• Una chilena estudia cortejo de las moscas para descifrar el Trastorno del Espectro Autista

    Neurocientíica investiga mutaciones genéticas en el comportamiento de personas con esta condición, que también presenta un tipo de insecto muy parecido a los humanos.

    Leo Riquelme

    El cortejo de las moscas del vinagre está dando pistas que podrían ser claves para entender y enfrentar algunas conductas características de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), como la falta de sueño, la memoria y aprendizaje y la ansiedad, según una investigación que desarrolla el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV), liderada por la neurocientífica Angelina Palacios-Muñoz.

    El genoma de este insecto fue descifrado el 2000 y al menos el 70% de su genética es idéntica a la humana, relación que se mantiene en las enfermedades de ese origen. Esta mosca es muy sociable, pero el equipo descubrió que hay algunas que tienen dificultades en sus comportamientos, y que son muy similares a los que tienen las personas con TEA.

    La investigación se realiza en conjunto con académicos de la U. de Sao Paulo, quienes estudian genes mutados que afectan el sistema nervioso en pacientes con esta condición. Así, ambos grupos estudian e identifican situaciones que podrían compartir los humanos y estas moscas, que los científicos han denominado como "autistas".

    ¿Pero por qué el cortejo? Angelina Palacios-Muñoz explica que dicho ritual en este insecto -llamado Drosophila melanogaster- implica acercamientos, interacciones y danzas. Lo resume en que el macho se orienta hacia la hembra, le mueve las alas, le emite una canción y baila alrededor de ella. Esa conducta se registra durante 10 minutos. "Descubrimos que hay moscas que no tienen esta habilidad o la tienen poco desarrollada (...) Este cortejo está alterado y tienen muchos problemas sensoriales", agrega.

    Para detectar las dificutades de aprendizaje y memoria apelaron a un cortejo condicionado de una hora. Para ello tuvieron en cuenta que tras el apareo de 10 minutos la hembra rechaza al macho. Éste último aprende la conducta femenina. Lo normal es que a los 10 finales vuelve a buscarla, pero menos efusivamenta que al principio, pues aprendió. "Los machos con autismo siguen cortejando la hora completa de manera repetitiva y obsesionada, no logran entender esa señal", dice.

    Eso dio pistas sobre una conducta ansiosa, que se midió grabando en video por 10' a la mosca en una cámara de 4x4 cm. Lo normal es que en ese lapso se ubique en la periferia de la caja y explore las paredes. Las que tienen mutaciones no responden a esta "centrofobia". "Las personas con TEA son súper, súper ansiosos", compara.

    La doctora se entusiasma con los resultados, pues entregaría evidencia de que lo sensorial puede afectar conductas sociales y cognitivas. "Estamos explorando con farmacología, viendo si agregando ciertos fármacos se pueden revertir esas conductas. El gen en el animal ya está defectuoso, pero sí darle algún fármaco para que la proteína que se produjo por ese gen defectuoso ahora sea funcional en esas conductas que observamos", plantea.

    tres años se ha extendido la investigación en el CINV. Ahora viene la etapa de publicación.

  • Ella y su hijo son escorpiones

    Por Paulina Flores

    Claudia Ocampo. Estudió arte, pero trabaja en el área administrativa de una embajada: la mayor parte del tiempo organiza la llegada y estadía de diplomáticos o invitados extranjeros a Chile, visita hoteles, departamentos, restaurantes y lugares de reunión. Y cuando no está en terreno se queda en la oficina "haciendo papeleo": "Es la parte más fome, pero también lo disfruto porque a veces me canso de tanto ir de aquí para allá".

    Habla inglés fluido, aunque jamás ha hecho un curso: "De chica era muy matea y tuve la suerte de que en mi colegio tuve una muy buena profesora de inglés. Era joven y nos hicimos muy amigas, porque nos gustaba el mismo tipo de música gringa. Luego tomé varios cursos generales en la universidad y desde entonces no he bajado mi nivel. Para mi cargo es indispensable, pero el secreto es obligase a revisar contenido en inglés, ya sea películas, series, libros, música, y practicar cada vez que se pueda, sin vergüenza. Hay que dejar los miedos o los síndromes de inferioridad fuera. Además el inglés es un idioma muy sencillo, sobre todo comparado con el español. Yo a veces pienso que por eso funciona como lenguaje universal, porque es muy práctico y fácil".

    Claudia se casó a los 25 años con su segundo pololo y compañero de universidad: "Los dos queríamos tener hijos así que hicimos todo para formar un hogar bueno para recibirlos. Los primeros años fueron de mucho aprendizaje, porque ninguno de los dos tenía experiencia en la vida, nos equivocamos harto, pero logramos criar a dos hijos maravillosos. El mayor acaba de cumplir 22 años hace poco y es Escorpión como yo".

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