• Cocinando con choros

    Cuando nos hablan de mariscos es casi inevitable pensar en almejas, erizos, ostras, piures o incluso machas; todos crudos y con solo un toque de limón, ojalá comiéndolos de pie, al lado de un puesto de pescados en una feria libre o -mejor aún- en una caleta tipo Duao, Dichato o Iloca. Sin embargo, por lo general nos olvidamos de otro gran marisco, que con una leve cocción se transforma en -por usar en término de moda por estos días- un verdadero manjar. Hablamos de los choritos, los que ahora algunos iluminados prefieren llamar mejillón. Pero bueno, dejemos la semántica a un lado y concentrémonos en este producto que, de verdad es bueno y muy importante, tiene un precio bastante asequible; lo que no es poco a estas alturas, cuando tras tanta explotación indiscriminada de nuestros productos del mar andamos pagando un ojo de la cara por alimentos que años atrás casi nos regalaban.

    Una de las gracias de los choritos es que son de mayor tamaño (sobre todo los del tipo "zapato") que almejas, ostras y machas; por lo que poseen mucha más carne a disposición de quien los come. Además, son de una textura suave, lo que ayuda a quienes recién se están aventurando en el consumo de mariscos. Por otra parte, su gusto es muy sutil, por lo que se recomienda aromatizar con verduras al momento de cocinar y lo que al mismo tiempo permite incluirlos en platillos como paellas y arroces, pastas, sopas, guisos y hasta salteados de verduras. Pero ojo, los choritos no solo sirven como parte de una receta, si no que pueden perfectamente ser protagonistas de sus preparaciones. Por ejemplo, se pueden comer simplemente al vapor (receta que incluimos en extenso más abajo) o al alicate. Es decir, rellenos de queso y tocino, amarrados con alambre y llevados por unos minutos a la parrilla. Es más, también se pueden apanar y freír, para luego servir con un poco de salsa tártara. En resumen, ya sea como ingrediente central o como acompañamiento, está claro que los choritos funcionan a la hora de cocinar.

    El único bemol a todo esto vendrían a ser los choritos en conserva que podemos encontrar en el comercio. Estos sirven con suerte para comerlos acompañados con un poco de mayonesa o Tabasco. De utilizarlos en alguna receta que incluya temperatura mejor ni hablar, porque vienen tan blandos que prácticamente se desintegran. Así que ya saben, menos tarros y más feria o mercado, que los choritos frescos los están esperando.

  • Choros en Santiago

    Buenos choritos -preparados de diversas maneras-hemos probado últimamente en lugares como el Bar Normandie, la tradicional Las Lanzas de Plaza Ñuñoa y El Ancla, en su sucursal de calle Santa Beatriz. En cualquiera de estos boliches van a la segura con los choros.

  • Con vino blanco

    Ya que para preparar estos choritos al vapor se utiliza vino blanco, obviamente que lo mejor es acompañar este plato con lo mismo. De hecho, si solo usan una taza para la receta, pueden usar lo que reste de la botella para acompañar.

  • Con papas fritas

    Un buen acompañamiento para esta receta son las papas fritas, las que antes de ingerir se pueden sumergir en el caldo que forma con el agua de los choritos y el vino blanco. Si no, la marraqueta levemente tostada también funciona.

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