• ¿Un caldito?

    por álvaro peralta / @dontinto

    Llegamos ya al mes de junio y lo cierto es que llegamos también al frío. Pero a ese de verdad y que se siente no sólo por la mañana y en las noches, sino que prácticamente durante todo el día. Sobre todo cuando está nublado. Y lo peor de todo esto es que las bajas temperaturas deberían seguir por, al menos, un par de meses más.

    Es que así es el invierno santiaguino, que aunque breve, igual se hace sentir. Y claro, además de abrigarse y calefaccionar hogares y lugares de trabajo, hay que preocuparse de calentar el cuerpo. No faltan los que lo harán a punta de café o -los más precavidos- con una petaca que guardan celosamente en el bolsillo de su abrigo.

    Sin embargo, es sabido que -por distintas razones- no es posible templar el cuerpo exclusivamente con cualquiera de esos brebajes, por lo que viene bien buscar otras opciones. Así las cosas, a veces es tan baja la temperatura que se siente, que uno quiere -y necesita-, más que un plato de comida caliente que seguramente a la larga lo dejará a uno muy bien, sólo un pencazo de algo que lo temple enseguida. En ese caso, un pequeño -pero caliente- caldo es siempre la mejor opción.

    Tal vez el más clásico de ellos sea el consomé que, por lo general, se obtiene del líquido que sobra de la cocción del pollo para otras preparaciones y que, con algo de fideos o arroz -o incluso sólo- es una excelente pócima para el frío. Otros caldos más poderosos son el de patas (muy consumido en la Vega Central) y el Moro, que es grito y plata en la Casa de Cena y que se obtiene tras apretar con un aparato especial un trozo de carne de vacuno recién cocinada en la plancha, del que se obtiene un jugo oscuro pero lleno de sabor. Una verdadera delicia.

    Ahora bien, es bueno recordar que es posible hacer caldos casi de cualquier cosa. Por ejemplo, con la cabeza del pescado que se compró para el almuerzo del fin de semana o con los trozos de verduras crudas que sobraron tras preparar un guiso. Por lo general, los caldos sólo necesitan de algún alimento que entregue sabor (como el pescado o las verduras), sal, agua y varias horas para que todo esto se cocine lentamente.

    En otras palabras, con paciencia, tiempo y algunas pocas materias primas siempre es posible salir jugando con un buen caldo que te haga entrar en calor justo antes de almorzar o comer. Tal como el que presentamos en la receta de hoy.

    "Es bueno recordar que es posible hacer caldos casi de cualquier cosa. Por ejemplo, con la cabeza del pescado."


    Un secreto para mantenerlos

    Ya sean de verduras, pescados, huesos o carne; los caldos se pueden congelar (bien colados) en las mismas cubeteras que usamos para el hielo y, luego, ser usados cuando necesitemos calentar el cuerpo. Además, también sirven como base para preparar diversas legumbres.

  • Ingredientes

    (Para 2 personas)

    -½ kilo de huesos de costilla y osobuco

    -1 cebolla

    -2 zanahorias

    -1 rama de apio

    -3 dientes de ajo

    -4 huevos

    -sal, pimienta, aceite de oliva y cilantro

    1Poner los huesos (previamente lavados con agua fría) en una fuente para horno con un poco de sal y aceite de oliva. Cocinar con el horno fuerte por media hora o hasta que éstos tomen un color oscuro.

    2Después, poner los huesos en una olla junto a las zanahorias y cebollas, peladas y picadas gruesamente. Agregar también la rama de apio, los dientes de ajo machacados con el cuchillo y un poco de sal. Cocinar a fuego fuerte hasta el primer hervor.

    3Luego, bajar el fuego a la mitad y cocinar por seis horas más, procurando de vez en cuando ir sacando con una cuchara las impurezas que se generen en el caldo. Pasado ese lapso de tiempo colar el líquido para deshacerse de huesos y verduras.

    4A continuación, hacerlo hervir -con la olla destapada- por media hora más para que se reduzca un poco.

    5Finalmente, corregir de sal si fuese necesario y agregarle un poco de pimienta. Por último, servir cada plato y quebrarle encima un huevo para que se cocine con la temperatura de la sopa. Decorar con cilantro recién picado.

    La receta de hoy | Caldo de huesos con huevo

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