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Viñas y el Gobierno Regional inician plan para hacer de la capital potencia enoturística
La idea es desarrollar la marca y promoción del Valle del Maipo, reuniendo oferta que cada firma hace por separado. El fin es captar más turistas y por más tiempo en la RM.
Leo Riquelme
El Gobierno Regional y las 31 viñas que integran el Valle del Maipo iniciaron una mesa para coordinar las empresas del rubro y al sector público, a objeto de convertir el circuito capitalino en una potencia enoturística de relevancia mundial.
El análisis sectorial es que hoy estas compañías cuentan por separado con una oferta atractiva para los visitantes, pero que carece de una marca e impulso común que esté a la altura de sus potencialidades conjuntas, como sí han desarrollado Colchagua, Mendoza (en Argentina) y Napa (en Estados Unidos).
Los agentes cuentan que cada viña tiene sus productos turísticos, que gestiona y difunde individualmente o a través de operadores, que captan visitantes principalmente extranjeros. Eso debería cambiar si prospera el trabajo con la Corporación Regional de Turismo de la RM.
"El enoturismo tiene una gran oportunidad en la Región Metropolitana", opina la gerenta de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Viña Santa Rita, Elena Carretero.
"Acá las viñas están dentro de la ciudad de Santiago, es lo más cercano a quien visita el país. Acá están las viñas emblemáticas e históricas, está la tradición, una cultura vitivinícola de 150, 130 años, que se debe valorar, reconocer y difundir (...) Entre todos uno siempre hace más fuerza que siendo uno solo", agrega.
El gerente general de la Corporación Regional de Turismo, Matías López, coincide en la fortaleza que tiene este valle al estar prácticamente inserto en la ciudad. "El turista no entiende entre comunas como Isla de Maipo, Pirque... él viene a Santiago", comenta.
El enoturismo es una actividad priorizada por el Servicio Nacional de Turismo para impulsar en la región, junto a la de negocios, nieve, cultura, compras y naturaleza. Según la corporación, el valle es el tercero más productivo de Chile y sus 31 viñas abiertas al turismo equivalen al 34% de lo disponible en el país.
López explica que para reimpulsar la actividad aplicarán por primera vez en Latinoamérica un modelo recomendado por la Organización Mundial de Turismo (OMT). Éste consiste en crear primero la marca "Valle del Maipo" y a partir de ella se elaborarán la experiencia y los productos. "Siempre se hace al revés", comenta el encargado.
Por eso, la prioridad ahora es desarrollar la marca que servirá de "paraguas" para todas, iniciar el trabajo de desarrollo y luego de difusión de la zona en conjunto, una materia para la cual el Gobierno Regional comprometió su apoyo financiero si es que las viñas hacen lo propio.
"Si logramos potenciar el enoturismo, claramente la pernoctación podría ser mayor, es decir, si le ofrecemos al turista destinos entretenidos como el enoturismo, y que además las viñas están en promedio a una hora del centro de Santiago, creo que el turista se va a quedar más días, pero para eso tenemos que generar que Valle del Maipo sea conocido como marca y como visita obligada de los extranjeros que lleguen a Santiago, y también para el turista interno", comentó el intendente Claudio Orrego.
Esto último es uno de los objetivos del programa, pues hay conciencia en el rubro de que los chilenos en general y los santiaguinos en especial disfrutan menos de las bondades de la viticultura que los extranjeros, lo que en el Maipo se acentúa frente a otros valles como Casablanca. "Uno siempre debe partir por casa", aconseja Elena Carretero.
dos noches pernoctan en promedio los turistas en la RM. Con el enoturismo podría aumentar.
en 1994 el Valle del Maipo obtuvo su denominación de origen. Es el más antiguo de Chile. Ahora se trabajará en un relato común.
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De colegio municipal a particular
Por Paulina Flores
Quique Hurtado. Cuando tenía 15 años, sus padres lo cambiaron de un colegio municipal a uno particular: "Mi papá comenzó con un emprendimiento y nos empezó a ir mejor económicamente como familia. Del block de Pedro Aguirre Cerda, pasamos a una casa de dos pisos en La Florida. Recordándolo parece una época buena, de prosperidad, pero para mí fue muy difícil adaptarme. Lo que más me costó fue el colegio, porque la exigencia en cuanto a las notas y el comportamiento era mucho más alta. Me parecía todo tan raro. Onda, cada vez que entrábamos a la sala, en la mañana o después de un recreo, hombres separados de mujeres, teníamos que formarnos por estatura. Entrábamos, esperábamos parados hasta que llegaba el profesor y lo saludábamos a coro. Sólo podíamos sentarnos cuando él lo dijera. Y eso era con todo: Muchas formalidades, mucho orden y control. Yo estaba en la adolescencia y me parecía ridículo, sin sentido, y todo el rato me estaba revelando. Y con las notas… peor. Por ejemplo nunca había tenido inglés y mis compañeros tenían un nivel muy alto. Así que tuve que estudiar el doble, lo hacía más que nada por mis papás, para devolverles lo que ellos se esforzaban por entregarme".
En la actualidad vive en Santiago Centro y hace clases como profesor de música en un colegio municipal de Independencia: "Lo que sí me gustó del colegio particular es que le daban mucha importancia a la música, tenían una Big Band, un coro y muchos instrumentos a libre disposición de los alumnos. Gracias a eso conocí la batería y las percusiones, y hoy en día, como profesor de música, trato de acercar los instrumentos a los alumnos".
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