• Paola Molina: "Me emociona más hacer una cinta, estar en Netflix, que estar en Olmué o Viña"

    La humorista chilena debuta mañana en el Teatro Nescafé de las Artes con su show "Me creo la muerte", donde también celebra 10 años en la comedia. Asimismo, habla de la idea de poder ir a algún festival televisado y la presencia femenina en estos.

    Javiera Palta Olmos

    A Paola Molina la comedia la ha acompañado en diferentes etapas de la vida. Es por eso que ahora busca celebrar sus 10 años en aquel mundo con un show donde habla de cosas tan íntimas como la ansiedad generacional, la adultez, el dinero, la amistad otros temas, apuntando a que sería casi como lo que la gente habla en terapia.

    "Voy a estar hablando de los temas que a mí me gustan, que son las pajas mentales", transparenta a este medio Molina. "Entre pensar en la muerte, de las enfermedades que han habido en mi familia. Mi mamá murió de una enfermedad, mi hermana tuvo esa enfermedad el año pasado: Cáncer, pero mejoró (...) Esos temas por ejemplo son más densos que no siempre los hago en bares, porque la gente quiere pelusear y en teatro da para hacer ese humor más negro. Hablaré también de tener 34 años y no saber si quiero o no ser mamá, de tener sobrinos, de cuando te da como culpa gastar el dinero… de todas estas cosas que en la cotidianidad uno va pensando", adelanta.

    De esos temas y más hablará en el espectáculo "Me Creo la Muerte", que además de su primera década de risas, también marca su debut en el Teatro Nescafé de las Artes. La cita es mañana martes a las 20 horas y todavía tiene entradas a la venta a través del sistema Ticketmaster.

    Al analizar esta primera década, Molina rememora perfectamente sus primeros pasos en el stand-up, que partió en un taller en Buenos Aires, mientras hacía su práctica profesional en diseño gráfico.

    "La primera vez me fue bacán: era para una comunidad de chilenos. La segunda vez me fue como el hoyo", reconoce entre risas. "Era para puros argentinos, pero no me avergonzó. Dije, 'ya obvio que me va a ir mal. Es la segunda vez que lo hago'. Se me olvidó cambiar algunos modismos y no sabía todavía muy bien escribir chistes", comenta.

    Sin embargo, cuando volvió a Chile, quiso seguir en el mundo del humor, pero no sabía en dónde podría dar el intento. "Entonces, por ahí en el 2013, le escribí a la Jani Dueñas por Facebook, así, carepalo, para saber si conocía algún micrófono abierto en Santiago y ahí me recomendó uno. Ahí me presenté y conocí al Altoyoyo. Él me dijo 'eres chistosa, pero no tienes chistes'. Ahí me ayudó en un par de semanas para escribir chistes, como a tratar de estructurar un poquito más lo que yo tenía", recuerda.

    Pero esos no fueron los únicos humoristas que la apoyaron, además de su maestra, Laura Arce. "Me acuerdo una vez que cuando volví a hacer stand-up me fue bastante mal. Había vuelto después de ese año que mi mamá falleció y fui a abrir un show para Felipe Avello y Pedro Ruminot y me fue mal, muy mal. Había perdido el training y estaba muy dark. Ahí Ruminot me dio unos consejos. De hecho, Ruminot, antes de que me retirara por un tiempo, supo que mi mamá estaba enferma y me ofreció como por interno que estaba para cualquier cosa que necesite, que si necesitaba hacer shows a beneficios, etc. Cuando conocí a Natalia Valdebenito todo fluyó súper bien, con la Paloma Salas también… Me siento afortunada. Mi experiencia en el stand up ha sido muy buena en el sentido de colegas, como con las comediantas, los comediantes, se ha dado esta cosa muy colaborativa", revela al respecto.

    Más allá de una meta

    Ahora, la también autora del libro "Confesiones de una soltera" tiene como foco pulir los últimos detalles en su presentación de mañana. De todas formas, plasma algunas de sus aspiraciones en el humor al analizar todo lo que ha avanzado en esta década, las que no se ven enfocadas en aparecer en los festivales televisados como el de Olmué o Viña del Mar.

    "Ahora me emocionaría más hacer una película, estar en Netflix o escribir una serie, más que ir a Olmué o Viña, pensando en que también en mi tipo de humor de este momento quiero hablar de la muerte y de los pensamientos intrusivos", reconoce.

    "Pero no confirmo ni desmiento nada, no tengo por qué estar de acuerdo con lo que pienso", bromea.

    "Si yo pienso que puedo, que los chistes que tengo pueden funcionar para un festival televisivo, iría feliz. Pero si siento que no y que voy a tener que sacrificar mi estilo, no. (...) Pero quiero ver primero cómo me sale el show del Nescafé, que va a ser una rutina más larga, entonces de ahí quizá se lo mando a mis colegas que han ido a festivales para que me digan no, sí, podría ser. La verdad no me lo he planteado todavía como una meta, porque tengo un alcance parecido a comediantes que han ido a Olmué y yo no he ido a un festival. Pero a veces uno cree que es el conducto natural de los comediantes pasar por un festival televisivo, y eso no lo sé todavía", añade.

    De todas formas, asegura que la presencia femenina en estos eventos es "poca", aunque señala que "es culpa de los productores, no de las comediantes. Las comediantes ya estamos haciendo nuestros shows, estamos haciendo nuestros podcasts, estamos preocupándonos de los chistes. Estamos haciendo todo lo que hay que hacer".

    "Es culpa de los productores", reafirma. "La mayoría de ellos son hombres y no se les ocurre ir a ver humor hecho por mujeres, porque piensan que es sólo para mujeres. Es muy tonto eso, porque yo me río de los chistes de los comediantes varones cuando hablan de cosas del ser hombre", cierra.

    "La primera vez que hice humor me fue bacán. La segunda, me fue pésimo."

    "Uno cree que es el conducto natural del comediante pasar por un festival televisivo, y eso no lo sé. Mi experiencia en el stand-up ha sido muy buena en el sentido de colegas, ha sido muy colaborativo.

    paola molina, comediante"

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