• Brasil preparó su partido con la visita de Don Elías

    El ex zaguero se reunió con Dunga a 24 horas del duelo entre el Scratch y Colombia por el Grupo C.

    Don Elías, el mito con el rótulo de ser el mejor jugador chileno de todos los tiempos, estuvo sentado 74 minutos en el lobby del Hotel Sheraton y recibió una treintena golpes en la espalda. Ciudadanos brasileños medianamente eufóricos lo abordaron de forma sistemática y le regalaron un cúmulo de frases emotivas. Maestro. El mejor de todos. ¡El gol iluminado! Don Elías, que tuvo que ponerse de pie cada 120 segundos, respondió siempre con un gracias educado. El mito, informa hoyxhoy, que vio la escena desde tres metros, es una máquina de generar afectos.

    La razón de la visita del ex central tuvo, básicamente, dos razones. Una netamente social: conversar con Dunga, el entrenador de la selección brasileña que se hospeda ahí. Y otra medianamente altruista: invitar al mismo Dunga a participar de una campaña para reforestar la Patagonia.

    Se saludaron con un abrazo cordial y se sentaron frente a un televisor desde el que salían gritos histéricos: jugaban Argentina y Uruguay en La Serena. Conversaron entre las 20.42 y las 22.13 horas de ayer y divagaron de árboles nativos, goles históricos y futbolistas retirados. Y en ese momento, cuando Ángel Di María pateaba al arco de Muslera, Don Elías soltó una frase filosófica: "Este es un clásico". Dunga, que acusó recibo del comentario, respondió con otro análisis: "Qualquer coisa pode acontecer".

    Cuando abordaron todos los temas pactados, Dunga se puso de pie y le regaló la vigésima sonrisa a Don Elías. Se tomó tres fotos con hinchas y huyó al ascensor. "No preguntas, no preguntas", dijo Dunga a una grabadora que le apuntó al mentón.

    En el otro rincón Fernandinho, un volante moreno del Manchester City de Manuel Pellegrini, conversaba con dos mujeres rubias y un hombre de edad indeterminada. Lo abordamos con delicadeza y le dijimos: un minuto, Fernandinho. La respuesta fue seca: dos movimientos de cabeza que tradujimos como un no.

    Al rato bajó Miranda. Tampoco habló. También Everton Ribeiro, un volante anónimo del Al-Alhi árabe, y se sacó fotos con dos seres humanos. ¿Nervioso para el partido con Colombia, Everton? "Não, estamos tranqüilos", devolvió.

    Al fondo, y desde un ascensor refugiado, apareció Neymar. Lo rodearon cuatro carabineros de civil y lo escoltaron al comedor.

    Brasil, así, con Don Elías y un cúmulo de guardaespaldas vigorosos, preparó el duelo de hoy en el Monumental. Va por la clasificación. Colombia, en cambio, por evitar el fracaso.

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