Leo Riquelme

En la que viene a ser la primera tragedia de este tipo en Latinoamérica relacionada con las prohibiciones por el coronavirus, unos 13 jóvenes murieron en la noche del sábado cuando trataban de huir de una redada policial realizada en una discoteca del distrito limeño de Los Olivos, en Perú.

La policía llegó a las 21.00 horas y exigió que primero salieran las mujeres. Ahí hubo una estampida y las personas se atascaron en la única entrada del local, llamado Thomas y situado en un segundo piso.

Los decesos se produjeron por asfixia y aplastamiento, pues las puertas estaban cerradas y sólo abrían hacia adentro. "La gente se alocó", dijo un asistente a RPP.

Aunque testigos y familiares de las víctimas lo desmienten, el Ministerio de Interior aseguró que los efectivos no utilizaron gases disuasivos ni armas para sacar a los 120 asistentes de la discoteca, que según funcionarios y publicaciones en Facebook abría todos los sábados desde julio, a pesar de las prohibiciones de reunión ordenadas por la pandemia en Perú.

La mamá de una de las fallecidas exigió justicia. "Mi hija recién había entrado a la discoteca y no había tomado. Tenía 22 años y era universitaria. Me quitaron a mi hija", declaró, insistiendo en que testigos les han dicho que sí se lanzaron lacrimógenas.

El jefe de la policía, general Orlando Velasco, explicó que el operativo se hizo tras recibir denuncias de vecinos por ruidos molestos. En el hecho resultaron 22 personas detenidas, a quienes se les aplicó PCR. El Ministerio de Salud informó a mediodía que de ellos 15 tenían coronavirus, de los cuales 13 están aún en la fase contagiante.

"Ha habido un foco de infección muy grande", comentó un representante de la cartera, Claudio Ramírez.

Los dueños de la discoteca, fueron detenidos y la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Rosario Sasieta, los responsabilizó: "Unos empresarios que con afán de lucro congregaron a 120 muchachos y ese afán y avaricia han ocasionado lamentablemente la muerte de estos jóvenes".

El presidente Martín Vicarra se sumó y pidió castigos ejemplificadores: "Tengo pena y tristeza por las personas y los familiares de quienes han perdido la vida, pero también tengo cólera e indignación por los responsables de organizar este tipo de eventos".