• Experto llama a un acuerdo nacional para lograr un ingreso diferido al trabajo tras la cuarentena

    Franco Basso es ingeniero especialista y asegura que si el sistema está diseñado para que siete pasajeros se trasladen en un metro cuadrado esto debe pasar a uno en buses y Metro. Pide sacar la restricción vehicular por este año y potenciar el teletrabajo.

    Leo Riquelme

    El Ministerio de Salud dice que para que la megacuarentena de la Región Metropolitana surta efecto la movilidad debe reducirse del 60% actual, a un 40%. El académico de la Universidad Católica de Valparaíso e investigador del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería, Franco Basso, aporta dos antecedentes del ámbito del transporte que explican el escenario sanitario.

    Basso cuenta que en las primeras semanas de este confinamiento las validaciones en el transporte público cayeron hasta un 80%, pero luego la cifra ha ido subiendo. "O sea, cada vez hay más personas que están circulando en buses y Metro", avisa.

    A ello suma una investigación difundida el viernes por su colega Marcelo Olivares, quien analizó con información de telecomunicaciones la movilidad por comuna. "En Puente Alto, por ejemplo, con la cuarentena la movilidad disminuyó solamente un 15%; y en Vitacura disminuyó hasta un 45%. O sea, tenemos sectores muy desfavorecidos, principalmente del sector sur y poniente, en los cuales se puede llegar a salir hasta tres veces más que en lugares como Vitacura o Las Condes", plantea.

    A su juicio, esto podría revertirse si se destinaran ayudas económicas directas a las personas de zonas más vulnerables, para evitar que deban salir a trabajar. No obstante, asume que hay gente que por sus obligaciones tendrá que hacerlo. "Y si no aumentan las frecuencias del transporte público existe un riesgo de que se transforme en un vector importante de contagio", advierte. Por ello llama al Gobierno a pensar desde ya en planes para cuando comience a levantar las cuarentenas.

    "Lo principal es retomar cuanto antes las frecuencias, porque hoy el sistema de transporte público está funcionando cerca de un 70% u 80%. Eso quiere decir que cuando pasa la micro, viene más llena. Tenemos que avanzar, a medida que la gente vaya volviendo a sus trabajos, a tratar incluso de aumentar el máximo que teníamos antes", comenta.

    Basso dice que el servicio de Metro y buses se pensó para hacinamientos de hasta siete pasajeros por metro cuadrado, pero dada la distancia social que exige el Covid-19 hay que avanzar a uno por metro cuadrado.

    ¿Cómo se logra algo así?

    El aumento de frecuencia va a ayudar, pero no va a ser la gran solución. Yo creo que se tiene que avanzar también en el ingreso escalonado a los trabajos, porque el problema que tiene el transporte público es que se concentra en las horas puntas, es ahí cuando se estresa el sistema. Si podemos hacer que en vez de durar dos horas, dure tres, ya no sea de siete a nueve, sino de siete a diez, le quitamos una presión tremendamente importante.

    ¿Solo con eso?

    No, también hay que potenciar modos seguros de transporte, como la bicicleta.

    ¿Pero es útil para gente que debe hacer viajes como de Puente Alto o Maipú al centro?

    Evidentemente no, pero por ejemplo si una persona que vive en Bilbao y va a La Dehesa, en vez de tomar la C1 toma la bicicleta, va a generar que las personas que viene de Puente Alto tengan un viaje mucho más seguro en la parte final del tramo. La bicicleta por sí sola no es la solución, pero cada persona que deja de ocupar transporte público o el automóvil ayuda a que haya menores hacinamientos.

    ¿Qué otra medida ves?

    Hay que eliminar por este año la restricción vehicular. En un contexto de pandemia, con la contaminación más baja, tenemos que asegurarle a las personas que tienen la opción de andar en automóvil que lo puedan hacer. Esto va a ayudar a quitarle presión al transporte público.

    ¿Con esas tres basta para un escenario postcuarentena?

    ¡Ah! Y hay que seguir potenciando el teletrabajo. Claramente no todos pueden, pero mientras mayor sea la cantidad de personas que puedan quedarse trabajando en su casa va a haber menos presión para quienes tienen que moverse en transporte público.

    ¿Y cuál es la más importante?

    De todas la que tiene más impacto, pero también es la más difícil de implementar, es la de los ingresos escalonados. Si logramos hacer un gran acuerdo nacional entre los gremios, la sociedad civil, los empleadores y los empleados para organizar ingresos, por ejemplo, dependiendo del rubro, se resolverían en gran medida los problemas asociados al hacinamiento en el transporte público.

    Cuando propones estas medidas, ¿estás pensando en prevenir las siguientes olas?

    Claro, es para cuando se comience a volver a la realidad. Evidentemente, en este minuto en el transporte público no hay hacinamientos tan terribles como en periodos normales, pero debemos desde ahora ponernos a pensar en un retorno seguro, que no existe si no hay un transporte seguro. Hay que tener claro algo: el coronavirus se alimenta de la movilidad, por lo tanto para poder combatirlo tenemos que poner el ojo completamente en hacer que esa movilidad sea más segura.

    Protocolos en locales

    La semana pasada se viralizó una imagen de decenas de repartidores afuera de un local de Bellavista. Como especialista también en logística, Franco Basso aconsejó a los restaurantes a tener protocolos interiores que eviten tales aglomeraciones. El ingeniero alabó el desarrollo que ha tenido el delivery en Chile en los últimos dos años. Añadió que ello ha permitido sortear de mejor manera los efectos de la pandemia y las cuarentenas. "Con ellos hay menos gente saliendo a la calle", valoró.

    "Debemos pensar ahora en un retorno seguro, que no existe si no hay un transporte seguro. El coronavirus se alimenta de la movilidad."

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