Desde el 2010, el equipo del Desafío Levantemos Chile ha trabajado arduamente para apoyar a las familias que lo han perdido todo luego de catástrofes naturales.

Lo hacemos convencidos de que la mejor forma de ayudar es en terreno junto a quienes, de un segundo a otro, la naturaleza les ha llevado todo. Cuando estamos ahí estamos también sintiendo, en parte, el dolor de quienes sufren.

Nuestra misión es transmitir a quienes quieren ayudar y no pueden estar en terreno la urgencia de volver a levantar las comunidades afectadas. Esto, para que todos juntos estemos, de alguna forma, conectados con la idea que la reconstrucción es una tarea de todos. Necesitamos llevar a sus casas lo que está pasando en los lugares devastados, para que nos unamos y demos una mano a quienes lo necesitan.

Llegar a los corazones de quienes ven las tragedias por los medios de comunicación no sólo se logra con dar a conocer la tristeza y el sufrimiento, sino que se puede llegar aún más profundo y a todos los rincones del país con las historias positivas de las familias que saben que más temprano que tarde se podrán levantar, con la alegría de nuestros voluntarios y con la esperanza de que hay quienes, estando lejos de la emergencia, quieren aportar. ¿Y quiénes pueden ayudarnos? Los medios de comunicación tienen esta misión con su país, pero estamos convencidos de que no es la única.

Cuando las cámaras ya no son tan constantes y los diarios se llenan de otras noticias, los pueblos devastados se empiezan a poner de pie, poco a poco, y las familias comienzan a recuperar la normalidad. Si antes podíamos transmitir el dolor ajeno, hoy necesitamos contagiar la alegría y la esperanza de volver a construir, desde las cenizas, un mejor lugar para vivir. La tarea de los medios de comunicación no es sólo entregar las noticias sobre la destrucción y hacernos sentir la urgencia, sino también mostrar cómo es posible volvernos a levantar.

La invitación es a ser parte de la reconstrucción llevando también las buenas noticias de cada colegio que se levanta o cada familia que, después de días de oscuridad, podrá comer en su nueva casa definitiva juntos a los suyos. Porque si la misión inicial de la televisión y la prensa es hacernos sentir como nuestro el dolor ajeno y despertar la solidaridad de nuestro pueblo, la misión final es mostrarles a todos los chilenos que cuando el fuego destructivo se va se enciende la llama para volver a escribir un futuro mejor.

"Nuestra misión es transmitir a quienes quieren ayudar y no pueden estar en terreno la urgencia de volver a levantar las comunidades afectadas. Necesitamos llevar a sus casas lo que está pasando"

Por Paulina Flores

Felipe Ramírez. Trabaja en un edificio al lado del Costanera Center como jefe de cuentas en una agencia publicitaria hace 4 años. Para entrar al edificio debe pasar por un torniquete con una tarjeta y esperar al menos 5 minutos por uno de los 6 ascensores de un edificio de 32 pisos. Por las mañanas sube tanta gente a las 9:00 am que tarda al menos 6 minutos en subir hasta el piso 18 en que trabaja. Por las tardes, y dependiendo de la hora a la que sale, menos de 3. Se ha quedado a dormir en la agencia 3 veces: "aunque dormir es un decir, por que lo que he hecho es pasar de largo, a puro café y cigarro". Tiene un auto pero prefiere la bicicleta para llegar al trabajo, sale de su casa a las 8:30, y tarda 10 minutos. Tiene dos horas de colación, pero sólo se toma el tiempo completo los jueves o viernes, cuando pasa a la barbería antes de comer: "Si he tenido un día muy estresado, voy para relajarme un rato. Generalmente me corto el pelo y me hago la barba". Comenzó yendo a las barberías del centro: "Iba con los dominicanos cuando todavía no estaba de moda. A una peluquería de San Pablo, tenía un nombre genial, creo que era Internacional el Flow o algo así, y a otra del centro. Me costaba menos de 5 lucas, pero tenía que pegarme el pique igual. Ahora voy a las que están cerca de la agencia, que son muchísimos más caras. Pero lo vale, porque los barberos son súper profesionales, y ellos mismos te proponen looks, son cómo más artistas, no hacen algo que a ellos no les gusta, para mi es como un masaje" .

"Cuando he tenido un día muy estresado, voy a la barbería para relajarme un rato y me corto el pelo

felipe ramírez"

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Los últimos años de Festival de Viña develan el torcimiento cultural en que vivimos, tanto en el humor como en las comunicaciones. Una incómoda pregunta a Olivia Newton John aclaró que la formación de algunos periodistas no logra el elemento mínimo de entregar verdad a la sociedad. Y la comedia pasó de ironizar sobre defectos humanos (Coco Legrand o Bombo Fica) a ser plataforma de violencia contra conceptos como la intimidad individual y familiar, la santidad de ciertos símbolos e instituciones fundamentales para alcanzar su detrimento. La presentación de Natalia Valdebenito (2016) aumentó la carga ideológica en un feminismo igualitario contra la sociedad ampliando la "agenda de género" (ej: #niunamenos); también las de Edo Caroe o de Pedro Ruminot en desconfiar de la realidad y de nuestras capacidades.

Sebastián Espíndola Y.

Quiero hacer al menos una barra

Gracias a los nuevos planes del alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, se instalaron distintas obras de verano para beneficiar a los vecinos. Yo vivo en Las Condes hace más de 20 años y nunca había visto algo más superficial que el "circuito de barras" bajo la Rotonda Atenas. ¿Qué es eso? Cada vez que paso por ahí, sea mañana o tarde, sólo veo un grupo de jóvenes sin polera sentados en el ardiente pasto sintético con un parlante enano que intenta reproducir una canción electrónica de David Guetta, Calvin Harris o no sé quién más. Hasta ahí, todo bien. El problema no es ese: ¡El problema es que se adueñan del espacio y no ni siquiera usan las barras! ¿Qué intentan hacer? Para eso hay parques, plazas, cafés, pubs, teterías y hasta un salón de pool. Es extraño. Pero la verdad es que a mi me gustaría hacer por lo menos una barra.

Elvis Bravo