"La once" es uno de los mejores y más acabados documentales que se hayan hecho en Chile. Es sobresaliente tanto por el grupo humano y la historia que relata (historia donde hay mucho de hallazgo y de azar, como sólo puede ocurrir en un documental), como por sus formas, sus opciones estéticas, tan impecables como infrecuentes dentro de su género. Narra la historia de un grupo de señoras de la clase alta santiaguina, todas amigas y ex compañeras de colegio, que tienen la costumbre de reunirse sagradamente una vez al mes a tomar el té desde hace 60 años.

En torno a una mesa repleta de vajilla de porcelana, panecillos y especialmente dulces (generosos pasteles y tartas rebosantes de colores y azúcar), se juntan a conversar sin pausas de sus recuerdos de su juventud, de sus actuales problemas de salud, a pelar a alguna conocida o a seguir dándole vueltas al tema de por qué una de ellas nunca se casó.

En apariencia, nada distinto a lo que -imagino- habla cualquier grupo de amigas cuyas integrantes bordeen los 80 años, que hayan compartido toda una vida y cuyas conversaciones sean estimuladas por este rito tan local como la once.

Pero la realizadora Maite Alberdi -que antes hizo "El salvavidas", documental moderadamente atractivo- sabe sacarle brillo a ese escenario en teoría tan simple, con planos fijos y cerrados que capturan en detalle las expresiones de estas mujeres, con buen ojo para reproducir la estética barroca que resulta de la mezcla de pasteles, maquillaje exagerado y la decoración de sus casas y, particularmente, con un oído muy afinado para atender a diálogos que, bajo una apariencia corriente, esconden significados más hondos. Alberdi registra estas reuniones por un período de cinco años, esquiva la mera acumulación de material, escoge adecuadamente los hilos dramáticos y documenta el tiempo aceptando sus imprevistos. Su película termina siendo un singular testimonio de la historia reciente del país y de sus cambios, de la inminencia de la muerte en la vejez y una muy poderosa exploración sobre la amistad.

Con una propuesta orientada a la fusión y al rescate de los distintos ritmos latinoamericanos, la banda nacional Sexto Piso se presentará hoy en la Sala Master de la Universidad de Chile. Complejas armonías vocales e instrumentos autóctonos como la zampoña, el cajón peruano y el cavaquiño brasileño se sumarán a saxofones e instrumentos orquestales para mostrar lo mejor de su primer disco "Desde el Sexto Piso". Las composiciones de la banda van orientadas a temas desde la contingencia nacional y el conflicto mapuche, hasta poemas musicalizados y la corrupción.

Prófugos es una agrupación que ha sido reconocida, tanto por los medios nacionales e internacionales, como la mejor banda tributo en su género, al haber sido la que fielmente ha replicado musical y escénicamente la mayoría de los shows de Soda Stereo y Gustavo Cerati. Canciones como "Persiana americana", "De música ligera", "Entre caníbales", serán parte del repertorio que interpretarán.

El compositor chileno Juan Cristóbal Meza presentará la música de filmes y series como Fuga, Prófugos, Tony Manero y Neruda, acompañado de Camila Moreno, María Colores, Daniel Muñoz, Alfredo Castro y Juanita Ringeling. Todo, bajo el nombre de "Chilean soundtrack en vivo: Héroes, flaites y cantores del cine chileno".