Estamos con Tomás Cox, 64 años, padre, abuelo, periodista y legendario comunicador, quien, por primera vez en su vida, concede una entrevista política. Usualmente él habla del mundo del espectáculo o de noticias que genera la noche. Pero ahora le hemos pedido a Tomás, en atención a sus virtudes y a su experiencia de 15.540 horas al micrófono en distintas radios, que analice el manejo comunicacional de Sebastián Dávalos. Tomás Cox toma con seriedad la situación y sólo exige un minuto para ordenar sus pensamientos, lo cual le es concedido.

-Listo ¡Dale, amigo mío!- avisa al rato, concentrado, en un aparente trance político.

¿Cómo lo ha hecho el señor Dávalos?

Pésimo.

¿Por qué?

Por todo.

¿Qué es todo?

No sabe comunicar. Es un desastre.

¿El silencio no es una opción viable?

Dávalos Bachelet ha dado una clase magistral de cómo no comunicarse bien. Ha sido la antítesis de todo lo que debió haber hecho. Ha hablado poco y mal. No ha sido franco.

¿Qué debió hacer?

Debió dar señales de haber aprendido de su error.

Dele consejos, Tomás.

Enfrentar los micrófonos con la cara erguida, vista al frente. Le aconsejo aquietar las aguas y hablar clarito.

Tomás no desliza ninguna ideología, pero si fuera el asesor comunicacional de Dávalos, también le recomendaría renunciar a todo. Alejarse de los focos y conseguirse un trabajo en el mundo privado. Pedir perdón a su mamá. Meditar.

Usted es un comunicador que no descuida detalles, ¿qué le transmiten los aros del señor Dávalos?

Interpreto a un hombre libre de ataduras y del poder que tiene su madre. Es una imagen posmoderna, transgresora.

¿Cree que, comunicacionalmente, sería adecuado que bajara de peso?

A estas alturas, amigo mío, los gramos de más paradojalmente no tienen mayor peso.

Davatón

Hace algunos años Tomás Cox conmocionó al país al organizar la Colotón. Luego se ofreció para ayudar a saldar la deuda de Iván Zamorano. Es un productor capacitado para levantar a los aproblemados.

¿Está capacitado para hacer la Davatón?

Es necesario que Dávalos deshaga el negocio, pero creo que no es el momento para una Davatón.

Tomás Cox no podría imaginar un Estadio Nacional lleno de adeptos a Sebastián Dávalos. No concibe que la ciudadanía, conmovida en caso que Dávalos devolviera las ganancias de su negocio, deposite billetes para evitarle un golpe bancario. El productor concluye con firmeza: "No haré la Davatón".

¿Y una cena de apoyo para levantarle el ánimo?

Tampoco es el momento ni el camino.

¿Cómo ha enfrentado el Gobierno esta situación?

El Ministro del Interior no ha estado a la altura.

¿Y la Presidenta Bachelet?

Le ha faltado liderazgo. Le ha faltado carácter.

Tomás dice que la única forma para recuperar la imagen es mirar a los ojos y asumir los errores. Y trabajar. Tomás, por ejemplo, en un momento de cesantía, salió a las calles con una guía telefónica a tocar timbres y a ofrecer eventos producidos por él. "Hola, buenas tardes, le habla el famoso productor Tomás Cox, ¿se avecina algún cumpleaños? ¿quiere hacer una fiestecita?". Así se reconstruyó.

Yo me saqué la contumelia, amigo mío. Y eso le aconsejo a todos los que están en el suelo: sacarse la contumelia.

¿Aconseja que Dávalos se saque la contumelia o que se la saquen a él?

Si Dávalos se saca la contumelia saldrá adelante. Si al final todos pueden errar. Lo importante es pararse con trabajo. A mí me educaron así, a la inglesa: disciplina, esfuerzo y contumelia.

¿Para todos hay luz al final del túnel?

Lo único que no tiene remedio es la muerte- y así, con el espíritu encendido, concluye el debut político de Tomás Cox. El pueblo juzgará.