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  • Papa León XIV, el estadounidense peruano que apunta a seguir los pasos trazados por Francisco

    Por primera vez el cónclave escogió a un cardenal de EE.UU. para encabezar la iglesia católica. Robert Prevost tiene una historia que lo liga por dos décadas a Latinoamérica y en su discurso insistió en la búsqueda de paz y en la construcción de puentes.

    Leo Riquelme

    En su segundo día de deliberaciones y en la cuarta votación, los cardenales reunidos en el Vaticano eligieron ayer a Robert Prevost, prelado de Boston, como el papa 267 de la iglesia apostólica católica romana. Se trata del primer sucesor del apóstol Pedro nacido en Estados Unidos, pero también del primero con nacionalidad peruana, país en el que permaneció dos décadas y del que se naturalizó. El americano decidió que su nombre como pontífice sea León XIV, una identidad con carga potente en la institución.

    "La paz esté con todos ustedes", dijo León XIV desde el balcón de la basílica de la Plaza de San Pedro, donde una muchedumbre lo recibió eufórica.

    Prevost destacó la "voz valiente de Francisco", sobre quien se reconocía como cercano. "Tenemos que tratar de ser una iglesia misionera, que construya puentes de diálogo, abierta a todos quienes requieran de nuestra presencia", añadió antes de enviarle en español sus saludos a los fieles de la diócesis de Chiclayo, en Perú.

    Con 69 años, Prevost nació en 1955 y se formó como sacerdote en el seminario menor de los padres Agustinos. Cuando tenía 30 años fue enviado a su primera misión, en Chulucanas, en Pirua, Perú, y luego pasó a Trujillo, donde permaneció 14 años hasta que fue elegido prior provincial de su Provincia "Madre del Buen Consejo", en su natal Chicago.

    En octubre de 2002, Prevost estuvo en Chile en el Colegio San Agustín de Ñuñoa, donde como prior fue recibido con un desayuno y una serie de actos de parte de los niños, según da cuenta una publicación interna de la escuela difundida ayer. Lo propio hizo la iglesia de Concepción con una visita de 2003.

    En 2014 el papa Francisco lo nominó administrador apostólico de Chiclayo, quinta ciudad de Perú, con 600 mil habitantes en su conurbación, y donde anunció su decisión de nacionalizarse peruano en señal de compromiso con el país. Un año más tarde fue ungido obispo y desde 2018 hasta 2023 fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal. Ese año fue designado como cardenal diácono de Santa Mónica, en Roma.

    En 2024 una investigación del principal programa periodístico de Perú, Cuarto Poder, de América TV, lo acusó de encubrir a un sacerdote acusado de abusos sexuales por tres mujeres. Los hechos ocurrieron en 2004 en Chiclayo, cuando tenían entre 9 y 14 años, aunque fueron denunciados cuando eran mayores.

    Según el programa, las víctimas se reunieron con Prevost en 2022, quien les pidió hacer una denuncia formal y les ofreció disculpas y les dijo que les creía. Meses más tarde supieron que el cura acusado había sido trasladado de parroquia "por motivos de salud" y sin sanción. En un comunicado la iglesia de Chiclayo retrucó que el obispo realizó una investigación previa y envió los antecedentes a Roma, desmintiendo que haya encubierto el caso, pues siguió el procedimiento y aplicó cautelares al sospechoso, como el retiro de la parroquia y la prohibición del ejercicio sacerdotal público.

    Ayer, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, calificó la nominación papal como "un momento histórico", pues se trata de un "ciudadano peruano por elección y corazón". "Hoy el cielo nos regala una bendición (...) En nuestra tierra sembró esperanza, caminó junto a los más necesitados y compartió las alegrías de nuestro pueblo", agregó.

    Visión cardenalicia

    Prevost es reconocido por su personalidad afable, moderada y reservada y en Roma se asegura que era muy cercano a Francisco, quien lo designó como responsable de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica.

    Vaticanistas no pasaron por alto tampoco su decisión de nombrarse León XIV, lo que fue interpretado como un homenaje a León XIII, el papa que escribió "Rerum Novarum" a fines del siglo XIX, la primera encíclica social pontificia, en la que denunció las injusticias que sufrían los trabajadores a causa de la revolución industrial, un texto que caló hondo en el clero latinoamericano y que inspiró en Chile a sacerdotes como Alberto Hurtado, fundador del Hogar de Cristo.

    En esa línea, como obispo estadounidense Prevost expresó en varias ocasiones una postura crítica sobre el actuar del presidente Donald Trump y sus ministros en materias como identidad de género y, especialmente, migración y la política de deportación masiva.

    "Uno podría deducir que esta sensibilidad con el mundo pro migración de León XIV iría al contrario de Trump y cercano a la línea que llevaba Francisco I. Podría haber tensiones", comentó el doctor en Historia de la Liturgia y Arte Sacro y académico del Laboratorio de Humanidades de la Universidad San Sebastián, Cristian León.

    Para el especialista, su condición de estadounidense-peruano le podrían significar un "poder de puente entre América del Norte y América del Sur que yo creo lo hace una persona especialmente capacitada para estos tiempos".

    El sacerdote, doctor en Teología Sistemática de la Pontificia Università Gregoriana de Roma y académico de la UC, Pablo Arteaga, destacó de Prevost en Chilevisión que se trata de "un hombre libre", "que ha estado en muchos países", "un políglota" y "que fue elegido en una cuarta elección, lo que es muy poco y lo que habla de la unidad" que generó su nombre entre los cardenales.

    En un comunicado, la Conferencia Episcopal de Chile celebró el anuncio y llamó a los católicos a "orar por el nuevo papa, para que el Espíritu Santo lo sostenga con sus dones, y que, como Pedro, confirme en la fe a sus hermanos, guiando con humildad, sabiduría y valentía la barca de la iglesia".

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