Iba delante de un ciclista con poca paciencia: decidió adelantar en segunda fila de improviso. Debido a la imprudente acción, cuenta Daniela Farfán (35), de golpe chocó con alguien que venía en el otro sentido de la ciclovía y se produjo una colisión múltiple de rayos y manubrios. La actriz y psicóloga se desplaza de lunes a viernes desde Ñuñoa a Providencia a su trabajo en el Consejo de la Cultura a través de las ciclovías de Antonio Varas y Pocuro, dos de las rutas en las que se vive un nuevo problema vial: los tacos de bicicletas.

Ciclistas automovilistas

Daniela relata que tras el choque lanzó una lluvia de garabatos hacia el ciclista imprudente y todos empezaron a pelearse, gritando de una bici a otra, pero después cada uno siguió su camino apurado. "Hay ciclistas que se comportan como automovilistas desesperados y buscan pasar al resto sin hacer la fila en las horas punta", opina.

Lleva cuatro años circulando en dos ruedas y asegura que este verano el problema se acentuó: "Es el momento en que las ciclovías han dado menos abasto para la cantidad de gente que elige este medio de transporte". Entre sus tácticas para afrontar el problema está tener una actitud defensiva y jamás querer adelantar a alguien cuando hay un taco, porque detesta a quienes lo hacen. Recomienda, además, en la medida de lo posible, usar las ciclovías de mayor estándar.

Buscando soluciones

En enero, una comisión presidencial orientada a proponer soluciones a la congestión y a una mejor convivencia entre los actores viales entregó su informe. Pablo Arriagada, miembro del colectivo Muévete Santiago, participó de la instancia. Cuenta que como solución a este fenómeno, una de las medidas que se propuso y que ya está trabajando el Gobierno es mejorar el estándar de las ciclovías: con estructuras que sobrepasen los dos metros de ancho.

"En ciclovías como la de Lyon se forma taco, pero no se compara a las de Pocuro y Antonio Varas, donde el conflicto es mayor debido a su peor diseño", dice.

Una de las medidas que ayuda a ordenar la circulación en horas de taco es utilizar los apoya pie que se han puesto en sectores como Antonio Varas con Eliodoro Yáñez, expresa Arriagada. "Aunque fueron diseñados para comodidad del ciclista, a la larga han permitido el ordenamiento en fila de los tacos en las esquinas".

A futuro, imagina, a medida que las ciclovías suban sus estándares, más personas se decidirán a usarlas, por lo que habrá que pensar más soluciones, tales como rediseñar las ciclovías para que sean más rectas, modificar tiempos de espera en semáforos de esquinas complicadas y claramente mejorar la educación y la cultura de quienes muchas veces alegan ser más civilizados que los automovilistas: "Algunos se toman las ciclovías como una vía expresa, pero en realidad la infraestructura no lo permite, así que hay que tener más paciencia". Tomar rutas alternativas, respetar la preferencia de los peatones, ir en el sentido que corresponde y planificar los viajes con anticipación, son algunas de las recomendaciones para hacer más soportables los nuevos tacos de moda.

El experto vial, Louis de Grange, asegura que a estas alturas la congestión bicecletera es normal ante la cantidad de gente que se desplaza de esta forma y destaca además que es algo estacionario. "Seguramente en invierno disminuirá", vaticina. Lo "raro", manifiesta, sería que esto no ocurriera, ya que por flujos se puede calcular que al día se hacen unos 400 mil viajes cleteros en la capital.