Pamela De Vicenzi

Tras una espera de 20 minutos -entre gritos, una multitud que cantaba el Himno Nacional y alusiones a Luis Jara- apareció en escena The Strokes, en la última jornada de Lollapalooza 2017.

La agrupación de Julian Casablancas partió su show con problemas de sonido: el micrófono del vocalista no sonó en la primera canción, "The Modern Age". Sin embargo, su frontman supo resolver el mal rato y, previa consulta al público, repitió el tema inicial, recuperando rápidamente el entusiasmo de los asistentes.

A la misma hora, el Movistar Arena estaba completamente lleno con el show de Martin Garrix, que una vez más confirmó la relevancia de la música electrónica en el evento, cuyos asistentes el sábado llegaron a botar las rejas para estar más cerca de Diplo.

Antes de lo de The Strokes, pasadas las 20:40 horas y con la pista del Parque O'Higgins completamente intransitable, The Weeknd asomó como uno de los grandes estelares de Lollapalooza 2017. Con "Starboy", tema que da nombre a su gira y a su más reciente álbum, el artista canadiense realizó una propuesta también cargada al sonido electrónico. El ganador de un Grammy hizo gala de su despliegue escénico y la potencia de su voz -mezclado con notas altas, gritos, bailes y saltos.

El intérprete de "False Alarm" dialogó con sus fanáticos, saludó a los asistentes con un "buenas noches, Chile" y les prometió regresar "muy pronto". A esa hora, el registro de público alcanzó las 80 mil personas en la jornada (según datos de los organizadores), lo que dejó a "Lolla" 2017 con una cifra récord de 160 mil asistentes durante los dos días de encuentro musical. En 2016 fueron 140 mil en total.

Del hip hop al pop

Con una jornada más temperada que la del sábado -en donde se presentaron artistas como Metallica, Lucybell y Weichafe-, la de ayer arrancó al mediodía con Liricistas y We Are The Grand. Los primeros mostraron lo mejor de su hip hop inscrito en sus tres discos de estudio, mientras que los rockeros presentaron un repertorio -tanto en español como en inglés- con el que fueron aplaudidos en el reciente Vive Latino en México.

Luego fue el turno de Gondwana, que celebra 30 años de existencia. La banda repasó desde sus temas más emblemáticos como "Sentimiento original" y "Verde, amarillo y rojo" y otros temas como "Could you be loved" de Bob Marley.

A las 15:00 horas, Álex Anwandter se subió al VTR Stage para dar cuenta tanto de "Amiga", su último disco elogiado a nivel internacional, como éxitos de otros trabajos personales, como "Odisea" o lo hecho con Teleradio Donoso. Fiel a su estilo, también hizo alusiones políticas -nombró a la Presidenta Michelle Bachelet y a Sebastián Piñera en "Siempre es viernes en mi corazón"- y llamó al público a apoyar la música nacional.

Una hora después, el indie y las guitarras de Catfish and the Bottlemen siguieron levantando la tarde. El grupo tuvo un gesto para su público: en su show lucieron una bandera chilena con su nombre.

El homenaje

Durante la jornada llamaron la atención algunos carros alegóricos y muñecos indígenas gigantes, los que circularon por la explanada del parque. Mientras, al interior del Movistar Arena, la música electrónica repletó todos los sectores del recinto. Rod Valdés, Vives y Forero, Borgore y Griz hicieron bailar y saltar a la multitud.

A las 18:00 comenzó el show de Duran Duran. Con prendas coloridas y un sonido de primer nivel, los británicos cautivaron a los fanáticos que repletaron hasta los alrededores del Itaú Stage. Iniciaron su espectáculo con "The Wild Boys", para luego seguir con "Hungry Like The Wolf" y "A View To A Kill". La nota emotiva llegó cuando en la mitad de la presentación rindieron tributo a David Bowie con un fragmento de "Space Oddity". Además, mostraron parte de su más reciente material, "Paper Gods", apoyados de imágenes que reafirmaban su renovación de cara a los nuevos tiempos.

180 mil asistentes llegaron, en total, a las dos jornadas de Lollapalooza 2017.