Es difícil abstraerse del enorme culto que tiene la saga Star Wars. Es tal la devoción de sus fieles, multiplicados cada año, que por ellos que no se acabe nunca y que sus productos y subproductos sean infinitos. Pero para los agnósticos la eternización de la franquicia nos puede producir efectos diversos. Por un lado, es inevitable sentir admiración por el fenómeno, por cómo una mitología nacida de la mente de un joven cineasta en los años 70 ha conseguido fanatizar a tantos. Una devoción que llevó al psicólogo Jordan B. Peterson a afirmar que no somos todavía lo suficientemente inteligentes para entender por qué unos hacen filas durante noches para verla, que algo hay allí por descifrar de la psique humana.

Pero por otro es muy posible cansarse, sentir que se estira su historia por negocio, que pese a que se crean nuevos personajes y tramas todo responde a una misma fórmula, que podrá tener esmero y cariño de sus involucrados, pero nada demasiado relevante que decir sobre la condición humana, nada que no sea una idea general o vaga (una escena del viejo Luke explicando la "fuerza" es acá muy decidora al respecto).

En mi caso todas esas sensaciones emergen frente a "Los últimos Jedi", la segunda de una nueva trilogía iniciada por "El despertar de la fuerza" en 2015. No tiene el factor sorpresa de esta última, es más recargada, desbalanceada, agotadora, con batallas interminables, con pocos descansos, muy hija de esta época donde los blockbuster compiten con todas sus armas por nuestra atención. Tampoco le ayudan los toques de humor dados aparentemente por el director Rian Johnson (relevo de J. J. Abrams, ahora en la producción), excesivamente ñoños, además de calculados.

La cinta, que al menos no defrauda en su estética y tiene en Rey (Daisy Ridley) una protagonista con mucho carisma, debe ser vista con espíritu de niño para sacar algo en limpio: el disfrute de alguna batalla bien coreografiada y tensionada o ver por enésima vez una hazaña con un sable láser. Es eso o perder la paciencia. Algo que, por cierto, no aplica para los devotos de la saga, que, como creyentes fervorosos de una religión, ven en ella cosas que el resto no.

calificación: mala regular buena excelente

los últimos jedi

dir| rian johnson / elenco| d. ridley, j. bodega /ee.uu. / 2017 / 152 minutos / todo espectador /cines| cinemark, cine hoyts, cineplanet

Camila Espinoza

Le pedirán recomendaciones para manejar el dinero y para muchos se convertirá en un verdadero gurú de las finanzas. Daniel Muñoz se convertirá en un asesor financiero que buscará estafar a quienes le piden ayuda en la nueva teleserie de Mega, "Si yo fuera rico".

El actor interpreta a Erick Ferrada, que usará sus conocimientos para enriquecerse a costa de otros y aparentará ser un exitoso hombre de negocios, contando con la confianza de medios de comunicación. "Es un economista. No es un chanta. Sabe lo que hace. Tiene sus conocimientos y todo, pero es un estafador", cuenta Muñoz.

El actor se refiere a las similitudes de su personaje con el mediático caso de Rafael Garay, formalizado por estafa reiterada. "Me falta cortarme el pelo. Ser pelado. Es inevitable, porque es el típico tipo que tiene que inspirar mucha confianza, mucha seriedad. Que sea exitoso, que proyecte respetabilidad. Entonces, los clichés son básicos: bien vestido, ordenadito, habla bien. Cualquier tipo que quiera ganarse la confianza, parte por ahí".

Proyecto atractivo

En agosto se hizo pública la llegada del actor a la señal del grupo Bethia. Su último rol televisivo lo ocupó en la nocturna "Un diablo con ángel" de TVN, que finalizó en mayo.

"He trabajado tanto en televisión, que el cambio no es por el canal en sí, es por proyectos. El proyecto fue muy atractivo. Llegué acá y me encontré con la sorpresa de que hay muy buena onda acá. Al canal le va bien. Están ganando y eso, obviamente, te da una sensación de protección y de triunfalismo bueno", dice.

El burrito pequeño, pero valiente Bo quiere buscar una vida más allá de su rutina diaria en el molino del pueblo. Por eso, un día junta el coraje para cumplir la aventura de sus sueños y emprende un viaje en el que conocerá a Ruth, una adorable oveja que ha perdido su rebaño, y a Dave, una paloma con grandes aspiraciones. Durante su camino, en el que siguen una Estrella muy especial, encontrarán además a tres camellos. Todos ellos se convertirán, sin quererlo, en los héroes no reconocidos de la primera Navidad.

la estrella de belén /dir| timothy reckart /ee.uu. / 2017 / 86 minutos / todo espectador.