Mientras el ex Presidente Ricardo Lagos -quien modificó el destino del aeropuerto de Los Cerrillos- anuncia sus intenciones de postular a la presidencia, se publica la iniciativa de los organismos ministeriales de ejecutar el proyecto de urbanización de este campo de aviación. Con ella se dejan de lado razones climáticas y ambientales de mayor peso, que los posibles usos residenciales que se le quieren asignar a una pieza por donde discurre el único corredor de ventilación de baja altura de Santiago, en conexión con la cuenca del Maipo - Mapocho, tan importante en los meses de invierno cuando la ciudad registra bajos volúmenes de entrada de aire.

Junto a ello, debemos agregar los suelos contaminados por los 70 años de explotación del campo de aviación, con vertidos de metales pesados -plomo y mercurio principalmente- contenidos en las gasolinas de aviación para mejorar su poder de combustión. Estos vertidos contaminantes se ubican principalmente donde se clasifican usos residenciales.

Las 16 mil o más viviendas que nos promete el proyecto de urbanización pueden construirse en las cerca de 5 mil hectáreas disponibles sin desarrollo urbano en el área metropolitana de Santiago, en particular en las comunas centrales, que registran un preocupante despoblamiento y usos inadecuados, a pesar de los desarrollos inmobiliarios llevados a cabo durante los últimos años.

No fueron baladíes las decisiones que tomaron los profesionales a cargo de la construcción original del aeropuerto, emplazando la pista de aviación en dirección de los flujos de vientos, tan importantes para el despegue y el aterrizaje de las naves aéreas y que hoy se nos ofrece como un bien natural para mejorar la calidad ambiental de una ciudad ahogada por malas decisiones urbanísticas y por el desconocimiento de las dinámicas naturales del valle. Sin ministerios ni concejales, los padres urbanistas del siglo XIX tuvieron la inteligencia de equilibrar los usos urbanos mediante la dotación de recintos arbóreos y parques en lugares húmedos, climáticamente aptos, asegurando la permanencia de estas piezas paisajísticas y ambientales, y cuya réplica en los siglos posteriores ha sido parcial. A cambio de ello, operamos con restricciones, impuestos y medidas paliativas que no alcanzan para corregir los errores urbanísticos de instalar cualquier cosa en cualquier parte, haciendo caso omiso del sentido común.

Por una urbanización mal enfocada, hemos perdido importantes piezas climáticas del valle del Mapocho: las quebradas, las laderas que miran al sur, las orillas y márgenes de los cursos fluviales, los canales y acequias de riego, etc. que hubiesen significado importantes elementos de la infraestructura verde de una ciudad árida como Santiago. A cambio de ello, hoy nos queda la crisis, el ahogo y el espanto.

"Por una urbanización mal enfocada hemos perdido importantes piezas climáticas del valle del Mapocho: quebradas, laderas que miran al sur."

Por Paulina Flores

María Pía Gutiérrez. Hasta hace poco años, se hacía llamar "solterona": "Vivía con mis papás, en la casa de ellos, en la que me críe de chica y no me había casado ni tenido muchas parejas. El fin de semana me lo pasaba con ellos, haciendo lo que ellos hacían. Pero no me aburría, me gustaba. No es que estuviera en un claustro o que viviera una especie de calvario. Yo misma me presentaba como solterona para tirar la talla".

Trabaja como contadora hace más de 20 años y en sus ratos libres pinta: "Empecé con acrílicos en un curso al que asistí con mi mamá. Luego probé con la acuarela y óleo. Al principio pintaba paisajes y frutas, con el tiempo me pasé a los caballos, pero todo muy 'tipo', muy de pintura impresa de restorán barato. Pero ya encontré un estilo más propio, menos realista, y lo que más me gusta hacer es retratos". Fue gracias a una de sus pinturas que conoció a Humberto. Una amiga, dueña de un café en el centro, le pidió un par de cuadros para exponerlos en el local. Ella accedió un poco reticente, pues aún no se acostumbraba a mostrar su trabajo. Unos meses después, recibió un llamado que le proponía comprar las cuatro pinturas expuestas. "Jamás pensé que las iba a vender y al principio me negué porque le tenía cariño a esas obras. Entonces él me pidió que le mostrara otras y al día siguiente estaba en mi casa, buscando algo que le gustara en mi taller de atrás de la casa". Humberto se llevó dos pinturas y compró una más del café. Dos días después volvió a llamarla para pedirle una cita. Hoy llevan cuatro años de relación y hace tres que viven juntos.

"Vivía con mis papás. El fin de semana me lo pasaba con ellos, pero no me aburría. Me gustaba

maría pía gutiérrez"

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Señor director:

Después de enterarme de los problemas presentados por el Servicio Electoral ad portas de una nueva elección municipal, en relación al cambio unilateral del domicilio electoral de más de 450 mil personas, no puedo dejar de expresar mi preocupación por una situación que me parece grave. Dados los altos índices de abstención en las últimos comicios, me parece lamentable que el organismo no sea capaz de resarcir de algún modo el error, ampliando el plazo para corregir esta situación. Esta negativa no hace más que mermar el interés de estos electores por participar este proceso. Si vivo en Providencia ¿qué sentido tiene que ahora deba ir a votar a Renca, si no conozco de cerca los problemas y necesidades de esa comuna?

Juan Sagredo E.

Día Internacional de la Niña

Proclamar el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña, por la ONU, es el merecido reconocimiento a las mujeres del futuro y en especial, a las miles de pequeñas que están en situación de desamparo. Reconocer sus derechos y atender los problemas que confrontan en diversas partes del mundo, fue lo que movió a considerar esta deuda histórica hacia ellas, dentro de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible para el Milenio. Cuando en Chile se pensaba superada por la historia la injusticia hacia la infancia, estremecedoras situaciones de maltrato han quedado al descubierto. Violencia, tratos indignos y vulneración de los derechos son el contexto de muchas niñas golpeadas no solo por la pobreza, sino por la revictimización que de ellas hacen las instituciones creadas para resguardo de la infancia.

Victoria Gálvez M.