• Es tan fácil evitar una tragedia con un perrito

    Hoy, antes de empezar a escribir esta columna encontré un perro. Vi un bulto en el pasto mientras iba pasando en auto. Nos detuvimos con mi marido y me bajé; era un perro grande como un labrador negro. Pensé -para mí misma- tiene buen peso, pelo brillante y es muy cariñoso, seguro que es de casa, pero, claro, no tiene collar. Si es que tiene chip, sólo sabré después de que vaya a la clínica veterinaria para que le pasen el identificador, que es una pequeña maquinita que le pasan por el lomo que es el lugar en donde le ponen el microchip.

    ¿Y si tampoco tiene chip? Bueno, pensé, tendré que hacer un largo trabajo de búsqueda en páginas de perros perdidos, publicaciones de Facebook, Twitter e Instagram, tendré que fijarme en los carteles pegados del sector. Y si nada de eso resulta, este perro será del 99% que nunca se reencuentra con su familia y tendré que buscarle una nueva, medité.

    Si mi perra se perdiera, en cambio, y algún buen samaritano hiciera todos esos pasos lo primero que haría es verle un collar y una placa. Si la placa se le cayese igual puede revisar el collar por detrás en donde también tiene anotado mi teléfono. Si el collar por cualquier motivo se le hubiese caído bastaría tan sólo con llevarla a la veterinaria en donde le encontrarían el chip con mis datos. Yo no estoy libre que me pase algún accidente que signifique la pérdida de mi mascota y es entendible que hay cosas inevitables, pero de lo que sí estoy libre es de la irresponsabilidad y negligencia de no tenerla con identificación. Porque está plenamente identificada.

    ¿Es muy difícil? Para nada, un collar lo encuentras en cualquier supermercado, clínica veterinaria, tienda de mascotas, tienda por Internet. La placa se la grabas en la calle pasando por el centro, o en los mismos lugares que encuentras el collar. Si te resulta engorroso o caro en vez de placa puedes ponerle un llavero de los que tienen un papel blanco en donde anotas sus datos. El chip lo pones en cualquier clínica veterinaria con un costo que va desde los $8.000 a $20.000, y en algunas municipalidades lo ponen hasta gratis. O sea, si hacemos la suma, ser una persona responsable y tener identificado a tu perro como corresponde cuesta desde $3.000 a $20.000, que es lo mismo que una cajetilla de cigarros, dos cervezas, una entrada al cine, una salida a comer. Eso, versus la seguridad de quien dices que quieres y que consideras parte de tu familia.

    Este perro que hoy está en mi casa y que llora porque probablemente extraña a su familia lo más probable es que jamás la vuelva a ver. Esa niña que llora a su perro tampoco lo verá de nuevo. Y ¿por qué? Por flojera. Por nada más que simple lata que le dio a su mamá/papá de ir a ponerle un chip. Y esto pasa todos los días todo el tiempo. Por favor les ruego, por el bien de sus animales, por el bien de su familia háganlo y eviten una tragedia y una tristeza tan grande como tan fácil es de evitar.

  • Cómo mantener bien la dentadura de mi cachorro

    Los perritos, al igual que los seres humanos, sufren de sarro y otras enfermedades dentales. Para evitarlas, se les tiene que entregar una buena cantidad de juguetes masticables blandos para ayudar a mantener limpias las encías y los dientes. En el caso de los cachorros no es recomendable facilitarles juguetes masticables duros. Lo ideal es que se le entreguen luego de los 10 meses, cuando las raíces de los dientes estarán ya perfectamente desarrolladas.

  • Necesita que le den un hogar

    El viernes 15 de enero aparecieron dos perritos en la entrada de un edificio. Uno se fue y el otro busca casa: es de tamaño pequeño y necesita un hogar urgente. Si quieres adoptarlo escribe a ursula.jauregui@gmail.com o llama a 79111093.

  • Perro extraviado busca a sus papás

    Este macho fue encontrado en el sector de Las Tranqueras. El perro no tenía collar y es negro con manchas blancas en el pecho. Es muy dócil y cariñoso, y está castrado. Si lo conoces llama al 7453921.

  • Ella es cariñosa y te está esperando

    Esta perrita tiene seis meses y es de tamaño mediano. Además, es muy cariñosa e inteligente, y es ideal para estar con niños. Si quieres adoptarla escribe a quieroadoptar@fundacionjulieta.cl.

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