Diego Gotelli C.

Un adulto mayor por cada 16 vecinos y un menor de edad por cada tres personas. Así era la juvenil población que vivía en La Florida el año 2002, cifras que en 15 años variaron drásticamente, cargando la balanza hacia los de la tercera edad y convirtiendo al sector suroriente en una zona cada vez más madura.

Mientras el Censo del 2002 contabilizó a 22.983 mayores de 65 años en la comuna, los resultados definitivos del que se realizó el año pasado marcaron el doble, con 47 mil personas en ese rango etario. Por contraparte, los menores de 19 años bajaron de 120 mil a 92 mil.

"Es algo que ya evidenciamos y que nos significó una modificación de los distintos programas comunales", dijo la directora de desarrollo comunitario y social del municipio, Janett Fernández.

Según la funcionaria, desde que comenzaron a percibir el envejecimiento de su población los talleres y convenios para este estrato comenzaron a ser prioritarios en la gestión comunal.

De ahí nacieron alianzas con cajas de compensaciones para hacer actividades en la comuna; fortalecieron su área de turismo para la tercera edad; y planificaron talleres casi permanentes para mejorar su calidad de vida. Incluso crearon una unidad especial para casos de maltratos, apoyándolos en temas judiciales y de recuperación emocional.

"Aquí en general los adultos mayores la pasan re bien", agregó. El siguiente paso del municipio es habilitar buses de acercamiento hacia el centro cívico para quienes viven en la periferia de la comuna, proyecto que está siendo evaluado por el Gobierno Regional.

El caso de La Florida es precisamente uno de los que le significó a la RM aumentar sus índices de vejez en los resultados del Censo 2017, pasando de tener una población de 473 mil adultos mayores a los 767 mil que registró el conteo del año pasado.

Las otras grandes alzas capitalinas se registraron en las comunas de Maipú (de 21 mil a 49 mil) y en Puente Alto (de 21 mil a 43).

Para Rubén Valenzuela, director del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), el auge de este rango etario en esas zonas de la capital se debe a un proceso de migración que se da en las ciudades buscando un mejor acceso a los servicios, al transporte y a las instituciones.

"Estas comunas son pequeñas ciudades. Tienen esta capacidad de haber generado centros comerciales propios", comentó. Explicó que la presencia de barrios cívicos con todos los servicios le permite a los mayores no tener que salir de la comuna para hacer trámites o atenderse la salud.

Valenzuela agregó que el trabajo que han hecho los municipios para colaborar con la recreación de los mayores "contribuye, pero no resuelve algunos problemas", como las veredas en mal estado o espacios urbanos no aptos para personas con movilidad reducida que aún se ven en algunas comunas.

"Tenemos que trabajar, además, el área de la educación para tratar que las generaciones más jóvenes respeten a las personas mayores. Muchas veces vemos que en la locomoción colectiva no se respetan los asientos reservados, o en las filas cuando hay un adulto mayor que se demora más en hacer un trámite hay molestia", aseguró.

la florida planea disponer buses de acercamiento para los mayores hacia el centro cívico.

maipú está trabajando en un centro diurno y spa para los 49 mil adultos mayores de la comuna.

las condes encabeza las comunas con más personas sobre los 100 años. Tiene 160.

Por Paulina Flores

Rodrigo Pedrero. Se cansó de Santiago: "De su smog, de su contaminación acústica, de las mismas fiestas de siempre, de la misma música de siempre, de la gente conservadora de día, pero de noche, full liberal. Desde abril, más o menos, que vengo barajando la idea de irme. Al principio pensé en el litoral central. Me gusta mucho porque tiene diversidad de fauna y está cerca igual, a menos de una hora de Santiago, así que podía venir a hacer trámites sin problemas. Después, conversando con un amigo me di cuenta de que vivir en Chile podía hacerlo siempre y sin problemas, y que si quería tomar riesgos y encontrar eso que me sacara de mi zona de confort tenía que irme al extranjero y vivir la experiencia. Primero pensé en Colombia, porque tengo muchos amigos allá, pero después me tocó enamorarme de un español y cambié de planes sin pensarlo".

Rodrigo Pedrero vive con una amiga en Providencia y visita a sus abuelos una vez al mes: "No lo hago por pena, sino todo lo contrario. Son muy divertidos y tienen las medias historias. A veces yo también les cuento lo que me pasa y ellos me dan consejos. Me gusta llevarles cosas ricas para que coman, porque no les gusta gastar y nunca se compran cosas para ellos". El pololeo con el español se terminó, pero el viaje sigue en pie: "Además él era de Madrid, no de Barcelona, que es donde yo quiero vivir. Mi plan es irme en febrero. Tengo harta plata ahorrada para estar un buen tiempo tranquilo si es que las cosas no funcionan tan rápido. Y bueno, si no funciona, no va a ser el fin del mundo. Al menos ya viví la experiencia".

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