Valeria Barahona

Tres años pasará un grupo de investigadores encerrados en un laboratorio para buscar a la tátaratatara abuela indígena que tienen casi todos los chilenos oculta en su ADN. Esto ocurrirá gracias al análisis de 3.000 muestras de código extraídas en diversos puntos del país para reconocer, científicamente, el legado de los pueblos originarios.

"Es una forma de reconocer algo que se ha tratado de negar en este país: que la gran mayoría de los chilenos tenemos una tátaratatarata abuela indígena", dijo a hoyxhoy el académico de la Universidad de Chile y responsable del estudio, Mauricio Moraga, quien este año publicó un texto en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos acerca del origen y la diversificación genética de los últimos cazadores de la Patagonia.

Los resultados de la nueva investigación, que abarca todo el país, mostrarán cómo fue el poblamiento de Chile y América, debido a las migraciones y los hijos que nacieron en estos viajes.

El fenómeno migratorio actual, sin embargo, no se verá reflejado en el análisis, debido a que las 3.000 muestras iniciales de ADN fueron tomadas durante 2013, a voluntarios que vivían en Arica, Iquique, La Serena, Coquimbo, Santiago, Chillán, Temuco y Puerto Montt, en el marco del proyecto Chilegenómico.

Historia de mujeres

Si bien el proyecto se basa en las líneas femeninas, en los ADN extraídos también hubo hombres a quienes se les tomó la información mitocondrial (la que permite funciones vitales) "que se hereda solo desde las madres. No es como el resto del genoma, donde uno recibe una parte del espermio y otra del óvulo", explicó el bioquímico.

"Como viene de la madre, la abuela... Se puede ver el linaje desde hace miles de años y saber cómo se han ido moviendo por los continentes y dentro de América. (...) Casi todos tenemos mitocondrias de linajes indígenas" por lo que es más eficaz revisar el ADN de la población general que "mirar solo a la población nativa", detalló Moraga.

el adn mitocondrial es aportado solo por la madre, mientras que el resto del genoma proviene del espermio y el óvulo.

Aunque sean días hechos para descansar de las tareas y cualquier actividad obligatoria, es cierto que en vacaciones, sobre todo de invierno, muchos niños abusan de las horas de sueño o terminan cambiando completamente sus horarios de sueño.

Expertos consultados dan sus consejos para tratar con el descanso de los hijos. El primero: no alejar a los niños menores de 10 años de sus horarios habituales.

"El cambio de hábito no debe ser tan drástico como para que la rutina, en 10 días de vacaciones, no sea algo a lo que cueste deshabituarse", dijo Domingo Izquierdo, psicólogo y académico de la Universidad Andrés Bello.

"La cantidad de horas de sueño se mantiene tanto en vacaciones como en la época de colegio. No hay problema para que un niño de menos de 10 años se levante más tarde, pero que sea cerca de las 12.00 del día, me parece algo innecesario", agrega.

Recalca que no hay problema si un niño duerme más rato, siempre y cuando esto sea por uno o dos días, pero enfatiza que no debe ser más que eso.

Lautaro Barriga, psicólogo clínico infantil de la Universidad Bernardo O'Higgins recomienda que los niños vayan a dormir siempre antes de medianoche. "Uno debiera pensar que un niño de menos de 10 años debe dormir 10 horas más o menos", precisa el experto. Entre las 09.00 y 10.00 es un buen horario para que los niños se levanten.