por álvaro peralta / @dontinto

Se viene un nuevo Día de los Enamorados y los restaurantes santiaguinos ya están inventando menús especiales, ambientaciones románticas y hasta música en vivo para atraer a los incautos que se decidan a pasar la noche del próximo martes comiendo con la persona amada. Digo incautos en buena onda, pero les llamo así porque el 14 de febrero es una de las peores noches para salir a comer en Santiago. Y me atrevería a decir que en todo Chile. ¿Por qué? Simplemente porque los locales de todo tipo se llenan y, por lo mismo, el servicio e incluso la comida suelen terminar siendo bastante deficientes. En otras palabras: hasta los buenos restaurantes en esta noche de febrero pueden andar de regular para abajo. Por lo mismo, ¿para qué arriesgarse? Lo mejor, preparar algo en casa.

Pero atención. Si lo que se quiere es tener una linda velada, algo homologable a una salida a comer, hay que aplicarse. O sea, la comida de la noche del 14 no puede ser parecida a la comida de cualquier otro día, hay que marcar diferencias. Elegir una buena receta, cocinarla durante el tiempo que sea necesario, elegir un buen vino y un rico postre para hacer la cosa más redonda. Y claro, no descuidar detalles como platos y copas, el mantel, la iluminación y hasta la música de fondo. Y -obviamente- si tiene hijos y/o vive con la suegra, hay que hacer los arreglos que sean necesarios para que la gente salga de la casa esa noche o en su defecto se acueste bien temprano. Porque una cena multitudinaria es cualquier cosa menos romántica. Ahora bien, más allá de todos estos asuntos hay que tener en cuenta que lo más importante es el gesto, el acto de trabajar para el placer de la otra persona. Eso es, a mi juicio, un verdadero acto de amor. Así que nada de hacer las cosas entre los dos este 14 de febrero, porque el que salga con la idea de comer en casa, debe hacerse cargo de absolutamente todo. Para ayudarlos un poco, les dejo una idea de comida que les podría servir y que es fácil, fresca y liviana… por lo que pudiese surgir a medida que avanza la noche.

"Si lo que se quiere es tener una linda velada, algo homologable a una salida a comer, hay que aplicarse. La comida de la noche del 14 no puede ser parecida a la comida de cualquier otro día."

Ingredientes (2 personas)

- 600 gramos de asiento

-1 taza de lentejas

-1 diente de ajo

-una hoja de laurel

-½ zanahoria

-½ cebolla morada

-cilantro

Remojar las lentejas media hora en agua fría. Después, enjuagar bien y cocinarlas también en agua fría por 40 minutos -o hasta que estén blandas- con una pizca de sal más el diente de ajo machado y la hoja de laurel. En ese momento, sacarlas del agua caliente y ponerlas en una fuente con agua y abundante hielo. Dejarlas ahí unos diez minutos para después escurrirlas y reservar. Luego, salpimentar muy bien el trozo de asiento por todos lados, agregarle un par de chorros de aceite de oliva y ponerlo en una fuente para horno. A continuación, cocinarlo por 25 a 30 minutos a fuego muy alto. La idea es que se dore por fuera pero quede crudo por dentro, bien rojo. Pasado ese tiempo, sacarlo del horno y dejar enfriar a temperatura ambiente. Mientras tanto, poner las lentejas frías en un bol y agregarles la media cebolla y la media zanahoria, ambas peladas y cortadas en cuadros bien pequeños. Reservar. Una vez que la carne esté fría, cortar en lonjas delgadas y disponer junto a la ensalada de lentejas que solo en ese momento se debe aliñar con aceite de oliva, vinagre balsámico, sal y pimienta más un poco de cilantro recién picado bien fino.