Sergio Jadue vivió ayer los 50 minutos más espirituales de su vida. El presidente de la ANFP de origen palestino viajó con parte del comité organizador de la Copa América al Vaticano y se reunió con el Papa Francisco. Lo hicieron en la Casa Santa Marta, una mansión de 128 habitaciones construida por Juan Pablo II y en la que actualmente reside el pontífice.

Ahí conversaron, principalmente, de fútbol. Evaluaron de manera muy seria las posibilidades de Chile en el torneo continental y analizaron, también, el interés de Dios en intervenir en la suerte de la Roja.

La reunión, explicó el propio Jadue, se gestó luego de que la Conmebol firmara un convenio con el Vaticano para apoyar económicamente al proyecto Scholas Occurrentes, una organización impulsada por Francisco que busca integrar y vincular entre sí a distintas escuelas del mundo (ver recuadro). El aporte será de 10.000 dólares por cada gol convertido en la próxima Copa América.

El antecedente más inmediato indica que en el torneo del 2011, en Argentina, se convirtieron 54 goles. Es decir, si la marca se mantiene este año la Conmebol donaría US$540.000.

Además, se entregará la misma cantidad de dinero por cada penal atajado.

Ayuda divina

Aldo Schiappacasse, un reputado periodista de radio y televisión, especuló que Jadue viajaría al Vaticano para rogarle al Papa por una intervención divina. Deslizó que la gestión del calerano al mando de la ANFP ha sido defectuosa. Que el Consejo de Presidentes es incompetente y que el torneo nacional es mediocre. Jadue, escribió el señor Schiappacasse, está angustiado. Y por eso decidió recurrir a Su Santidad.

Y la teoría del reportero, informamos, se cumplió. Al menos en parte. Porque, reconocieron desde la propia ANFP, Jadue efectivamente le pidió al Papa -especulamos que en tono de súplica- que rezará a Dios por la suerte de la Selección. Lo hizo apelando, además, a un antecedente histórico: "¡Chile nunca ha ganado la Copa América!". Y el Papa, añadieron las fuentes, se comprometió a hacer el intento.

Francisco, también, hizo un número indeterminado de preguntas sobre la organización del torneo. Y explicó, de forma mística, la importancia del deporte: "Con él ponemos en juego todos los valores de los jóvenes y los niños. Esa es la ilusión, nuestro trabajo".

Hablaron, obviamente, de temas misceláneos. E intercambiaron cuatro regalos. Jadue le entregó una camiseta de Chile con el nombre Francisco y el número 1, una réplica de la Copa América y un peluche de Zincha, la mascota del torneo. El Papa, como réplica, le regaló al dirigente un rosario.

Tras la cita, Jadue, el primer presidente de la ANFP en tener una audiencia privada con un Papa, habló tres minutos con el canal argentino TyC y se reconoció emocionado. Dijo que Francisco está comprometido con el fútbol y que Sudamérica debía "devolverle la mano".

"Es algo", explicó el directivo, "muy significativo". Y luego caminó al hotel. Pensando, inferimos, en el ruego que le hizo al Papa y la ayuda divina que espera. La misma que, según el reportero Schiappacasse, necesita para que su gestión al mando del fútbol chileno resucite. Literalmente.