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  • Ley de Identidad de Género

    Isabel Amor, directora de formación y activismo fundación iguales

    Si en Chile hay personas trans que han podido cambiar su nombre y sexo para hacer coincidir su identidad con sus documentos legales, entonces, ¿por qué necesitamos una Ley de Identidad de Género? La respuesta es simple: para dar uniformidad y dignidad a un proceso que actualmente no se ajusta a los Derechos Humanos y que queda supeditado al criterio del juez o la jueza de turno.

    En nuestro país no existe un proceso determinado responder a estas necesidades. En consecuencia, a las dificultades propias de hacer una transición de este tipo en una sociedad como la nuestra, se le suma un problema mayor: el resultado de estas demandas dependen del criterio de un (a) juez (a) y de la capacidad que tenga el/la demandante de costear un largo proceso judicial, en el que se pedirán informes psicológicos y físicos vejatorios.

    ¿Qué mensaje entrega una legislación que opera como la actual? Propone un antagonismo entre quienes son trans y quienes no lo son, puesto que los/as últimos/as se ven en el derecho de prohibir o dificultar a los/as primeros/as el acceso a oportunidades que se dicen universales como son la salud, la educación y el trabajo. Propone y articula una lógica en que hay personas de segunda o tercera categoría.

    Al hacer que el acceso a la identidad dependa del veredicto de un juez, el compromiso con los derechos humanos se debilita. Cuando permitimos que se valide o niegue la identidad a alguien en razón a pruebas médicas, lo que estamos aceptando es que el Estado actúe mediante el precepto de que una identidad trans es una enfermedad.

    Asimismo, deja al descubierto la precariedad con que el Estado se dispone a garantizar la universalidad de los dd.hh y los Derechos del Niño. De hecho, cuando el Estado invierte recursos para proteger los dd.hh sin hacerse cargo de los que les corresponden a las personas trans, pareciera indicar que elegir qué derechos se pueden respetar está dentro del horizonte de lo válido.

    También muestra la incapacidad del Poder Legislativo para llegar a acuerdos: con más de tres años y medios en el Congreso y 13 periodos de indicaciones a cuestas, el proyecto ha vuelto por tercera vez a la comisión de DD.HH. del Senado para ser modificado.

    La ausencia de una Ley de Identidad de Género impone un marco normativo que se constituye violento y que, en tanto tal, ejerce y promueve violencia. ¿Cómo podría el Estado velar por el fin de la discriminación hacia la población trans si en su accionar produce discriminación?

    No es sensato que para comprobar nuestra identidad debamos presentar exámenes de ningún tipo, ¿por qué, entonces, imponerle esto a otra persona? Es urgente que nuestras diferencias dejen de considerarse motivos para descalificarnos y segregarnos.

    "¿Qué mensaje entrega una legislación como la actual? Propone un antagonismo entre quienes son trans y quienes no lo son."

  • Una pintacaritas por la independencia

    Por Paulina Flores

    Camila Herrera. Para Halloween se maquilló el rostro con los mismos materiales que ocupa para trabajar de pintacaritas: "No tenía plata para arrendar un disfraz, así que me fui a la segura con algo que ya conocía. Era como un payaso asesinado, aunque en realidad no sé, la idea es que se viera perturbador, por eso no fui prolija con las líneas, para que diera la impresión de locura".

    Estudia enfermería técnica en la U. Santo Tomás, aunque quiere seguir con la carrera cuando termine y pueda juntar dinero trabajando.

    Vive con sus padres en Renca, pero desde que salió del colegio que no les pide plata: "Al principio fue porque quería independencia, y si no les pedía no me leseaban tanto por carretear o cosas así. Después me acostumbré y, desde el año pasado que mi sobrino pequeño vive con nosotros, así que a mis papás se les puso más difícil la cosa en términos económicos, y prefiero no molestarlos".

    Los fines de semana trabaja pintando caritas en el Parque Forestal. Empezó hace unos 6 meses, luego de acompañar a su mejor amiga a vender ropa: "Me fijé en otra niña que lo estaba haciendo y me gustó. Parecía que se ganaba bien porque atendía gente todo el tiempo y no parecía tan difícil". Compró los materiales y vio unos videos en Youtube para practicar consigo misma. A las pocas semanas estaba instalada en el Parque: "El primer día no me fue tan bien como esperaba porque el lugar que pillé no era tan bueno. Pero luego fui conociendo a los otros vendedores pinta caritas y fueron súper buena onda. Me dijeron dónde ponerme y qué hacer para invitar a la gente."

    "Partí porque quería independencia, y si no les pedía plata a mis papás no me leseaban por carretear.

    camila herrera"

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  • Insectos cada vez más extraños

    Últimamente he notado que hay más insectos que de costumbre en todos lados y que algunos tienen apariencia extraterrestre. A veces, cuando dejo volar mi imaginación, pienso que son espías de otro planeta en medio de una misión que busca conocer nuestros hábitos y puntos débiles para una pronta conquista de la Tierra. Pero en realidad, no sé. Lo que sí sé es que no me gustan esos bichos "nuevos" porque me hacen sospechar y ¿quién sabe? Quizás se comen la ropa de lana y algodón al igual que las polillas (que por lo demás también han aumentado). Espero que la situación cambie en un corto plazo porque sino no sé lo que voy a hacer. ¿Alguien tiene la misma percepción que yo? ¿O soy el único que cree que los bichos son cada vez más y más extraños?

    Esteban Pizarro


    Ojo con los caros gastos comunes

    Cuando arrendé el departamento en que vivo en Providencia me dijeron que los gastos comunes no sobrepasaban los $100.000 (que ya me pareció bastante caro). Sin embargo, todos los meses me han cobrado mucho más que eso, llegando incluso al descaro de $136.000. Me parece indignante y francamente insólito, ya que el departamento solamente consta de un dormitorio, un living comedor, una cocina y un baño. Y el edificio no tiene ni quincho ni gimnasio ni sala de eventos, sólo una -diminuta- piscina vacía y sin pintar. Yo ya decidí que apenas se acabe mi contrato de arriendo voy a escapar a un lugar en que me roben menos, pero la plata botada nunca la voy a recuperar. Por eso, llamo a quienes buscan arriendo en Providencia a corroborar, hablando con vecinos, si los gastos comunes son realmente los que les dice la sra. corredora.

    Nora Estévez

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