• Investigadores detectan las comunas con mayor y menor riesgo de presentar obesidad infantil

    Estudio midió variables que pueden influir en que los niños eleven su peso, como un menor acceso a colegios con gimnasio o pobreza de su entorno. Experta afirma que la situación económica familiar abre brechas, pero cree que hay otros indicadores mejorables.

    Diego Gotelli C.

    Los niños que habitan en el sector surponiente de la Región Metropolitana presentan un mayor riesgo de padecer obesidad infantil respecto a quienes viven en la zona oriente de la capital.

    Así lo concluyó un estudio elaborado por investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, el que tras evaluar variables del entorno en que crecen los niños logró identificar las localidades de la zona centro del país donde los menores son más vulnerables a excederse en su peso.

    El análisis midió los factores de riesgo de 50 comunas de la capital y 28 de la Región de Valparaíso, evaluando una serie de variables que podrían influir en la obesidad de los menores.

    Para ello se examinaron 16 indicadores que la literatura internacional otorga algún tipo de correlación con la obesidad infantil, las que se extrajeron de mediciones hechas previas a la pandemia -para evitar las alteraciones propias del encierro- y se agruparon en cuatro categorías: entorno educacional, entorno comunal, factores socioeconómicos y aspectos de salud.

    Luego de procesar las variables mediante un sistema de estandarización y evaluación se obtuvo un índice de riesgo de obesidad infantil para cada comuna, el que puede ir desde un 1 como máximo valor de riesgo, a un 0 como el menor indicador de peligro.

    Así, tras ordenar los resultados los investigadores concluyeron que el menor peligro de obesidad infantil está en el sector oriente de la capital, que obtuvo la calificación más favorable en cada una de las cuatro categorías.

    Por contraparte, entre las comunas con el indicador de riesgo de obesidad más alto, varias de ellas presentan las peores evaluaciones en materia socioeconómica.

    "Nuestros resultados no escapan a los efectos de la alta desigualdad económica", dijo Juliana Kain, líder del grupo a cargo del proyecto.

    Dicha vinculación también ha sido detectada por la Junaeb, en cuyo último mapa nutricional constató las mismas brechas de casos de obesidad escolar entre las comunas del sector oriente con las del poniente de la capital.

    "Se puede observar una cierta tendencia de que las comunas con menor prevalencia de obesidad total son las que históricamente presentan menor vulnerabilidad socioeconómica (sector oriente), y que las comunas más vulnerables tienen mayor prevalencia", concluyó el estudio publicado el año pasado con datos del 2020.

    Espacio de mejoras

    El análisis del INTA consideró variables tanto de lo que ocurre dentro de las escuelas como también en la vida diaria.

    Por ejemplo, para la categoría socioeconómica se utilizaron indicadores sobre el porcentaje de la población comunal en situación de pobreza por ingreso; la cifra de hogares sin acceso a internet; y cuántos menores tienen madres con baja escolaridad, viven en hogares con jefatura femenina, y presentan alguna ascendencia indígena.

    Más directamente ligado a la comida, en salud se examinaron indicadores de mujeres embarazadas con obesidad en la comuna; de niños con hábitos alimenticios deficientes; y también de menores que declaran no hacer actividad física en los recreos en su colegio.

    Mientras que para el ámbito educacional se consideraron mediciones como cuántos niños asisten a escuelas sin gimnasios; y en el entorno comunal se sumaron variables de áreas verdes, hacinamiento, cantidad de supermercados respecto a la población, y tasa de homicidios.

    "Todos tienen una correlación con la obesidad infantil. No son cualquier indicador", recalcó Kain, quien es master de Salud Pública de la Universidad de California.

    La investigadora señaló que el desglose conseguido en el estudio reveló que además del aspecto económico, hay otros factores que inciden fuertemente en las comunas peor evaluadas y que pueden ser de más rápida solución.

    Entre ellas destaca el caso de Cerro Navia, la comuna con el indicador de riesgo más alto entre las 78 medidas. Si bien en la evaluación de la localidad le pesa ser la segunda con el peor índice socioeconómico del estudio, también se encuentra en el mismo puesto en salud, que involucra algunos factores directamente nutricionales; y también es la segunda peor en entorno educacional, que considera entre ellas la participación en talleres deportivos escolares.

    "Hay cosas a nivel local, acciones a nivel de colegios, que se pueden hacer y que podría incidir en la obesidad infantil", enfatiza Kain.

    Desde el municipio cerronavino señalaron que se están trabajando medidas con el Servicio Local Barrancas, que administra los colegios públicos de dicha comuna además de los de Lo Prado y Pudahuel.

    La directora (s) del Servicio, María José Canales, señaló que para fomentar los estilos de vida saludables en las escuelas han implementado talleres adaptados a los intereses de los estudiantes, y cada año se hace un diagnóstico al estudiantado para que indiquen sus preferencias para la realización de actividad física y deportes, a fin de lograr adherencia a las actividades. Además, contó que anualmente se hace un encuentro en terreno enfocado en actividad física y salud.

    "De esta manera, el Servicio Local incentiva y resguarda que las y los estudiantes cuenten con los espacios necesarios para su desarrollo integral y prevención de factores asociados a la obesidad", afirmó la directora.

    "Mejorar lo económico es a largo plazo, pero se pueden hacer otras cosas para incidir en la obesidad infantil.

    juliana kain, líder de la investigación"

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16