• Piñones y mucho más

    Probablemente el producto de la comida mapuche más conocido a lo largo de todo Chile sea el merquén. Esa mezcla de ají cacho de cabra ahumado con semillas tostadas de cilantro que se muelen juntas y así entregan ese sabor tan penetrante que combina a la perfección con la carne de chancho, sopas, quesos y varias otras cosas. Dicho todo lo anterior, me parece que el segundo producto de la cocina mapuche más conocido en el país es el piñón. Ello, porque el fruto de la araucaria es tremendamente dúctil. Porque con éste se puede hacer harina, mezclar en estofados de distintas carnes, tostar para agregar en preparaciones dulces y hasta incluso se puede comer solo (cocido), tal como se hace con otros frutos secos. Además, son una muy buena fuente de calorías y su consumo habitual resulta beneficioso para el control de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. ¿Qué tal?

    Ahora bien, la mejor noticia es que los santiaguinos no debemos viajar al sur ni subirnos a una araucaria en un parque nacional para hacernos de una buena provisión de piñones. Esto, porque en Santiago es relativamente fácil obtenerlos. De hecho, los venden en algunos supermercados, en ferias libres, por supuesto en la Vega Central e incluso en verdulerías. Es más, en algunas esquinas del centro, Providencia y Ñuñoa se pueden encontrar junto a productos como paltas y alcachofas. Y por si esto fuera poco, los piñones no son caros, ya que el kilo se consigue más o menos desde los dos mil quinientos pesos y cunde bastante. De hecho, para la receta que presentamos hoy, solo se necesita un cuarto de kilo.

    Y, más allá de los piñones, préstenle atención a los productos y recetas que vienen desde el sur de Chile y especialmente desde la llamada Zona Mapuche. Porque además del fruto de la araucaria estamos en época de changles y ya vendrán -en primavera- los digüeñes (ambos son un tipo de hongos). Es mucho lo que nos falta por aprender de la cocina de los mapuches y lo cierto es que nunca será tarde para comenzar a hacerlo.

    "Los santiaguinos no debemos viajar al sur ni subirnos a una araucaria en un parque nacional para hacernos de una buena provisión de piñones.


    Por Álvaro Peralta / @dontinto


    Un dato

    El piñón en crudo dura mucho tiempo. Sin embargo, una vez cocido su conservación se hace más difícil. Por lo mismo, se recomienda ir cociendo pequeñas cantidades -que se utilicen dentro de una semana- para que así no se estropeen.

  • Ingredientes

    (Para 4 personas)

    1/4 k de piñones

    1 cebolla

    ½ pimiento verde

    ½ pimiento rojo

    1 bandeja de champiñones

    1 diente de ajo

    2 longanizas grandes

    1 taza de vino blanco

    sal, pimienta y aceite de oliva

    1Poner a cocer los piñones en agua fría durante dos horas (o media hora en olla a presión). Una vez hervidos, pelarlos mientras estén calientes y reservar. Pelar la cebolla y cortar en pluma. Reservar.

    2Cortar en tiras largas y delgadas los pimientos y la zanahoria, además de los champiñones en mitades. Reservar. Calentar muy bien una sartén y poner en ésta (sin aceite) las dos longanizas picadas en rodajas.

    3Revolver para que suelten un poco de su grasa y cocinar por un par de minutos. Luego, agregar todas las verduras, salpimentar y ponerle un chorro de aceite de oliva. Seguir salteando y revolviendo por unos cinco minutos. Machacar el ajo y luego picarlo lo más finamente posible.

    4Agregarlo a la sartén junto con los piñones y revolver bien para que se mezclen con el resto de los ingredientes. Cuando comience a quedar poco líquido en la sartén agregar el vino blanco, revolver y cocinar por un par de minutos más hasta que se evapore el alcohol y servir.

    La receta de hoy | Piñones salteados con verduras y longaniza

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