• Para que junio salga del déficit deberían caer 83 mm de agua en Santiago: el triple que en 2022

    El año pasado en ese mes se registraron 27, 5 milímetros de lluvia. Expertos aseguran que es incierta la cantidad de precipitación que caerá los próximos meses, aunque se espera que en la temporada de invierno las precipitaciones sean normales o bajo lo normal.

    Matías Gatica Lindsay

    A tres días que comience junio, expertos aseguran que existe incertidumbre sobre las precipitaciones que podrían caer en Santiago. Según indican, debería llover el triple de lo que se registró en 2022 para tener un año "normal", lo que debido a la sequía que afecta a la zona central hace 14 años, es bastante "improbable".

    Según indicó a este medio el meteorólogo de Chilevisión, Eduardo Sáez, sólo "considerando los últimos 30 años, para que tengamos una normalidad en cuanto a las precipitaciones en junio debieran caer unos 83 milímetros acá en Santiago".

    Sin embargo, según datos de la Dirección Meteorológica de Chile en ese mismo mes de 2022, solamente cayeron 27,5 milímetros; mientras que en 2021 las cifras fueron de 22,2 mm.

    Pese a que los montos de los años anteriores están muy lejos de lo que bajo en esta condición de sequía se considera un año normal, Sáez indica que según los pronósticos, para el periodo estacional de junio-julio-agosto "todo esto apunta a que las cifras estarían cerca de lo normal o un poquito por debajo de lo normal".

    Sin embargo señala que "hoy día existe una incertidumbre bastante alta respecto a lo que va a suceder con las precipitaciones, porque la circulación de aire, esto es una hipótesis, ha cambiado respecto a los fenómenos de La Niña y El Niño, provocando que independiente del fenómeno que tengamos en estos últimos 15 años, sean siempre deficitarios. Hoy estamos viendo circulaciones que no nos permiten saber si será como en años anteriores, o vamos a tener más lluvias".

    A su vez, el meteorólogo indica que en los últimos años "está dominando una alta presión reforzada, que evita los pasos de los sistemas frontales, haciendo que todos pasen hacia el sur, desde el Maule hacia la Patagonia", lo que dice que si se instala el Fenómenos del Niño podría debilitarla.

    En cuanto a la incertidumbre que se genera cada año para saber si será o no lluvioso, Sáez no descarta que haya un año con muchas precipitaciones, pero "lo que se observa es que vamos a tener periodos más largos con déficit de precipitaciones y eventualmente años o periodos cortos con abundancia de lluvias (...) cuando uno gráfica, Santiago es horrible: pasamos de periodos de mucha lluvia a nada muy bruscamente".

    Fenómeno del niño

    Según dijo a este medio la directora del Centro de Estudios Atmosféricos y Astroestadística de la U. de Valparaíso, Diana Pozo, se espera que el Fenómeno del Niño se establezca "con fuerza moderada desde el segundo semestre de 2023, por lo que podrían esperarse más lluvias en invierno. Sin embargo eso no significa que será muy lluvioso o que con certeza se superen los valores normales".

    Lo que sí indica es que en regiones se espera, "según la DMC que en el trimestre de mayo-junio-julio las precipitaciones puedan ser mayores que lo normal en Coquimbo y parte de Valparaíso. Será más bajo en el Maule".

    Sobre El Niño Eduardo Sáez asegura que para poder determinar si efectivamente se está ante un Fenómeno del Niño, el que afirma que en las décadas pasadas era mucho más marcado, "necesitamos que las anomalías de temperaturas altas del océano Pacífico se mantengan por tres meses, y recién la semana pasada sobrepasó los índices para poder hacer la estimación. Por lo tanto, si se mantiene, en agosto o por lo menos a finales de julio, este sí es un Niño".

    Además indica que "el índice que acompaña el Fenómeno del Niño ya está mostrando síntomas de acoplamiento atmosférico, por lo tanto podría repercutir en los siguientes meses, independiente de si se nombre o no se nombre al Niño. Basta que haya un calentamiento como el que estamos viendo, relativamente excesivo, que podría provocarnos que alguna lluvia nos genere una gran cantidad de precipitación, que podamos tener pocos eventos de lluvia, pero que en alguno de ellos nos genere una lluvia suficiente como para poder alcanzar una cercanía a la normalidad".

    De mantenerse las temperaturas altas en el océano en estos meses, independiente de que se confirmase que se trata de un Fenómeno del Niño, esto podría traer también "lo más probable lluvias tardías y la verdad es difícil encontrar que en septiembre y octubre no haya lluvia. Si seguimos el patrón de circulación de ahora deberían haber lluvias en septiembre e incluso octubre", dijo Sáez.

    Sobre la posible presencia de este fenómeno, Diana Pozo agrega que aunque se encuentre en fase neutra, se espera que sea un año más cálido de lo normal. Por lo que asegura que "hay que prestar atención a los eventos de precipitación, pues la combinación de lluvias con altas temperaturas puede llevar al derretimiento de la nieve acumulada en cordillera y posibles inundaciones", por lo que se deben tomar medidas.

    Sobre los efectos de esta mega sequía, que golpea a Chile desde 2014, la meteoróloga afirma que el cambio climático "tiene repercusiones importantes para la población ya que afecta la salud, la producción, disminuye el agua potable y tenemos mayor cantidad de incendios".

    1770-1783 fue la última gran sequía que hubo en la zona central del país según dijo Eduardo Sáez.

    14 años lleva la actual sequía en la zona central del país, que ha provocado periodos más largos sin lluvias.

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