El poder, o más bien, la gente con poder, ejerce una fascinación especial en el joven pintor Marco Arias, de 27 años y actual estudiante de Magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile.

"Estaba estudiando periodismo en la U. Diego Portales cuando decidí estudiar en paralelo la carrera de Artes Visuales, en 2011. Terminé ambas en los cinco años respectivos y ahí se inicia formalmente mi vínculo con el arte", explica.

Esa curiosa mezcla profesional, probablemente, es la que origina la atracción por las figuras mediáticas y poderosas. "Me llaman la atención los personajes mediáticos como músicos, políticos poderosos o incluso periodistas famosos y cómo nos muestran un personaje que es la construcción de una personalidad muy bien hecha. Tienen muchas lucas invertidas en eso... O sea, se puede hacer un buen paralelo entre una obra de arte hecha por un artista y un político manejado por un grupo de asesores de imagen y publicistas. Entonces, eso es lo que trato de manifiestar a través de la pintura".

¿Hay una motivación política detrás de todo esto?

La verdad es que no. Me considero un cínico profesional: los escándalos, la corrupción y esas polémicas, me indignan como a todos. Pero no me importan tanto. No hace mucho descubrí que mi misión en la vida era pasarlo bien. Entonces, complicarme la vida por culpa de estos sujetos no tiene ningún sentido para mí.

Rostros desfigurados

La temática del poder atraviesa el grueso de la obra pictórica de Arias: Leonardo Farkas, Don Francisco, políticos involucrados en el Caso Penta o, incluso, celebridades internacionales como Kanye West, han sido representadas por Arias, siendo expuestas en distintas salas de Santiago.

La idea de Marco Arias no es crear réplicas exactas de los personajes que motivan su obra. "Lo que hago es una relación proporcional entre la cantidad de poder que acumula una persona y la cantidad de pintura que yo le pongo al momento de hacerla. Si tú te das cuenta, una persona, mientras más poder acumule, llega a un punto de quiebre y no vuelve más a ser quien solía ser antes del poder... Como en la película "Petróleo sangriento": el protagonista era un simple minero y se vuelve millonario y termina matando gente por conseguir su oleoducto... El poder pervierte, nos transforma en otra cosa, nos deforma. Y eso es lo que quiero manifestar", asegura.

Marco, ¿por qué escoges gente como Don Francisco o Leonardo Farkas para retratarlas?

Porque son personajes que representan un tipo de poder muy específico. Don Francisco tiene un nivel de influencia súper grande, la gente le cree mucho. A Farkas igual. Entonces, detrás de ellos hay una tremenda maquinaria de publicidad y relaciones públicas.

Y en la vereda opuesta están otros personajes como los políticos involucrados en el Caso Penta...

Claro. Antes, los hitos históricos quedaban plasmados en la pintura. Hoy, ese mismo rol lo cumplen las fotografías de agencias o las portadas de los diarios, mientras que la pintura está en otra cosa. Así que un día me puse a pensar en cuáles eran los elementos que estaban siendo cruciales en el contexto político y social del Chile actual. Entonces, la formalización de gente poderosa o de políticos mintiendo en la TV me pareció que era relevante como para ser pintada. Así nacen estas representaciones pictóricas de momentos que son claves y que gracias a los medios de comunicación alcanzan un nivel de imagen pop...

Muchos rostros se ven desfigurados en tus pinturas...

Mi intención no es hacer un retrato realista, como una foto. Si yo le echo más y más pintura, se desvanece la intención de que el retrato quede parecido a una persona. Así vinculo el lenguaje de la pintura con la acumulación excesiva de poder...

¿Pintarías a alguien como el ex DT de Chile, Jorge Sampaoli, por ejemplo?

Jajaja, no. A Sampaoli le falta maldad. Con lo que le pasó, trató de salir como pillo y terminó como pollo. No da para deformarlo.