Desde hoy, los ojos de todo el planeta estarán puestos sobre Sudamérica. A las 19:00 horas de Chile se dará el inicio oficial a los Juegos Olímpicos de Río 2016, sin lugar a dudas el evento deportivo más importante del mundo. Para quienes disfrutamos del deporte, estos son días de fiesta, donde tendremos la suerte de presenciar el talento de más de 10.000 deportistas que pondrán a prueba sus capacidades para convertirse en los mejores.

Pero para quienes están clasificados la sensación es aún mayor. Es ver realizado un sueño de años, muchas veces de toda la vida, y para el cual los sacrificios se suceden todos los días. Porque a la sensación de realización personal y superación se suma el sentimiento de tener todo un país detrás, apoyando y siguiendo atentamente todas las carreras, saltos, golpes y disparos que van a realizar en Río. Ese será, sin lugar a dudas, el impulso definitivo que los llevará a superar sus propios límites.

Desde el Ministerio del Deporte sabemos del esfuerzo que hace cada uno de nuestros deportistas. Son años priorizando los entrenamientos y las competencias por sobre momentos con la familia, los amigos, muchas veces los estudios y para qué hablar de otras actividades en el tiempo libre. He tenido la suerte de compartir durante sus entrenamientos con muchos de quienes estarán en Río y me consta que han dado lo mejor de cada uno para llegar en el máximo de sus rendimientos.

Como ministerio estamos comprometidos con nuestros deportistas: hay preparaciones y competencias tanto en Chile como en el extranjero, un equipo multidisciplinario que los ayuda con planes integrales e incluso tenemos la recientemente creada Coordinación Nacional de Apoyo a los Deportistas, para todos los temas que están "fuera de la cancha" pero que no por eso son de menor importancia. Para este 2016, el aporte que el Estado ha entregado a nuestros deportistas de alto rendimiento para su preparación, participación y Head Coachs es de más de 7.700 millones de pesos, asegurando que nada impida una planificación del más alto nivel. Gracias a este proceso, estamos confiados en que nuestra delegación en Río mejorará sus resultados, tanto en lo individual -con sus marcas y rendimientos- como en lo colectivo.

Sabemos que los desafíos son muchos. Pero hemos avanzado: en relación a Londres 2012, nuestra delegación creció de 36 a 42 deportistas en Juegos Olímpicos y de 7 a 14 en Paralímpicos, una cifra histórica. Y es en este tipo de eventos en donde Chile y sus ciudadanos ven la importancia que tiene el deporte y el gran ejemplo de nuestros deportistas, pero también sentirnos orgullosos de quienes sacrifican todo para llevar nuestra bandera entre los mejores. Por ellos, todos y cada uno de los chilenos estaremos representados en Río.

"Sabemos del esfuerzo que hacen nuestros deportistas. Son años priorizando los entrenamientos por sobre momentos con familia o amigos"

Por Paulina Flores

Johanna Paz. Su filosofía de vida es: "La mujer que quiere, puede". Es dueña de una licorería que ella misma atiende en Domínica con Avenida Perú. Hace dos años no tenía nada: estaba recién separada y con una hija pequeña: "Tuve que empezar de nuevo". La historia parte cuando conoce a su ex esposo a los 14. "Quedé embarazada a los 16, me fui de la casa a los 18 y construí mi vida junto a él. Empezamos con un boliche chico, trabajamos los 365 día del año y terminamos con una distribuidora de licores de 3.000 m2. Viajamos a Dubai, Jamaica, Haití". Pero no todo era color de rosa, había violencia intrafamiliar: "La gente no entiende, pero muchas mujeres no denuncian porque es tal el nivel de sometimiento que uno lo encuentra normal".

Hoy en día su rutina comienza al ir a dejar a su hija al jardín, sigue con el gimnasio; los trámites de la demanda por pensión; ir a la iglesia y un masaje en la peluquería. Entra a la botillería a eso de las 18:00 y termina a las 01:00 am. Emprender con licores fue una casualidad: "Un día estaba triste y me quise dar un gustito con una manicure, la manicurista me contó que su abuelo estaba vendiendo su botillería". Ahora tiene más tiempo libre, pero al principio fue muy sacrificado y triste: "No te digo que empecé como la chica superpoderosa. Al principio, lloraba pintando las paredes de la botillería. Porque imagínate, antes yo chispeaba los dedos pa' mandar, y empezar desde cero, sola y con una hija fue dificilísimo. Pero uno saca fuerzas de algún lado, tiras pa' adelante y luego las cosas empiezan a resultar, ahora estoy bien y la gente que me quiere de verdad me apoya".

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"No te digo que empecé como chica superpoderosa. Al principio, lloraba pintando la botillería

johanna paz"

El sentido del Día del Niño es reafirmar sus derechos en todo el mundo, así se decretó el 20 de noviembre de 1959, durante la Asamblea General de la ONU en Ginebra, Suiza. La idea es celebrar y organizar actividades con el fin de impulsar el bienestar de los pequeños en todo el planeta. Lamentablemente muchos niños viven en situaciones de guerra, pobreza, abandono y nosotros como sociedad no hemos sido capaces de mirar y hacer un alto a nuestras vidas para analizar lo que pasa con ellos. En este Día del Niño conversemos con ellos sobre sus derechos y la realidad que viven otros niños en el mundo, pero también expliquémosles que todos deben recibir comida, casa, protección y educación. Salir de nuestro mundo de adultos es otorgarle un verdadero sentido a este día.

Claudia Araya Fuenzalida

Somos personas, no cifras

Dejando un poco de lado el debate respecto a si se debe o no modificar el actual sistema de pensiones chileno, quisiera hacer notar un punto que llama mi atención: cada vez que algún "experto" o "técnico" especialista en materia previsional aborda el tema en televisión, centran la discusión en números, estadísticas y porcentajes. Los datos "duros", como les dicen algunos. Sin embargo, detrás de tanta estadística con porcentajes, cruces de información, gráficos con colores rojos y azules, se esconde la realidad de personas que día a día exprimen todas sus energías para, literalmente, "ganarse un lugar en la vida". Me gustaría que la discusión se pudiera humanizar. Quizás así se pueda lograr algo de empatía entre quienes definen la vida de los chilenos entre cuatro paredes y los que tratamos de existir a duras penas.

Emiliano Álvarez