Diego Gotelli C.

El 16 de abril de 2011 Valentina Frederick, de entonces 26 años, recibió una llamada de su pololo pidiéndole que se pusiera ropa cómoda. Aquel sábado la pareja cumplía su séptimo aniversario de noviazgo y Pablo Reyes había armado una cita en la que terminaría pidiéndole matrimonio a quien desde séptimo básico había sido su gran amiga.

El plan consistía en mostrarle el anillo tras saltar en parapente, algo que Valentina soñaba. Convencido, adquirió una promoción en el sitio web Cuponatic para volar los dos con un instructor, pensando en que cuando aterrizaran compartieran un picnic y le hiciera la petición. Pero nada resultó como lo pensó.

Un accidente en el vuelo dejó a Valentina al borde de la muerte, y tras nueve años de juicio recientemente el Poder Judicial condenó a la plataforma a pagar una millonaria indemnización por el hecho.

En fallo unánime la Corte de Apelaciones respaldó una decisión inicial del juzgado civil de sancionar al instructor y una empresa involucrada en la oferta, pero sumó a la condena a Cuponatic por su actuar "negligente" al promocionar un servicio ofrecido por una empresa ficticia y operado ilegalmente por personal no capacitado.

El siniestro

Ese día de abril todo había comenzado bien. Una vez ubicados en el centro de vuelo de Colina, la pareja y otros 10 participantes fueron separados en grupos. Pablo voló primero y quedó a la espera de Valentina. Mientras a lo lejos la veía despegar preparó todo para la velada, pero de un momento a otro la perdió de vista. Tras una ardua búsqueda, la halló inconsciente junto a su instructor al lado de una torre de alta tensión que acababan de impactar.

Los reportes entregados en el juicio señalaron que ambos habían caído desde 20 metros de altura, sacando la mujer la peor parte. Su parte médico da cuenta de contusiones pulmonares, lesiones que le causaron acumulación de líquido y aire alrededor de los pulmones, y un TEC con contusiones cerebrales hemorrágicas, entre otras. Sus médicos de la Clínica Alemana estimaron el riesgo de mortalidad en 90%, y consideraron que estaba en un estado de gravedad 4, en una escala en que 3 es lo peor.

Contra todo pronóstico, y tras 10 días en coma, logró sobrevivir pero con secuelas motrices y de memoria. Siguió una larga rehabilitación y capacitación laboral antes de volver a trabajar, lo que sumado al gasto médico le trajo perjuicios económicos que impulsaron la demanda civil.

El fallo

En los juicios, ambos tribunales coincidieron que el instructor, identificado como Luis Sánchez , no podía ejercer dicho rol al no contar con licencia para pilotar parapentes biplazas. El aludido había argumentado que tenía dicha licencia en trámite y que contaba con "basta experiencia" en parapentes menores. Asimismo, se ratificó que la firma que ofrecía el servicio, Vive Parapente, no existía.

Esos antecedentes fueron claves para que en primera instancia se condenara al instructor y a Zhetapricing, empresa que operaba el sitio web en el que se adquirió el ticket. En un nuevo fallo, el tribunal de alzada añadió a Cuponatic, afirmando que se trataría de "una misma empresa con intereses comunes".

"Su negligencia consistió en dotar de confianza respecto de terceros los servicios ilegales (...) de un falso instructor", argumentó el tribunal.

El fallo obliga a los condenados a indemnizar con $145.000.000 a la víctima, sus padres y cónyuge. Desde Cuponatic señalaron que no se referirán al tema mientras siga el proceso judicial.

20 metros cayó la víctima tras impactar la torre de alta tensión. Estuvo al borde de la muerte.

según el fallo el instructor no tenía licencia, la empresa no existía y el sitio les dio confianza ante terceros.

$145 millones es la indeminización total que deben pagar los condenados a la víctima, padres y cónyuge.

Un ambicioso proyecto aspiran a realizar científicos de la Universidad de Chile, quienes buscan crear un método que permita anticiparse a los brotes de coronavirus mediante el análisis del agua que corre por las alcantarillas.

La iniciativa es impulsada por el Centro de Biotecnología y Bioingenería (CeBiB) de la Casa de Bello, quienes en convenio con SocialLab y el municipio de Ñuñoa postularon a un fondo de la Conycit para llevar a cabo el plan piloto en aquella comuna de la Región Metropolitana.

Según explicaron sus gestores, el estudio consiste en sacar una muestra de agua fresca de los alcantarillados de la comuna, donde se acumula agua residual y que, debido al contacto que tuvo con fluidos de humanos, se puede detectar carga viral del virus, incluso cuando este aún no es contagiable. Ello sumado a un sistema de inteligencia artificial (IA) permitiría cruzar datos para detectar zonas de riesgo.

Una iniciativa similar se está probando en Cataluña, España, y acá Ñuñoa sería pionera en experimentarlo. De funcionar como esperan, el equipo a cargo aspira a aplicarlo en otras comunas.

Un estudio realizado por Unicef en Antofagasta y la RM reveló que el 54% de las familias migrantes que llegan a Chile arriban primero sin sus hijos, los que luego de un periodo recién llegan a juntarse con sus padres, siendo trasladados en la mayoría de casos por la madre. El organismo dijo que esto genera una afectación en los niños por el distanciamiento y llamó a contemplar políticas pro reunificación familiar en la reforma migratoria.