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Protección y ubicación: cómo cuidar los oídos al ir a un concierto
Sentir un pitido tras un evento puede ser síntoma de daño producido por shows en los que se suelen superar los 100 dB.
Ignacio Silva
Gabriel Arce asegura que hubo un detalle que llamó su atención apenas empezó el concierto que la banda estadounidense Red Hot Chili Peppers dio en el Movistar Arena.
"Yo estaba en cancha, a unos siete metros del escenario. El volumen era algo más fuerte de lo habitual, aunque en el contexto del show no fue gran tema", recuerda.
Pero, dice, la situación se tornó preocupante una vez que llegó a su casa.
"Al terminar noté el clásico efecto de los oídos 'tapados' posterior a un concierto, pero no le tomé mayor importancia hasta llegar a mi casa y escuchar un notorio pitido en ambos. Al despertar, escuchaba mucho menos en ambos, y prácticamente nada del oído derecho. Pero lo más molesto era el intenso pitido que, además de molesto, no permitía concentrarme", explica el joven de 28 años, que asegura estar habituado a asistir a eventos musicales.
Fue entonces cuando decidió acudir a un especialista que le dio un diagnóstico concreto: lo que había sufrido era tinnitus.
"El tinnitus es la pérdida de audición o 'pitido' en el oído que puede ocurrir en uno o ambos oídos y permanecer entre 16 a 48 horas después", explica la doctora Patricia Vargas, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales (UDP).
Según la especialista, en la mayoría de los conciertos regulados no es común la presencia del llamado "pitido" en el oído, aunque hay ciertas variables que pueden influir.
"Como estar muy cerca de los parlantes o en conciertos agudos como el rock. En esas circunstancias es más probable que aparezcan", comenta la docente, quien luego advierte que lo primero que debe hacerse posterior al evento es evitar ruidos fuertes, descansar y consultar a un profesional de la salud si persiste la molestia.
Decibeles
Pese a lo molesto que puede resultar, el tinnitus no es el único efecto negativo que puede tener un evento como un concierto o un festival en la audición.
"Estar expuestos a sonidos muy fuertes que duran cierta cantidad de tiempo pueden causar daño a la fibra nerviosa y a las células del oído interno, lo que podría generar una pérdida de audición o un zumbido del oído que puede llegar a ser irreversible", subraya el doctor Juan Marcos Goycoolea, otorrinolaringólogo y jefe del Centro de Oído de Clínica Universidad de los Andes.
El especialista detalla que el riesgo es mayor si el evento se desarrolla en un recinto cerrado. "Aunque los lugares más peligrosos son donde se encuentran los parlantes y amplificadores, por lo que hay que tratar de estar lo más lejos posible de ellos. Estos pueden emitir más de 120 decibeles y la exposición en un solo concierto podría generar daños en los oídos", profundiza.
¿Por qué? La doctora Vargas explica que ruidos mayores a 85 decibeles ya pueden ser perjudiciales en un periodo de tiempo de más de una hora. "Con 90 a 115 decibeles, el daño puede ser permanente en tiempos cortos y con más de 115 dB el daño puede ser permanente en períodos cortos", agrega.
Ante este contexto, la especialista recalca la importancia de tomar medidas. "Cuando se va a un concierto es ideal tomar precauciones como planificar los asientos para que estén alejados de los parlantes, llevar protección para oídos, tomar descansos periódicos del ruido. Y si se tiene molestias auditivas como tinnitus hipoacusia o sordera lo recomendable es salir inmediatamente de las instalaciones", enumera.
El doctor Juan Marcos Goycoolea se suma a la recomendación, y agrega que se pueden usar protectores de ruido que se consiguen en tiendas de música y que logran reducir hasta 20 decibeles. "Estos no echan a perder el sonido, sino más bien hacen que el sonido no sea tan intenso. También, una opción de cuidado son los clásicos tapones de avión que pueden reducir hasta 10 decibeles y que venden en el comercio", agrega.
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La Amazonía brasileña tuvo su peor noviembre en seis años
La sequía que afecta a la región favoreció el inicio de caso 14 mil incendios forestales.
La Amazonía brasileña registró 13.943 incendios forestales en noviembre, un 26% superior al del mismo período de 2022 y el mayor para este mes en los últimos seis años, una consecuencia de la histórica sequía que sufre.
Los siniestros medidos por los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) no era tan elevado para este mes desde los 14.105 de noviembre de 2017, según el organismo vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Pese a que siguen en un nivel alto, los incendios forestales cedieron con respecto a octubre (22.061 focos) y se ubicaron casi en la mitad que los de septiembre (26.452).
La Amazonía, la mayor reserva de agua dulce del mundo, registra una grave sequía que llegó a ubicar el nivel de agua de sus ríos en mínimos en octubre pasado, lo que se atribuye a El Niño.
La aguda disminución de las lluvias también se ha agravado por el calentamiento del Atlántico tropical y por las temperaturas récord de las últimas semanas en Brasil.
Pese a esa situación, el número de incendios acumulado entre enero y noviembre (93.945) se redujo un 16,3% en la comparación de los once primeros meses de 2022 (112.077), gracias en parte a los esfuerzos que realiza el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para detener la devastación del bioma. Desde que asumió el 1 de enero ha aumentado los recursos y la fiscalización en la región para acabar con la deforestación ilegal hasta 2030.