• Distorsión de la imagen en redes sociales lleva a la envidia por algo irreal

    La exhibición de vidas perfectas o cuerpos de ensueño marcan las aspiraciones de los adolescentes y, lentamente, de adultos.

    Valeria Barahona

    Pasar el contenido de la pantalla sin reflexionar, como un presente continuo, o "scrollear", en la jerga de internet, es un hábito ya cotidiano del tiempo muerto o vacío en la fila a la espera de algún servicio o el transporte. Sin embargo, en medio de la nada las manos tiemblan, el pulso se agita un poco y el dedo se detiene: alguien, la mayoría de las veces un influencer, logró despertar un sentimiento con su actualización sobre un producto o estado emocional.

    Índice y pulgar ahora tocan la pantalla para mostrar con más detalle el nuevo vestido, el anillo de compromiso, una estatuilla por un premio o un pasaje de avión. Quizás se corte un poco el aire en el usuario que observa: es la envidia.

    La académica de Psicología en la Universidad de Concepción (UdeC), Karina Marambio, señaló que este es un fenómeno todavía "poco estudiado", donde "la envidia hacia el o la influencer no se centra tanto en la persona, sino en su estilo de vida y las experiencias que muestra".

    La reacción "depende de cómo cada uno logre mediar con esto o de cuán consciente sea de que los estilos de vida mostrados son, en gran medida, fantasiosos", indicó la docente.

    La Unesco hace algunas semanas publicó el informe "Tecnología en términos de ellas", en referencia a las adolescentes, donde una de las conclusiones fue que "esta exposición puede tener efectos particularmente perjudiciales en la autoestima y la imagen corporal de las niñas. A su vez, esto repercute en su salud mental y bienestar, que son fundamentales para su desarrollo y éxito académico".

    Marambio explicó que a comienzos de siglo cuando apareció Facebook, una de las primeras redes sociales (RRSS), los milenials (personas nacidas entre 1981 y 1996) comenzaron a crear y consumir contenido al mismo tiempo. En cambio, la generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) principalmente consume a través de la pantalla, pero no muestra su mundo.

    "Esto hace, de alguna manera, que la generación Z se mueva en un plano ligado a una imagen propia menos real, más idealizada y que no se acepta a sí mismo", destacó la psicóloga.

    Algo así plantea la serie "Too much (Demasiado)", de Lena Dunham, quien antes narró las formas de ser adolescente en la primera década de este siglo, a través de "Girls (Chicas)". La nueva producción muestra a Jessica, una mujer con sobrepeso, aunque para ella su cuerpo nunca es tema, y un trabajo exigente, a quien su novio desde años la deja y comienza una relación con una influencer de moda y apariencia heteronormada.

    Jessica se cambia de país en busca de nuevos aires. Sin embargo, cada vez que se siente sola y pese a la llegada de un nuevo interés amoroso, entra a las redes de la nueva pareja de su ex, se ríe de las publicaciones y le responde con grabaciones que no envía, pero comienzan con "querida Wendy Jones...". En Revista Vogue declaró que "todos tenemos una Wendy Jones".

    La también académica Loreto Villagrán agregó que aún cuando los adolescentes son los más afectados por lo que ven en la pantalla, esto se está comenzando a trasladar a los adultos con las "cirugías y el uso de tratamientos cosméticos, no sólo en mujeres, sino también en hombres".

    "(Todo depende de) cuán consciente sea de que la vida mostrada es, en gran medida, fantasiosa.

    karina marambio, psicóloga"

    febrero de 2004 Mark Zuckerberg creó Facebook, integrando la psicología a internet.

    2017 se inicia TikTok la rrss de microvideos que ha sido denunciada por promover autolesiones.

  • Alertan sobre riesgos silenciosos de los parásitos en animales domésticos

    Algunos de estos seres vivos se traspasan a los humanos, vulnerando la salud de todos.

    El aumento de las temperaturas incrementa la actividad de diversos parásitos externos (como pulgas y garrapatas) e internos (como gusanos) que pueden afectar a perros y gatos, además de, en algunos casos, poner riesgo la salud humana.

    "Muchos parásitos internos eliminan formas de diseminación y resistencia, huevos o quistes microscópicos, a través de las heces de la mascota al ambiente. Estos elementos contaminan la tierra, el agua o algunos alimentos que crecen en ella o que se riegan con agua contaminada", explicó la académica de Veterinaria en la Universidad de Chile, Galia Ramírez.

    A su vez, "algunos de estos elementos requieren ciertas condiciones, como alta temperatura y humedad, para tornarse infectantes. Por lo tanto, muchos ciclos de vida de estos parásitos involucran distintos animales, incluido el ser humano, pero también ciertas condiciones ambientales, por lo que deben ser controlados con una mirada de 'Una sola salud' (propuesta ecosistémica de la ONU) para su control, tratamiento y prevención", agregó la docente.

    En la casa "sólo dar antiparasitarios de forma rutinaria no sirve, ya que muchos parásitos que afectan a nuestras mascotas se han vuelto más tolerantes o resistentes a algunos fármacos que utilizamos. Por esta razón, es importante acompañar la terapia con un diagnóstico" médico veterinario, aconsejó Ramírez.

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