Agencia AP

Cuando parte de sus familiares emigraron para huir de la crisis y su empresa debió despedir a 80 trabajadores ante la recesión que golpea a Venezuela, Andrés Burgos sintió que la confortable vida que había disfrutado por más de dos décadas como publicista llegaba a su fin.

Burgos, de 55 años, también tuvo que sobreponerse a lo que ocurría en su entorno. El publicista veía que en las calles que solía recorrer en la ruta a su trabajo se multiplicaban día a día los mendigos y las personas que buscaban comida en la basura.

Las escenas lo hicieron revivir los recuerdos de su fallecido padre, que solía ayudar a los más débiles, y sintió la necesidad de hacer algo. Así emprendió el proyecto que bautizó como el "BiciArepazo", un reparto en bicicleta de arepas a niños, jóvenes y ancianos que viven en la indigencia en Caracas.

Partió con sus propios recursos en septiembre de 2019 con una veintena de arepas que repartía en el trayecto que hacía hasta su empresa o cuando visitaba hospitales. Su idea creció con la ayuda de familiares, amigos y pequeños comerciantes que supieron de ella por los medios y las redes sociales (su cuenta es @biciarepazo en Twitter e Instragram).

Burgos dice que con la pandemia aumentó aceleradamente el número de indigentes y empleados bien vestidos que encontraba en las mañanas hurgando en la basura, lo que lo obligó a subir de 20 a 150 la producción diaria de arepas.

Para producirlas se levanta a las 3 de la mañana para amasar varios kilos de harina de maíz blanco precocido y asar unas 150 arepas que suele rellenar con jamón, pollo, lentejas, zanahoria o calabacín.

Dice que nunca se imaginó cocinando para tantos comensales. Las introduce en bolsas plásticas a las que les hace un pequeño nudo antes de guardarlas en un morral negro y sale a repartirlas apenas amanece. Afirma que sus beneficiarios las reciben alegres.

"Una sonrisa; eso te paga cualquier cosa", cuenta.

25% sería la contracción que tendría este año la economía venezolana, según el FMI.

9,3 millones de venezolanos sufrían, según FAO, inseguridad alimentaria en febrero, antes del covid.