Javiera Palta Olmos

Como una atrocidad y un delirio fue descrito en las noticias el conocido caso de la "Secta de Colliguay" en 2012, donde, casi sin ser conscientes de lo que pasaba, un grupo de personas decidió asesinar a un recién nacido lanzándolo al fuego por órdenes del padre del menor y su líder, Ramón Castillo Gaete, conocido como Antares de la Luz.

¿El objetivo? Salvar al mundo del apocalipsis y, además, obedecer a su líder. A más de 10 años del revuelo que tuvo el caso, el director Santiago Correa quiso relatar lo que se vivió en aquella secta de la mano de Netflix con el documental, ya disponible en la plataforma, "Antares de la Luz: La secta del fin del mundo", donde, más allá de ver la historia policial, busca relatar la historia de sus seguidores y lo que sufrieron bajo el mando de Castillo.

"Siempre tuve clarísimo que iba a tratar de mostrarlo desde distintas perspectivas. La idea no era mostrar un documental simplemente como un true crime, como le dicen los gringos, sino también empezar a indagar en otros géneros, como el sectario", comenta Correa a este medio.

Así, inició una investigación que lo llevó a hablar no sólo con detectives, psiquiatras y fiscales, sino que también con familiares y los seguidores de Antares, incluyendo a Pablo Undurraga, uno de los más fieles a su líder. "Partí entrevistando al papá de Pablo, a Jaime Undurraga, tuvimos una conversación de cuatro horas muy intensa. Me había leído el libro de Jaime, que se llama 'Mi hijo atrapado en una secta', y encontré muchas cosas interesantes", explica el director.

Esto lo llevó a hablar con académicos y la investigación de cada personaje que apareció en la oscura historia policial, pero entonces tuvo una llamada especial, del propio Pablo Undurraga.

"En el fondo él supo que yo lo estaba buscando por medio de su padre, y ahí empezamos a tener conversaciones, tuvimos un par de conversaciones por Zoom, y bueno, finalmente decidió dar la entrevista", cuenta.

Undurraga no fue el único seguidor con el que Correa habló, aunque el cineasta reconoce que todo "fue un trabajo muy, muy delicado. Conversamos con Natalia Guerra, conversamos con todos, en realidad. Lo interesante de esto, es que al ser diez años después, hay gente que está preparada para hablar o no, porque esto es un proceso", profundiza.

"Después de una secta, uno tiene que tener un margen de tiempo de volver a reconectarse con la tierra (...) Hay que ser muy delicados al hablar con ellos, en el fondo, tú no puedes presionarlos", explica sobre su labor.

"Esta historia era compleja desde todos los puntos, porque uno podía entenderla (...) Como realizador, me di cuenta de lo fascinante que es el ser humano y de lo frágil que somos todos nosotros, ahí es donde empieza este mundo de manipulación", añade.

Sigue el revuelo en torno a la querella de la diputada Maite Orsini en contra de Daniela Aránguiz por injurias y calumnias, proceso judicial que la exchica Mekano se mostró confiada en que podrá ganar.

En conversación con el matinal "Contigo en la Mañana", Aránguiz describió el actual momento que vive como un proceso "innecesario, desgastador, agotador, sin sentido, una estupidez".

En esa línea, se refirió también a la mamá de Jorge Valdivia y su exsuegra, Elizabeth Toro, quien figura como una de los testigos de Orsini que la respaldará en suquerella.

"Uno puede llamar de testigo a cualquier persona, quiera o no quiera. Ahora está en esa persona ir. No puedo decir nada. Obviamente que es un poquito doloroso, pero es lo que hay que hacer", comentó, asegurando además que no tiene relación con la abuela de sus hijos.

"Me voy a tener que sentar con todo el tiempo del mundo y responder punto por punto, pero yo esto lo gano", aseguró Aránguiz sobre el proceso judicial.

Asimismo, reconoció que la querella llega "no como un balde, sino un camión de agua fría. Pero soy una mujer fuerte, capaz y sé que si me levanto de una, me levanto de todas".

El Tribunal de Apelaciones de Nueva York anuló ayer la condena contra el productor de cine Harvey Weinsten por errores en el proceso judicial de 2020 que le supuso una condena de 23 años de cárcel y que significó el nacimiento del movimiento #MeToo.

El fallo de la corte, sobre el que no cabe recurso, fue aprobado por una exigua mayoría de 4-3 en la votación de los jueces, y se basa en el hecho de que el juez llamó indebidamente a declarar como testigos a varias mujeres que aseguraron haber sido víctimas del productor, cuando las acusaciones que profirieron no formaban parte de los hechos juzgados.

"El remedio a estos errores enormes es un nuevo juicio", señala el fallo, que recoge las opiniones discrepantes de los tres jueces que votaron en contra.

El humorista Cristián Henríquez ganó el juicio contra los representantes del fallecido Michael Jackson en torno a la propiedad del nombre de su personaje Maikel Pérez Jackson. La disputa se inició en 2020, cuando Henríquez quiso inscribir a su personaje en el Instituto de Propiedad Industrial. Entonces, los representantes de Jackson buscaron que Henríquez dejara de usar "su imagen, sus bailes, canciones, haciendo alusiones a su vida privada". El humorista celebró la victoria en redes sociales, asegurando que "ganó el humor".