estudio en el que se compararon patrones genéticos.

    Científicos japoneses han descubierto que en el Cretácico, hace cien millones de años, las hormigas ya tenían unas estructuras microscópicas de comunicación muy similares a las de sus descendientes y parientes actuales.

    La mayoría de este tipo de insectos actualmente dependen de la comunicación para cazar, defenderse y reproducirse como un nido.

    Para comunicarse, usan las feromonas que detectan los órganos sensoriales de sus antenas, llamados sensilas antenales. Y aunque las feromonas que utilizaban las del Cretácico se han perdido en el tiempo, sus antenas han quedado conservadas en ámbar.

    Para solucionar este problema y poder visualizar estos sistemas de comunicación, los expertos hicieron una técnica consistente en cortar las antenas y la cabeza de tres hormigas y esmerilar y pulir el ámbar circundante y girar los especímenes para capturar imágenes. Luego compararon los patrones de distribución de los sensilios de las hormigas con los observados en las antenas de seis especies de hormigas actuales de cuatro subfamilias.

    El análisis de las imágenes mostró cuatro morfotipos de sensilas salientes en las hormigas extinguidas que también se encontraban en las hormigas actuales. De hecho, las vivas usan estos cuatro sensilares para detectar feromonas de alarma y determinar molecularmente si una criatura cercana es amiga o enemiga.

    Estas estructuras se concentraban en puntos similares de las antenas de todas las especies, tanto extinguidas como actuales.

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