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  • Los "jabalíes" son dados de alta y relatan su cautiverio

    Ayer hablaron por primera vez los 12 niños y el entrenador que quedaron atrapados en una cueva en Tailandia y sin comida. "Bebí mucha agua para sentirme lleno", contó uno.

    Leo Riquelme

    Con tres kilos más de los que pesaban cuando fueron rescatados el 10 de julio, y vistiendo las camisetas de su equipo de fútbol, "Los Jabalíes Salvajes, ayer fueron dados de alta los 12 niños y el entrenador Ekapol Chantawong, quienes permanecieron por dos semanas atrapados en una cueva inundada al norte de Tailandia.

    El grupo relató por primera vez en una conferencia de prensa lo que vivió en la gruta a la que ingresaron para orarle a la figura de un Buda, donde quedaron atrapados por la lluvia y sin alimentos. Los periodistas debieron entregar primero sus preguntas, las que fueron analizadas por psicólogos a fin de filtrar la situación a la que el equipo se expondría.

    "Pensamos estar en la cueva durante una hora, pero nos dimos cuenta de que estábamos atrapados cuando quisimos salir. No fuimos conscientes de lo rápido que podía subir el agua (…) Les dije a todos que no tuvieran miedo (…) Encontramos un sitio donde pasar la noche. Rezamos antes de ir a la cama. En ese momento, no tenía miedo porque pensé que el día siguiente el agua habría bajado", dijo el DT, apodado "Aek", de 25 años.

    "Al quinto día decidimos buscar una forma de salir. Discutimos si era mejor seguir hacia adentro o retroceder", agregó. Cavaban con sus manos buscando una salida, pero sin éxito.

    Con el paso del tiempo, el hambre era insoportable. "Me sentía muy débil e incluso tenía la sensación de que me desmayaba. Intentaba no pensar en la comida", relató el menor del grupo, Chanin Wiboonrungrueng, de 11 años.

    "Bebíamos el agua que caía de las rocas", explicó Pornchai Khamluan, de 15. "Bebí mucha para sentirme lleno", añadió otro.

    Los ubicaron

    Los muchachos recordaron el momento en que fueron localizados, lo que ocurrió en la segunda semana de cautiverio. Relataron que estaban en una zona alta de la cueva cuando oyeron unas voces. El entrenador les solicitó que se callaran, le pasaron una linterna a uno de los muchachos, de 14 años, el único que sabía algo de inglés del grupo, y le pidieron que bajara. Entró al agua y estableció contacto. A todos les llamó la atención que quien los ubicara no fuera tailandés, sino un británico.

    "Hablé con el buzo, aunque tuve que pensar mucho para contestar a las preguntas. Mi cerebro no funcionaba muy bien", dijo Adul Sam-On.

    "Nos dijeron que nos subiésemos a las rocas con más altura y preguntamos cuántos días teníamos que estar aquí. Y nos respondieron que diez días. En ese momento nuestros cerebros estaban funcionando muy lento.. ya no sabíamos nada de matemáticas", agregó otro, culpando de ello a la falta de comida.

    Los muchachos contaron que cuando estaban listos para evacuar, ninguno se ofreció para salir primero de la cueva. Finalmente, el entrenador y los rescatistas decidieron partir por quien vivía más lejos de la gruta. También expresaron su pesar por la muerte de un buzo en el proceso.

    El grupo dejó ayer el hospital provincial Prachanukroh de Chiang Rai, donde aseguraron que ninguno presenta secuelas psicológicas ni médicas por lo vivido. Eso sí, los especialistas le recomendaron a las familias que evitaran exponerlos, para que puedan "volver a la vida normal sin que los medios los molesten", dijo el portavoz del gobierno tailandés, Sunsern Kaewkumnerd.

    un día antes de lo esperado fue dado de alta el grupo desde el hospital de Chiang Rai.

    cuatro kilos perdieron en promedio los niños durante las dos semanas que estuvieron en la cueva. Recuperaron tres en promedio.

    los niños regalaron un retrato a la familia de Saman Kunan, el buzo que falleció durante el rescate.

  • La UE impone multa récord a Google por abuso de posición

    Antimonopolios la acusó de obligar a Android a usar su buscador y navegador.

    La Comisión Europea sancionó con 4.343 millones de euros (más de US$5 mil millones) a la empresa Google, a la que acusó de cometer abuso de poder y prácticas ilegales con su sistema operativo para los teléfonos móviles Android. Según el órgano antimonopolios de la Unión Europea (UE), con ello buscaba consolidar su posición dominante en las búsquedas de internet.

    La investigación estableció que la compañía estadounidense obligó a los fabricantes a que preinstalaran su buscador Google Search y el navegador Chrome para otorgarles la licencia de uso de la tienda de aplicaciones Play Store.

    Además, la CE dijo que Google pagó a ciertos fabricantes y proveedores para que instalaran por defecto su buscador y le prohibió a otra usar versiones alternativas de Android que el gigante de Palo Alto no hubiera aprobado.

    A su juicio, con esto ha entorpecido la innovación y ha afectado a sus clientes.

    La multa es la más alta aplicada por esa institución y supera la que había aplicado el 2017 contra la misma empresa, en esa oportunidad castigada por favorecer su servicio de comparación para realizar compras en la red. Ahora, le ordenó frenar sus prácticas en un plazo de 90 días.

    La firma anunció que apelará a la decisión. "Android ha creado más elección para todos, no menos. Un ecosistema vibrante, rápida innovación y precios más bajos son marca distintiva de una competencia robusta", replicó.

  • EE.UU. acusa a Ortega de querer aferrarse al poder

    El asalto a Masaya, último bastión opositor que quedaba en contra de las fuerzas del Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, es "un claro ejemplo" de que pretende "aferrarse al poder", dijo ayer el Departamento de Estado de EE.UU. El hecho, en cambio, para la vicepresidenta Rosario Murillo, fue una "victoria sobre esas fuerzas diabólicas, tenebrosas, terroristas, criminales, que durante tres meses quisieron secuestrar la paz".

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