• Plan Invierno: con poda de árboles y reposición de luz a distancia la capital se prepara para las lluvias

    Entre las medidas para este año destaca el despeje de 4.600 km. de redes eléctricas y el retiro de tres toneladas de basura del alcantarillado. Se identificaron 25 puntos críticos.

    Diego Gotelli C.

    Fuertes lluvias en cortos periodos de tiempo, pero sin la intensidad de los años anteriores, será la tónica que marcará la próxima época invernal en la Región Metropolitana, según el informe meteorológico más actualizado que se tiene. La situación es mejor de lo esperado a inicio de año, cuando se previó que el fenómeno del Niño podría causar estragos en la capital, pero igualmente genera preocupación a las autoridades y organismos locales, que en los próximos días presentarán un plan preventivo para mitigar los riesgos.

    "Existen por lo menos 25 puntos de mayor complejidad en la RM. En general, se trata de pasos bajo nivel o calles que se inundan, quebradas con riesgo de deslizamientos de tierra o afluentes con riesgo de desborde a los que hemos puesto un cuidado especial, para evitar situaciones de riesgo para la población", dijo la intendenta Karla Rubilar.

    En concreto, el "Plan de Invierno" contempla una coordinación y serie de medidas adoptadas para reducir los posibles daños de las lluvias. Por ejemplo, Enel aplicó un plan de podas a fin de evitar que las caídas de ramas causen apagones como el prolongado corte de luz del 2017. La iniciativa contempló el despeje de unos 4.600 kilómetros de redes eléctricas, cumpliendo así un oficio emitido por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).

    "Es fundamental que las distribuidoras realicen las labores de poda de aquellos árboles que pudieran estar cerca de sus redes, para evitar que las ramas, producto del viento y la lluvia, puedan caer sobre sus instalaciones provocando cortes", enfatizó el superintendente Luis Ávila.

    Asimismo, la compañía eléctrica instaló 350 equipos de telecontrol que, mediante un manejo remoto de la red, permite reducir los tiempos de recuperación, restaurando el suministro "en minutos" hasta al 90% de los clientes afectados. Además, durante cuatro semanas se inspeccionaron en helicóptero 1.630 kilómetros de la red para detectar puntos sensibles, lo que se complementó con la inspección en zonas de alta densidad con el uso de drones equipados con cámaras de alta resolución y termográficas.

    En tanto, Aguas Andinas trabaja en la limpieza del alcantarillado para evitar obstrucciones y rebases durante las lluvias. Según sus estimaciones, esperan retirar más de tres toneladas de residuos, principalmente elementos extraños arrojados a los ductos como colchones, puertas y hasta tablas de planchar. Para ello, se monitorearán unos 1.500 kilómetros de tuberías "utilizando la información histórica del comportamiento de la red, acompañado de inspecciones televisivas con equipos robotizados, con el objetivo de determinar los puntos prioritarios a trabajar", explicó el gerente de Distribución y Recolección de la sanitaria, Franco Nicoletti.

    Por el lado del Gobierno Regional, la Intendencia ha liderado simulacros de evacuación en zonas de deslizamiento de tierra, como en el Cajón del Maipo, y simulaciones de corte de agua, "medidas que han sido exitosas para empoderar a la población, para que se conozcan los riesgos a los que estamos expuestos y que nos ha llevado a hacer de Santiago un lugar más resiliente", añadió la intendenta Rubilar.

    350 dispositivos de telecontrol instaló Enel este año. Con ellos ya llegan a 1.800 equipos en la capital.

    1.500 kilómetros de tuberías inspeccionará Aguas Andinas para detectar puntos vulnerables.

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  • Aquí estamos, en Independencia

    Por Paulina Flores

    Amanda. Llegó a Chile hace un año: "Los hijos me llamaron porque estaba sola en Venezuela. Mi hijo llevaba un año y medio en Estados Unidos y mi hija estaba aquí hace uno. Estoy acá con ella y mi nieto. Me demoré en venirme porque bueno, como muchos, estaba apegada a mi tierra. Vivía en Aragua, en el centro.

    Allá tenía mi vida resuelta: jubilada de educación, con pensión por vejez. Era profesora de la educación superior: Castellano y Literatura. Jubilé en 1994 y después me dediqué a hacer curso. Cursos de teología, curso de medicina tradicional China, curso de bordado, todos los cursos que salían ahí estaba yo. Se pagaba pero muy poco. Yo me entretenía y aprendía.

    Arrancar de las raíces a mi edad ha sido muy serio, muy fuerte. La adaptación no es fácil. Apenas Venezuela vuelva a ser libre y tenga una economía estable, pues allá me voy de regreso. Me vuelvo a Venezuela como dicen ustedes los chilenos: "a un tiro". La situación por allá ahora está muy delicada, pero pienso que va a mejorar luego, más pronto que tarde.

    Había venido de vacaciones a Chile antes, en el 2017. Gozamos un puchero caminando de aquí para acá, fuimos a Viña, andábamos felices. Nunca pensé que iba a tener que venirme. Pero bueno, aquí estamos, en Independencia. Acá he hecho de todo. Conocía a la Rosa por medio del bordado ruso. Le compré el set para aprender, ella me enseñó lo demás y me quedé vendiendo en el rubro. Después conocí a la Nachi, luego a la Angi y ahora a la Pili. Son todas bellas".

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